El Racing o, mejor dicho, sus máximos accionistas, deberían estar a día de hoy contando billetes para reunir los 5,7 millones de euros que corresponden al último plazo del concurso de acreedores que le queda por pagar al club cántabro. En principio, debe hacerlo antes del próximo 31 de diciembre, pero, como no hay mal que por bien no venga, la crisis sanitaria le abrió una ventana de oportunidad para conseguir unos cómodos plazos con los que vivir un poco más desahogado. El Gobierno permitió hace unos meses que aquellas empresas a las que les haya cogido la pandemia en pleno proceso concursal puedan ampliar el periodo de pago otros cinco años más de lo establecido en el convenio siempre que reciba el visto bueno de los acreedores. Y el mayor acreedor que tiene a día de hoy el club cántabro es La Liga, por lo que es ésta quien debe decir si le da ese balón de oxígeno al Racing o no. La propuesta ya se puso encima de la mesa hace prácticamente un mes pero falta la respuesta definitiva por parte de Javier Tebas. Y va a haber que esperar porque lo único que ha notificado hasta la fecha a los dirigentes verdiblancos es que le dirá si sí o si no el próximo día uno de diciembre.

Será ese primer día del próximo mes cuando se reúna la comisión delegada de La Liga para consensuar una respuesta. En el Racing son optimistas porque mantienen una buena relación con el organismo que preside Javier Tebas, porque éste tampoco necesita ese dinero de manera urgente y, en el fondo, no se va a negar a dar oxígeno a un club histórico, que está haciendo las cosas bien desde el punto de vista económico y administrativo desde que se libró de los lastres del pasado y que pretende mirar hacia arriba.

Tanto es así, que en las oficinas de Los Campos de Sport ya están trabajando en un horizonte optimista en este sentido porque en cuanto reciban el OK desde Madrid, tendrán un mes para formalizar esa prórroga de cinco años. Según el decreto - ley del gobierno central que abrió la puerta a esta posibilidad, las empresas tienen hasta el 14 de marzo, justo un año después de la entrada en vigor del primer estado de alarma, para hacer todo el papeleo y formalizar la operación. Sin embargo, como el concurso de acreedores del Racing termina este mismo año, debe tenerlo todo listo antes del 31 de diciembre porque, de lo contrario, estaría entrando en un incumplimiento del propio convenio.

Según se explica en la letra pequeña del decreto con el que el Ejecutivo español permitió alargar el calendario de pagos de un convenio de acreedores durante cinco años más, hace falta tener el visto bueno del 65% de los acreedores para poder llevarlo a efecto. El objetivo de la iniciativa fue dar aire a las empresas que cargan con esas obligaciones de pago añadidas durante un momento de crisis sanitaria y económica que, por ejemplo, ha afectado de lleno al Racing al tener que devolver buena parte del dinero recaudado por la venta de abonos el curso pasado. Para alcanzar esa cifra, el club que preside Alfredo Pérez necesita contar con el sí de La Liga porque, a día de hoy, ésta acumula más del 50% de la masa concursal pendiente de pago.

imposible quita. Si el organismo que preside Javier Tebas es, a día de hoy, el mayor acreedor del concurso es porque se hizo cargo de todas las deudas a futbolistas, que fueron cubiertos por el fondo de garantía salarial de la propia Liga para que, a partir de ahí, el club pasara a deberle ese dinero no al jugador, sino a la patronal. El Racing incluso intentó ir un paso más allá de esta prórroga de cinco años y sondeó la posibilidad de una ligera quita, pero ahí se encontró con el no rotundo de La Liga, que veía que podía sembrar un precedente peligroso, ya que, a partir de ahí, se formaría una cola de otros clubes que están en una situación similar y que también pedirían que les perdonaran alguna cantidad que aún adeudan.

Todo este tiempo de espera que está pasando entre que se presentó la propuesta y llega la respuesta de La Liga, para la que ha demostrado no tener demasiada prisa porque, a día de hoy, cuenta con otras prioridades, el club ha estado tanteando a otros acreedores para recibir también su consentimiento con los que, al parecer, hay buena sintonía. La música suena bien y es probable que, finalmente, el Racing encuentre la posibilidad de alargar el convenio de acreedores hasta 2026 sumando, por lo tanto, otros cinco pagos más de un millón de euros cada uno.

En el caso de que el plan salga mal y haya que cumplir con el actual calendario de pagos, el club debería abonar 5,7 millones durante el próximo mes. Es una cantidad muy importante que, por otro lado, le permitiría pasar, definitivamente, una página que mejor olvidar de la historia del club. Es un dinero que, por otro lado, tendría que salir, como ha sucedido con los últimos pagos, de los bolsillos de los máximos accionistas, que verán así ampliada en otros casi seis millones de euros la deuda del Racing con ellos, que se iría acercando ya a los treinta. En definitiva, la deuda seguiría estando ahí pero, simplemente, cambiaría de manos. Es la maniobra que está permitiendo funcionar al club en los últimos años y, en concreto, desde la llegada de Pitma. Es cierto que, aparentemente, la entidad está saneada y cumple religiosamente con sus pagos, pero, en el fondo, está cavando un nuevo agujero con una gran deuda de la que sólo se podrá librar consiguiendo volver cuanto antes a categorías profesionales.

Lo malo de tener que esperar al próximo uno de diciembre para saber si el club verdiblanco recibe ese balón de oxígeno o no es que no podrá acudir a la junta de accionistas del próximo día 29 con esta información, que será importante. Con todo, dicho acto no dejará de ser un mejor trámite por la mayoría accionarial que ostenta Pitma y que le permitirá aprobar todos los puntos del orden del día. Aún así, los últimos precedentes anuncian que buena parte de ellos volverán a salir adelante de manera unánime.