Una de las tácticas que, además, están funcionando y que se han puesto en marcha en los colegios para limitar, en la medida de lo posible, los efectos de cualquier caso positivo por Covid es la creación de los llamados grupos burbuja. Cada clase es un mundo estanco que no se relaciona con ninguna otra, que no se mueve de su aula y que en el recreo incluso tiene su espacio asignado en el patio. Más o menos, es algo que ha empezado a hacer el Racing en la presente semana con la intención de que, si algún otro futbolista da positivo, no tenga que recluirse, como ha sucedido con el caso de Jon Ander, la totalidad de la plantilla.

Una de las principales medidas que ha tomado el cuerpo técnico es dividir a la plantilla en seis para utilizar otros tantos vestuarios. La selección se ha hecho con cuidado para que haya jugadores de todos los puestos. El objetivo es que, si hay un positivo, sólo deban confinarse los que han convivido bajo un mismo techo aunque sea unos minutos para cambiarse y poco más. De este modo, consideran que si se detecta otro caso positivo, sólo se aislaría a ese grupo de cuatro jugadores y el resto podría seguir entrenando y compitiendo.

Esos grupos se han formado teniendo en cuenta los puestos para que no se acumularan las bajas en una misma línea de juego y también los desplazamientos conjuntos que ya se hacen desde el lugar de residencia a las instalaciones Nando Yosu de manera diaria, ya que hay jugadores que comparten vehículo al vivir cerca uno de otro. Además, se ha reducido también al máximo la convivencia dentro del edificio multifuncional de La Albericia e incluso los tratamientos de fisioterapia y el gimnasio. Durante la semana pasada estuvieron en contacto con los técnicos de Sanidad para estudiar qué medidas podían tomar para evitar que un solo positivo lo condicionara todo como ha sucedido desde que se detectó el de Jon Ander y de ahí que hayan profundizado en el protocolo ya existente y activo desde agosto.

Uno de los momentos clave está en los desplazamientos. De hecho, si los técnicos de departamento de Salud del Gobierno de Cantabria no dudaron en confinar a toda la plantilla del Racing tras encontrar el caso de Jon Ander fue porque sólo 48 horas antes habían compartido con él un viaje en autobús. Eso fue una práctica de riesgo. Y el jueves hay que volver a viajar poco antes de jugar en Getxo. Y hay que hacer tests de antígenos antes de cada encuentro, por lo que el club teme  los del viernes, un día después de volver de Mutilva y antes de visitar Gobela. De este modo, incluso se han planteado la posibilidad de no viajar en autobús.

El Racing ha preguntado si viajando en dos autobuses y, por tanto, metiendo a sólo diez personas en cada uno de ellos, éstos dejarían de ser contacto directo en el caso de encontrar algún caso positivo. En el caso de que les comuniquen que no, que lo seguirían siendo, el club apostaría por el desplazamiento en coches manteniendo esos mismos grupos que se han confeccionado para los vestuarios. Es algo que se conocerá hoy mismo.

Incluso las reuniones o las charlas informativas que suelen recibir los futbolistas por parte de encargados del club o los técnicos se hacen ahora sobre el terreno de juego para estar todo lo posible al aire libre, donde el peligro de contagio se reduce considerablemente. Son parte de las nuevas medidas que se han establecido para reducir los peligros y evitar, en la medida de lo posible, otro parón como el que llevaron a cabo los jugadores y técnicos del Racing la semana pasada.