25.04.2024 |
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«Nunca hice las maletas»

«Siempre confié en que me iba a quedar», reconoce Siverio, que afronta su primera temporada como jugador del primer equipo del Racing  | «Entreno lo mejor que puedo, me cuido y nunca pienso en la posibilidad de irme», asegura el canario

Siverio, celebrando el gol que marcó la temporada pasada ante e Rayo Vallecano. / alerta
Siverio, celebrando el gol que marcó la temporada pasada ante e Rayo Vallecano. / alerta
«Nunca hice las maletas»

La relación de Javier Siverio con el Racing es bien extraña. Sobre todo, la que mantuvieron el curso pasado. Si les hubiera cogido en sus buenos tiempos, los Pimpinela habrían escrito una canción sobre ella. Lo bueno es que el delantero quiere pasar página. Entiende que no tiene sentido remover el pasado porque Chuti Molina ya no está, su contrato está renovado y a día de hoy es jugador del primer equipo del Racing a todos los efectos. Su objetivo no es otro que mirar hacia delante y aprovechar la oportunidad que se le ha brindado para romperla por fin en Segunda B y confirmar, a poco que le den continuidad, que su nombre y su figura está siempre relacionada con el gol. Si algo ha demostrado durante las pocas oportunidades que ha tenido es que, cuando él ronda el área, pasan cosas. Y eso siempre es bueno.

Siverio estuvo a punto de marcharse con su contrato culminado y con libertad total para elegir su futuro. Cualquier otro quizá lo hubiera hecho entre enero y junio pero él esperó porque estaba a gusto en Santander y quería triunfar en el Racing. Se lo había marcado como objetivo y entendía que había hecho todo lo que debía hacer para ganarse una oportunidad: marcar muchos goles. Anotó 24 en 28 partidos. Sólo un jugador había marcado más en toda la Tercera División. A su edad, ese aval ya debía servir para recibir la llamada de equipos con ambiciones de Segunda B. Llamaron a su puerta pero él esperó. Y tuvo premio.

Tan malo lo vio el ariete canario que, tras el confinamiento, comunicó al club que no iba a jugar el playoff con el filial porque, además de que no iba servir de nada porque nunca podría tener un final feliz por el descenso del primer equipo, no le encontraba sentido al no tener contrato en vigor y correr el peligro de lesionarse. El entorno ya lo daba por perdido pero, de pronto, recibió la llamada de Pedro Ortiz, vicepresidente del club, y en cuestión de horas quedó resuelto un tema que olía a chamusquina por lo raro que era. Fue sólo a partir de ese momento cuando, ¡albricias!, pudo jugar en el primer equipo. Hasta entonces, nadie le había dado una oportunidad a pesar de la sequía que había lastrado a los delanteros durante todo el curso. Ni Ania, ni Cristóbal, ni Oltra le habían llamado apenas ni para entrenar. Todo apunta a que no les dejaban, pero llegó a tiempo de poder participar en las últimas jornadas. Y marcó. Fue su segundo gol con el Racing.

Sivero confesó ayer, tras el primer entrenamiento semanal, que él nunca se había visto fuera a pesar de todo lo que se apuraron los plazos. «Las maletas no las hice nunca», subrayó. «Siempre confié en que me iba a quedar y al final fue lo que pasó», añadió. A buen seguro que tendrá mil batallas que contar sobre lo sucedido, pero él no quiere entrar ahí. No merece la pena: «Al final, todo eso ya pasó, ahora estamos en una nueva temporada y hay que mirarla con ilusión porque remover el pasado no vale la pena».

Ahora es uno más. Y, como a los demás, le está tocando hacer frente a una pretemporada especialmente exigente. Él lo acepta. Viene en el paquete. De hecho, recordó ayer que sirve siempre «para ir cargando las piernas y cogiendo sensaciones a la vuelta de vacaciones». Es una dura forma de volver a empezar pero es la que hay. Lo que está deseando el delantero canario es «jugar partidos para sentir el fútbol de verdad». Y está de enhorabuena porque éstos ya están a la vuelta de la esquina. El primero será mañana mismo contra el filial de la Real Sociedad y el segundo el sábado contra el Laredo. El viernes pasado jugaron entre ellos y lo cierto es que la sensación que dejaron buena parte de los futbolistas que tiene Rozada a su mando fue muy pobre porque estaban muy tiesos. «Al final, tenemos mucha caña en las piernas y éstas están muy cansadas», explicó Siverio. Recordó el delantero que están haciendo frente a «bastantes sesiones dobles» y que son muchos kilómetros los que llevan encima, pero considera que también es bueno «para coger el ritmo».

A cada uno de los jugadores les toca estos días ir conociendo a su nuevo entrenador y lo que éste les pide. Y en cuanto a los delanteros se refiere, el ariete que llegó de Las Palmas hace ya dos años afirmó que el técnico asturiano les pide «mucha movilidad, romper líneas, buscar el espacio y fijar a los centrales». Añadió que también les exige que, de vez en cuando, bajen «a recibir, pero menos porque lo que sobre todo quiere es estar fijando a los centrales». Hasta la fecha, no les ha dicho mucho más aunque cree que, cuando empiecen a sucederse los ‘bolos’ veraniegos, irán conociendo más lo que Rozada pide y también su modo de comportarse durante la competición.

Lo mejor es que, por ahora, el ariete isleño afirma sentirse «cómodo» en estas primeras semanas de curso. También recordó que, por ahora, sólo han podido jugar dos partidos en forma de «pruebas entre nosotros» de las que no se pueden sacar muchas conclusiones. «Veremos esta semana y la que viene a ver qué tal está la cosa», recalcó en relación a los amistosos que se vienen. Sabe bien que está ante una buena oportunidad de asomar la cabeza pero tampoco considera que esté dando forma a una pretemporada especial porque no suele guardarse nada. «Siempre entreno lo mejor que puedo», recalcó. «Me cuido y no pienso nunca en la posibilidad de irme, ya que siempre he pensado que puedo jugar aquí», insistió. Es algo que, según subrayó, lo piensa ahora «y también el año pasado». «Y en eso estoy».

Estos partidos amistosos que va a disputar el Racing a partir de ahora servirán también para ir viendo por dónde van las ideas de Rozada desde el punto de vista estratégico. La sensación que transmite en los entrenamientos y en esos partidos amistosos entre sus propios jugadores que ha organizado los dos últimos viernes es que va a alinear a un solo delantero, que es el dibujo en el que más se ha movido Javi Siverio durante su aún incipiente trayectoria. Con todo, subrayó éste que también había jugado con dos y que, de hecho, el curso pasado lo terminó formando pareja con Jon Ander, algo que se podría repetir esta próxima campaña. «A mí no me disgusta estar acompañado de otro delantero y pelear arriba ni jugar solo con un media punta y dos bandas que saquen centros», resumió.

De lo que no tiene ninguna duda ningún jugador del Racing es de que Rozada les va a pedir presionar, labor en la que tampoco ha destacado mucho Javi Siverio. De hecho, era quizá lo que menos le gustaba de él a Iván Ania el curso pasado. Con todo, sabe bien que ha de ponerse las pilas porque «desde el primer día» ha visto cómo el técnico insiste mucho «en la presión tras pérdida y en dar muchísima intensidad, que es lo que toca para ir como motos». Reconoció que cada jugador «es como es» y tienen unas aptitudes y una forma de actuar sobre el verde. Sabe que lo de intervenir en la salida del balón del rival no es su «fuerte, pero si hay que hacerlo, se hace». De hecho, aseguró que, «poco a poco», está «mejorando en ese aspecto». Ha de hacerlo si quiere ser uno de los protagonistas principales de la película.

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