18.04.2024 |
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JUNTA ACCIONISTAS

Sin oposición pero con autocrítica

La junta de accionistas superó todos los puntos del orden del día casi por unanimidad | El Racing conoce el fútbol profesional, pero la realidad nos ha demostrado que nosotros no», admitió Alfredo Pérez

 

Alfredo Pérez enseña el primer carné racinguista que regalarán a todo recién nacido. / Hardy
Alfredo Pérez enseña el primer carné racinguista que regalarán a todo recién nacido. / Hardy
Sin oposición pero con autocrítica

No hubo sorpresas porque nunca las puede haber cuando el máximo accionista ostenta más del 60% de las acciones. Aún así, ni siquiera hubo oposición por mucho que sólo tres de los puntos del orden del día que tenía la junta general de accionistas celebrada ayer se aprobaran por unanimidad. Fueron los más técnicos, los que salen adelante de manera automática y por pura inercia. El resto de aspectos que se sometieron a votación tuvieron un solo voto en contra. Los puntos más económicos y presupuestarios, recibieron el voto en contra de un mismo accionista que, aún así, no se quedó en el salón para explicar su postura y poner encima de la mesa su malestar ante el consejo de administración en el capítulo de ruegos y preguntas. En cuanto al que se refería al cambio de estatutos que, en la práctica, convertía en una figura del pasado al defensor del abonado, fue el presidente de Aupa quien mostró su negativa.

Quiso el consejo de administración agilizar la junta, pero se fue hasta casi las dos horas y cuarto. Para acelerar el proceso, quienes estaban en la mesa presidencial, que fueron Alfredo Pérez y Pedro Ortiz como presidente y vicepresidente, respectivamente; David González Pescador como secretario del consejo, y Manuel Gómez como máximo responsable del área económico del club, se propuso dejar las preguntas para el final, lo que a algunos no gustó demasiado porque entendían que no les permitía votar con verdadero conocimiento de causa. Con todo, sólo cuatro accionistas ejercieron su derecho a hablar de los 39 acreditados que se presentaron a la cita. Éstos representaban poco más del 75% del capital, del cual alrededor del 70% estaba bajo la firma del consejo de administración y, sobre todo, de Pitma.

Explicó Manuel Gómez que en el balance de cuentas del curso pasado cerrado a 30 de junio, que incrementó la cifra de negocio hasta los nueve millones, se contemplaron ya las devoluciones que hubo que realizar a los abonados por no haber podido disfrutar de los últimos seis partidos ligueros que debían haberse disfrutado en Los Campos de Sport por culpa de la pandemia. Se trata de algo más de 600.000 euros que, aunque salieron de las arcas durante los meses de julio y agosto, se incluyeron en las cuentas del curso pasado porque entendían que era un dinero imputado al mismo.

Dentro de los ingresos, 1,3 millones corresponde a lo recibido por la venta de jugadores o por los derechos de formación recibidos por traspasos de exracinguistas. En este caso, las cuentas verdiblancas todavía cobraron por movimientos de mercado de Álvaro González y David Marcano. También por la venta de Yoda, que oficialmente fue por un millón de euros de los que todavía están pendientes de cobrar 500.000. Gracias a estas operaciones, el club aún pudo presentar unos beneficios de 340.000 euros, que serán dedicados a compensar pérdidas de ejercicios anteriores.

Para la presente temporada, se han presupuestado 3,8 millones de euros con una previsión de conseguir 72.000 euros de beneficio. En el detalle de las cuentas que estuvieron a disposición de los accionistas desde la convocatoria de la junta, la partida más grande de esta cifra correspondía a ‘otros ingresos’ que no eran especificados y que ascendía a 2,1 millones. Ayer sí ofrecieron letra pequeña. En concreto, explicaron los dirigentes que 1,2 millones los recibirá el club como ayuda del descenso. A esto hay que sumar los 750.000 euros conseguidos por la venta de Sergio Ruiz durante el mes de julio y, por lo tanto, con el curso pasado ya cerrado.

Teoría de la conspiración. Obviamente, todos los ingresos se reducen respecto al curso pasado porque no tienen nada que ver los conseguidos en Segunda División respecto a Segunda B. En el caso de que, finalmente, se puedan vender entradas a lo largo de la temporada, contemplarían 100.000 euros más de ingresos, que se sumarían al medio millón que han presupuestado por la venta de abonos.

Dentro del punto de ruegos y preguntas, el primer interviniente pidió claridad sobre cuáles son las verdaderas intenciones de Pitma dejando caer algún tipo de conspiración que habría surgido desde el incomprensible mercado invernal del curso pasado, cuando cree que se hizo todo al revés. Ahí se le vio un tanto molesto a Alfredo Pérez, que dejó bien claro que si ellos abandonan el barco mañana mismo, «jugar en Segunda B te iba a parecer un chollo». Entendió incomprensible que alguien pensara que preferían tener al equipo en Segunda B. Sobre todo, porque recordó que ellos han sido «muy claros desde el primer momento» sobre qué es lo que les mueve a invertir en el Racing. «Desde el primer momento hemos dejado claro que no tenemos claro que vayamos a recuperar el dinero que estamos incorporando», apuntó. De hecho, admitió, como ha venido afirmando desde su aterrizaje en el Racing, que recuperar todo el dinero que están poniendo en el club «sólo pasa por ascender a Primera División ya sea en dos, en cuatro o en seis años». De este modo, no entiende que alguien pueda pensar que no quieren ascender.

Admitió Alfredo Pérez «el error en el desarrollo de ese segundo proyecto» por parte de Chuti Molina, la persona a la que ellos contrataron para que fuera el «responsable de la gestión». De hecho, no tuvo reparos el presidente verdiblanco, en su primera intervención antes de pasar al orden del día, en admitir que la temporada pasada había sido «un fracaso». Lo que sí espera es haber «acertado con quien desarrolla el proyecto hoy». Sobre todo, porque han querido mirar más allá para que éste «no sólo esté vinculado al ascenso, sino también a la creación de una base, de un sentimiento de equipo, y a la creación de una cantera que hace cinco años estaba desaparecida» y sobre la que tiene claro que se ha de fundamentar el futuro del club para que éste sea viable y deje de arrastrar de una vez por todas el tremendo agujero que tiene y sigue teniendo.

Había comenzado la mañana Alfredo Pérez reconociendo que habían «fracasado» en conseguir el objetivo deportivo de la permanencia para quedarse «en un fútbol que el Racing conoce muy bien pero que la realidad se ha encargado de decir que nosotros no». Con todo, quiso destacar que han seguido aprendiendo «para conocer mejor al club y a sus aficionados». Agradeció la fidelidad de empleados, patrocinadores y de «más de 8.300 abonados que se sacan su carné sin saber si van a poder ir al estadio. Puso en valor la incorporación de la figura de relaciones institucionales y deportivas para «acercarse más a la sociedad». También la creación de la comisión deportiva, la apuesta por Amorrortu y la apuesta por que «todos los años debuten chavales de la cantera en el primer equipo».

Dos fueron las novedades que quiso presentar el presidente verdiblanco: poner en marcha la campaña del primer carné racinguista, algo que ya existía desde hace mucho tiempo y que, inexplicablemente, retiraron de circulación, y una campaña navideña solidaria entre el uno de diciembre y el cinco de enero. Se llevará a cabo en la tienda del Racing y será un punto de encuentro donde participarán también jugadores del primer equipo. Es discutible que los futbolistas deban acudir a estos actos sociales en estos tiempos pandémicos en los que han de andar con especial cuidado, pero todo sea por hacer racinguismo.

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