Corren buenos tiempos para Diego Ceballos. Primero le reclutaron para hacer la pretemporada con el primer equipo y poder pelear por un puesto en el mismo, después pasó el corte y, por último, ha firmado su primer contrato profesional. No se ha saltado ni un solo paso. Ha ido superando diferentes niveles hasta convertirse en uno de los integrantes de la plantilla de Segunda B sin hacer demasiado ruido ni llamar tampoco la atención. Ya es uno más con todas las consecuencias para su entrenador y, de hecho, es quien parte con mejores bazas para ser el titular en el lateral derecho cuando comience la temporada.

El gran paso lo dio en la mañana de ayer, cuando estampó su firma al contrato que le puso el club encima de la mesa. Es un contrato por dos temporadas que, por lo tanto, expira en junio del 2022. El futbolista cántabro sigue así la estela que han seguido antes otros futbolistas que el curso pasado militaban en el Rayo Cantabria como Iñigo Sainz - Maza, Javi Siverio o Lucas García. También Pablo Torre renovó su unión con el club verdiblanco en la primavera pasada pero sin estar todavía vinculado al primer equipo. En el caso de Ceballos, ya sabe que el filial quedó definitivamente atrás y ahora sólo piensa en la próxima temporada en Segunda B, categoría en la que se estrenará en el presente curso.

Da el paso Ceballos a los 21 años cumplidos el pasado mes de febrero. Tras rubricar ayer su firma, admitió estar «muy contento de haber dado este paso» porque, como suelen decir los jugadores que llevan ese mismo camino, es algo con lo que siempre han soñado desde que dan su primer paso en las secciones inferiores racinguistas. En su caso, ingresó al Racing para formar parte del cadete B y, a partir de ahí, ha ido dando los pasos hacia delante que le correspondían hasta llegar al primer equipo. A partir de ahí, quizá le toque lo más complicado, que es mantenerse.

El futbolista santanderino agradeció la confianza que la dirección deportiva y el entrenador estaban demostrado en él. Como no podía ser de otra manera, él confía en «corresponder en el terreno de juego» aportando, de esta manera, su «granito de arena para que el equipo regreso a Segunda División». «Es ese nuestro objetivo y vamos a pelear al máximo para lograrlo», avisó el defensor cántabro.

Antes de llegar al Racing, Ceballos comenzó a jugar a fútbol en la Escuela Municipal de Santander. De ahí pasó al Atlético Perines, de donde fue reclutado por el Racing. Su trayectoria verdiblanco contó con un paréntesis en edad juvenil, ya que jugó cedido en el Marina de División de Honor. Después volvió a casa para asentarse en el filial. En principio, en su puesto estaba asentado Iñigo Sainz - Maza, pero éste se fue reconvirtiendo poco a poco en medio centro permitiéndole a él asomar la cabeza.

Al inicio de la pretemporada, no eran muchos los que metían a Ceballos en las quinielas para pasar el corte y quedarse en el primer equipo. De hecho, su participación en los primeros amistosos tampoco llamó en exceso la atención y, de hecho, no se puede decir que completara grandes partidos. Sin embargo, ha ido claramente a más conforme avanzaba la pretemporada y ha terminado justificando bien la confianza que ha depositado la dirección deportiva en él.

De hecho, Amorrortu, Pedro Menéndez y Javi Rozada hace tiempo que dejaron el lateral derecho por cerrado sin necesidad de fichar a nadie con más experiencia en la categoría ni de heredar a ningún jugador de la plantilla del curso pasado. Toda la confianza la han depositado tanto en Ceballos como en Mantilla, que puede ocupar cualquiera de las posiciones de la retaguardia. Han preferido no traer a ningún futbolista que corte la proyección de los dos jóvenes valores cántabros y esta situación contrasta con el otro lateral, el zurdo, para el que han incorporado tanto a Pablo Andrade como a Joan Maynau.

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