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El Diario de Cantabria

La marca que parecía imposible

«Nunca habría pensado que fuera a terminar la temporada con diez goles», reconoce Cedric | Recalca que al inicio de curso «no tenía la arrancada» que mostró el miércoles

Cedric, tras anotar el primero de los dos goles que marcó el miércoles. / hardy
Cedric, tras anotar el primero de los dos goles que marcó el miércoles. / hardy
La marca que parecía imposible

Dice Cedric que está «feliz». Es lógico cuando, prácticamente de la noche a la mañana, se ha puesto con diez goles y cuatro asistencias que le van a permitir terminar una temporada que, en líneas generales, no ha sido buena con buenos números e inmejorables sensaciones. Está viendo puerta con enorme facilidad y eso hace sonreír a cualquier ‘nueve’. También a él.

Que las cosas han cambiado y que el Cedric que está terminando la temporada se parece bien poco al que la comenzó y al que la continuó se percibió en la jugada del primero de los dos goles que marcó el pasado miércoles contra Osasuna B. «Al principio de temporada, esa arrancada, ese ponerte de cero a cien, me costaba muchísimo. Sin embargo, en esa jugada noté que esa chispa y esa velocidad estaba recuperada», relata.

La asistencia fue de Pablo Torre y el gol suyo. Es una combinación que se ha repetido en varias ocasiones en los últimos partidos. Cuando el Racing fue a jugar a Amorebieta el último partido de la primera fase, Cedric comenzó el partido en el banquillo y entró en la segunda parte. En ese momento, sólo llevaba cuatro goles. Sin embargo, cazó el rechace de un lanzamiento al palo de Bustos y marcó el quinto. Unos días después, tocó jugar en Tarazona y allí anotó el primero de los dos goles de su equipo poco antes de llegar al descanso, lo que camufló un resultado. En Zaragoza contra el Ebro marcó dos de los cuatro de su equipo y volvió a sumar dos ante el filial de Osasuna. En total, seis en cuatro partidos. No está mal.

Hace poco más de un mes, podría haber habido debate sobre si quedarse con Cedric como el delantero bueno y caro para la próxima temporada o buscar otro. Ahora ya no hay tanta duda. «Es verdad que yo tengo un año de contrato más, pero ya sabemos que el fútbol a veces es un poco incierto y no sabemos lo que puede pasar», advierte. Recuerda que lo tendrá que decidir quien se vaya a encargar de la construcción del equipo pero apunta que, a día de hoy, no le preocupa. Ahora está ocupado en «descansar y disfrutar un poco de estos días que tenemos». El lunes cuando haya que volver al tajo, tocará centrarse ya en «terminar bien los tres partidos que quedan y afrontarlos de la mejor manera posible tanto colectiva como individualmente». «Ya habrá tiempo después para hablar del futuro o de lo que haga falta», apunta.

Reconoce el delantero de ascendencia africana que el partido del miércoles contra el decepcionante filial de Osasuna fue el partido en el que más habían «disfrutado con balón», ya que se jugó al ritmo que ellos querían y tuvieron la pausa necesaria para «hacer mover el balón de izquierda a derecha y sin prisa». Relata el delantero que en el vestuario ya habían hablado de «intentar hacer un buen partido en casa para que la gente pudiera disfrutar». Y les salió bien. «El ambiente ayuda porque somos un equipo y una familia y esa conexión se nota luego en el campo tanto en los partidos como en los entrenamientos», recalca.

Lógicamente, Cedric entiende que es «complicado» que se les escape el objetivo por no decir imposible. Con todo, siguiendo el mensaje que ya lanzó el entrenador tras el partido del miércoles, avisó de que en los siguientes partidos también van a querer ganar. «No va a cambiar nada. La mentalidad va a ser la misma, el equipo va a seguir entrenando durante la semana con ambición y con la responsabilidad de querer ganar», anunció. Y es que, entiende que cada vez que un equipo como el Racing sale al campo «siempre se está jugando algo».

Confesó el delantero verdiblanco que durante el mes de enero «nunca hubiera imaginado que iba a acabar con diez goles». De hecho, recordó que la temporada del Fuenlabrada, que quizá haya sido la mejor hasta el día de hoy, hizo once goles hasta el momento en el que se lesionó. «De un día para otro me he puesto con diez goles, algo que no estaba en mi cabeza para nada», reconoció. Uno de los secretos, según explicó, es no «haber intentado ser ese jugador del Fuenlabrada» ni compararse con él, sino trabajar intentando dar lo máximo con lo que tenga. «Las cosas han salido bien pero la temporada no ha acabado, por lo que espero hacer más goles, dar más asistencias y que el equipo siga ganando», apuntó.

No cree que el entorno del equipo haya podido ser demasiado exigente con el equipo. Cree que «cuando se ha tenido que ser duro con él se ha sido y cuando se ha tenido que decir que estaba en una buena línea también lo ha dicho». Y es que, considera que si el equipo no se metió en posiciones de ascenso no fue tanto por una sola derrota, sino que hay cosas que tenían que «haber mejorado antes». «La valoración la haremos al final y, cuando esté todo, diremos lo que pudo haber pasado si en ese partido debimos haber aguantado o en ese otro haber arriesgado más.», apuntó. En ese sentido, reconoció que a lo largo del curso «ha habido palos» pero también entiende que «seguramente fueron necesarios y con razón». Aún así, se queda con que también ha habido «momentos en los que la afición ha estado con el equipo y ha apoyado, al igual que la prensa y todos». «Estamos en el Racing, la exigencia es máxima y no se han cosechado los resultados esperados», concluyó.

Luto por Chinchurreta

El Racing lamentó ayer, mediante un comunicado público, el fallecimiento de su exfutbolista Esteban Chinchurreta, que a comienzos de la década de los 70 disputó 21 partidos con la camiseta verdiblanca en los que marcó tres tantos. La entidad cántabra envió «sus más sinceras condolencias a sus familiares y allegados», a la par que se unió «a su dolor por la irreparable pérdida». Esteban Chinchurreta Ormazábal nació en Zumarraga (Guipúzcoa) el 30 de mayo de 1946 y comenzó su carrera futbolística en la Sociedad Deportiva Beasain. Posteriormente se incorporó al filial de la Real Sociedad, a cuyo primer equipo promocionó en 1969, antes de defender las camisetas de la Sociedad Deportiva Éibar y el Racing. El jugador guipuzcoano, que actuaba como delantero, llegó a Santander cedido por la Real Sociedad y se estrenó con la camiseta verdiblanca, ante el Real Oviedo en Los Campos de Sport, el 7 de mayo de 1972. Con el club cántabro disputó 21 encuentros y marcó tres goles en dos etapas (ambas en Segunda División), porque tras una campaña en el Real Murcia regresó a la disciplina racinguista. En 1975, el Racing traspasó a Chinchurreta al Club Deportivo Ourense, en el que permaneció sólo un curso, pues en 1976 se comprometió con el Real Unión. En el conjunto irundarra colgó las botas dos años más tarde en Segunda División B.

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