25.04.2024 |
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José Alberto se queda sin lateral izquierdo para Ponferrada

Satrústegui sufre una rotura de fibras de grado II y se suma a una enfermería en la que ya estaba Saúl | Mario y mantilla, alternativas

La lesión de Satrústegui, unida a la de Saúl, deja a José Alberto sin laterales zurdos. / RRC
La lesión de Satrústegui, unida a la de Saúl, deja a José Alberto sin laterales zurdos. / RRC
José Alberto se queda sin lateral izquierdo para Ponferrada

Si la primera vuelta se cebó durante muchas semanas con el lateral derecho, la segunda parece haberse empeñado en torpedear el izquierdo. Se le acumulan los problemas a José Alberto en una posición a la que quiso dar una vuelta nada más ponerse al frente del equipo. Apostó de lleno por Saúl y se lesionó en Vitoria. Después recuperó a Satrústegui y también se ha lesionado esta semana. De este modo, va a tener que afrontar un encuentro que todos los integrantes del vestuario califican de vital sin un especialista en la posición del tres, por lo que al entrenador le toca inventar algo nuevo. No es quizá el mejor momento para afrontar una situación así pero no es algo que se pueda elegir.

La alarma saltó cuando Satrústegui no salió a entrenar ayer. Algo pasaba. Ya una semana antes se había tenido que retirar mediado el entrenamiento quejándose de la zona posterior del muslo. Al final, no hubo lesión y pudo jugar con aparente normalidad contra el Tenerife, pero sí fue un aviso. Quedó claro en la tarde de ayer, cuando el Racing comunicó que el futbolista navarro había sido víctima de una rotura de fibras de grado II en el semimembranoso isquiotibial de su pierna izquierda, que es con la que él golpea el balón habitualmente. Se trata de un diagnóstico que anuncia una convalecencia de entre tres y cuatro semanas. Está claro que no podrá jugar en El Toralín y Saúl tampoco. A ver qué solución encuentra José Alberto.

La buena noticia es que la posición de lateral izquierdo parece que sólo va a quedar huérfana en Ponferrada, ya que la evolución de Saúl está siendo positiva. De hecho, ayer completó parte del entrenamiento y se le vio realizando ejercicios que anunciaban que va por buen camino. Si hubiera necesidad de forzar, incluso podría llegar para jugar en El Toralín, donde es posible que entre en la convocatoria pero no que juegue. Sería un riesgo evidente y, de salir mal, podría tener consecuencias peores. Precipitar reapariciones es algo que no ha funcionado en el presente curso.

Cuando sí podrá estar listo, salvo que suceda algún imprevisto en los próximos días, es para jugar en El Sardinero contra el Leganés. Más aún, teniendo en cuenta que ese duelo se disputará en lunes, por lo que tiene aún tiempo de ponerse a tono. El problema viene en El Toralín, donde el Racing se jugará algo más que tres puntos. No sólo por medirse a un rival directo que ahora mismo marca el descenso y con el que está empatado a puntos, sino para recuperar las mejores virtudes que llegó a enseñar el conjunto cántabro tras la llegada de José Alberto, las cuales han quedado en la cuneta en los dos últimos partidos.

Dos fueron las grandes y rotundas apuestas que realizó el entrenador ovetense cuando llegó a Racing: sentar a dos pesos pesados como Pol Moreno y Satrústegui para apostar por Germán y Saúl García, que sólo habían jugado de manera testimonial en la primera vuelta. El central comenzó bien pero ha cometido dos errores groseros en los dos últimos encuentros que amenazan con dejar en evidencia al técnico, ya que el defensor catalán estaba rindiendo a un buen nivel hasta su llegada. Si José Alberto decidió alinear al andaluz fue porque le ofrecía una mejor salida de balón. En el caso del lateral izquierdo, quería a alguien con mayor proyección ofensiva, algo que no le daba el navarro. Sin embargo, el gran beneficiado de esta jugada, que fue el canterano de Vioño, se tuvo que ir lesionado entre lágrimas en Mendizorroza. De pronto, Satrústegui dispuso de una nueva oportunidad, pero se le ha venido abajo.

SOLUCIONES. Ahora la duda está en conocer cuál va a ser la alternativa del entrenador verdiblanco con vistas al duelo de Ponferrada. De partida, parece que maneja dos opciones: apostar por el canterano Mario García, a quien ha tenido entrenando con el primer equipo desde su llegada al haber trasladado a Satrústegui a su condición de central, o echar mano de Mantilla y de su capacidad de ocupar cualquiera de las cuatro posiciones de la retaguardia. Ha sido habitual verle en el centro de la defensa y en el lateral derecho pero con el Racing no ha jugado aún en el izquierdo. Con todo, lo ha hecho antes en momentos puntuales para cubrir alguna vacante y es sobradamente conocida su capacidad de cumplir con cualquier cometido.

Mantilla transmite fiabilidad y una garantizada solvencia defensiva en la posición. Lo que no le va a dar a José Alberto es profundidad y capacidad de doblar a Íñigo Vicente. Menos aún, a jugando a pierna cambiada. El lateral que se adecua mejor a lo que el entrenador pide a quien juega en esa posición es Mario García, pero está por ver si se atreverá a alinearlo en un partido tan complicado. Cuando su antecesor en el cargo sufrió la acumulación de lesiones de tres laterales derechos (Dani Fernández, Unai Medina y el propio Mantilla) no eligió a Jorrín, el especialista del Rayo Cantabria en ese puesto, a pesar de haber estado entrenando con el primer equipo y de haber ido incluso convocado las semanas anteriores. Optó por cambiar de posición a Aldasoro para que ejerciera un rol desconocido para él. Y salió mal.

El entrenador asturiano, en principio, parece más abierto a dar oportunidades a los futbolistas que vienen apretando desde abajo. Se da la circunstancia, además, de que los dos grandes aspirantes a ocupar ese puesto, Mantilla y Mario García, son muy buenos amigos desde que eran niños. Cuentan con varios entrenamientos todavía para intentar convencer a su entrenador, que se ha encontrado con un problema que no esperaba. Con todo, el máximo perjudicado es el propio Satrústegui, que sabía que estaba ante una buena oportunidad para demostrar a su nuevo entrenador que puede contar con él para poner en práctica sus planes. Cuando vuelva a estar disponible, lo más probable es que ya haya vuelto Saúl.

Rubén Alves vuelve al grupo

Rubén Alves no se había roto nada. No pudo terminar el partido del pasado viernes con evidentes síntomas de dolor pero las pruebas a las que le sometieron descartaron ninguna rotura ni lesión de gravedad. Sus dolencias venían de un fuerte esguince del que, al parecer, progresa adecuadamente. Y lo parece porque el central reapareció ayer en la sesión de trabajo, lo que quiere decir que los dolores han ido remitiendo. Aún así, aún presentaba una pequeña cojera evidente que no le condicionaron. De este modo, teniendo en cuenta que lo previsible es que cada día que pase esté un poco mejor, se puede dar por garantizada su presencia en el partido del domingo de Ponferrada. Ayer no completó el entrenamiento, sino que en la recta final del mismo se retiró para no forzar demasiado la maquinaria, pero se podrá vestir de corto en El Toralín, lo que es un alivio para su entrenador porque es una pieza importante.

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