Aritz Solabarrieta llevaba unas semanas contando con todos sus futbolistas disponibles, pero parece que eso se ha acabado. Al menos, momentáneamente. Ayer Patrick Soko tuvo que abandonar el entrenamiento de manera precipitada al percibir que algo no iba bien en la parte posterior del músculo. Le dio un latigazo al realizar una carrera e inmediatamente paró para que la cosa no fuera a mayores. Esto, de partida, le convierte en duda para el partido del domingo en Vitoria y sólo falta conocer el alcance de la lesión para confirmar si se va a tener que a perder más jornadas o no.

En concreto, los galenos detectaron que el dolor procedía de los isquiotibiales de su pierna derecha. Según los síntomas detallados por el jugador camerunés, podría tratarse de una rotura de fibras. La gravedad de esta lesión varía en función del tamaño de la misma aunque siempre puede quedar la cosa en una sencilla sobrecarga e incluso una elongación. De partida, el veloz extremo africano intuía que no iba a ser demasiado grave y que podría estar disponible para medirse al Alavés B, pero eso dependerá de los resultados que den las pruebas de imagen a las que se va a someter hoy para tener un diagnóstico definitivo y claro sobre el alcance de la lesión.

Soko no quiere parar porque es bien consciente de que es su momento. Tras llegar tarde y con la temporada iniciada, le costó disponer de minutos hasta hace bien poco. Ahora, por fin ha enlazado titularidades contra el Real Unión, el Portugalete y el Bilbao Athletic. Y el rendimiento, dentro de las limitaciones puramente tácticas que a veces muestra, ha ido a más. De hecho, el pasado domingo participó de las dos jugadas claves de la contienda al dar forma al contragolpe que culminó con la expulsión del portero vasco y dio la asistencia de gol con el centro medido que le envió a Álvaro Bustos. Para colmo, un cabezazo suyo en el primer tiempo se estampó contra el palo, por lo que pudo haber sido una tarde bien completa para él. Precisamente por estar en el momento ideal para por fin asomar la cabeza y demostrar su valía con el fin de asentarse en el fútbol español, que es su objetivo, no podría ser más inoportuna para él la lesión.

En el caso de que se confirme la lesión del jugador camerunés, que sufra una rotura de fibras y deba estar un par de semanas parado, el entrenador va a tener que introducir cambios en la banda derecha, que es la zona del campo donde más estabilidad y continuidad venía habiendo con Ceballos atrás y Soko delante. Si quiere seguir jugando con un extremo ahí, la apuesta podría ser por Camus o Álvaro Bustos jugando a pierna cambiada. Aún así, no se puede descartar nada y que, por ejemplo, el entrenador apueste por volver a cambiar de esquema y recuperar la figura de los carrileros. Otra opción, como ya hiciera en el último desplazamiento, que fue en Portugalete, es llevar a Pablo Torre a la banda. Lo que sucede es que el canterano rinde desde ahí por debajo de sus posibilidades porque no está tan hecho a ese rol. Menos aún, cuando, además, le toca hacerlo a domicilio, algo que ya tuvo que hacer primero en Laredo y después en Portugalete, escenarios que no parecían los idóneos para que sacara su mejor fútbol de ahí. Lo que parece seguro es que el de Soto de la Marina volverá a jugar tras no disputar ni un solo minuto el pasado domingo al estar sancionado Álvaro Cejudo, que vio su quinta amarilla contra el Bilbao Athletic y deberá guardar un partido de castigo.

Nuevo encierro de dos días

El Racing va a volver a encerrarse entre cuatro paredes, como ya hiciera la semana pasada, durante hoy jueves y mañana viernes. Los entrenamientos que el equipo verdiblanco realice estos dos días serán a puerta cerrada para que los medios de comunicación, que son los únicos que pueden entrar a los mismos al estar prohibido el acceso a los aficionados, no los puedan seguir con detalle.

El entrenador verdiblanco, consciente de que ningún rival puede tener una idea fija sobre el Racing al que se va a enfrentar porque en cada partido que haya visto en el vídeo de él aparece uno diferente, quiere jugar con ese factor sorpresa y quiere evitar que el técnico rival tenga pistas sobre lo que está preparando.

La sesión de trabajo de hoy, que comenzará, como es habitual, a las 10.30 horas, seguramente se lleve a cabo de nuevo en el campo número tres de las instalaciones Nando Yosu, que es de hierba artificial. El equipo cántabro ya trabajó allí ayer para intentar amoldarse o prepararse de mejor manera a lo que les espera el domingo, que es un partido sobre césped sintético.

A pesar de jugar contra un filial de Primera División, el Alavés B juega sobre hierba artificial, lo que no suele ser habitual, y eso siempre lo condiciona todo un poco. Aún así, ha habido entrenadores previos, como Iván Ania, que no consideraban importante ejercitarse sobre moqueta entre semana porque era bien consciente de que no había dos sintéticos iguales y de que, a buen seguro, el de La Albericia tenga poco que ver con el de Ibaia, que es donde están las instalaciones del Alavés.