Aritz Solabarrieta aprovechó la tarde de ayer para sacar pecho. «Hemos sido el mejor equipo de España en la segunda vuelta», repitió en dos ocasiones. «Cedric no llevaba ningún gol cuando yo llegué y ahora lleva diez», apuntó también. «Y hay siete chavales que han vuelto a jugar», valoró. Da la sensación de que ni siquiera descarta su continuidad al frente del proyecto la próxima temporada o, por lo menos, él se animó a poner sus argumentos encima de la mesa para venderse como alternativa para quien tenga que tomar la decisión. Con todo, afirmó que, según ha podido comprobar en su propia experiencia, «las guerras y objetivos individuales de cada uno no ayudan porque lo único que hacen es desviar la atención de lo realmente importante, que es el juego y el día a día tanto en el partido como en los entrenamientos». «Y así va a ser aquí empezando por mi situación», añadió.

El partido de ayer, el 3-1, la clara victoria sobre un rival que apenas enseñó el colmillo, el dominio y el hecho de haber dejado prácticamente finiquitado el objetivo parecía un buen momento para venderse. Y es que, en su opinión, su equipo había hecho «un partido muy completo». Sí reconoció que Osasuna B había realizado «dos tiros» a portería nada más comenzar el encuentro, pero entendía que, a partir de ahí, sus hombres habían sido «muy superiores a través del juego, enganchando bien entre líneas, llegado bien por fuera y generando ocasiones».

«Los jugadores van creciendo, cada día son mejores y, como entrenador, no hay nada más bonito que ver esto», se felicitó el técnico vasco. Y éste quiso dejar claro que, por mucho que el objetivo ya esté en la mano e incluso después de que se consiga de forma matemática, él no tiene ninguna intención de «regalar nada a nadie» ni de dar minutos que considere que alguien no merezca. «Si algo nos ha hecho crecer como equipo y obtener tan buenos resultados a partir de la segunda vuelta ha sido el día a día y esa competencia que hay en los puestos», explicó el entrenador verdiblanco. No quiere que nadie se relaje y por eso ya avisa de que no va a empezar a rotar pensando ya en la próxima temporada, en la que, a buen seguro, él espera seguir. «No voy a regalar nada porque no lo he hecho hasta ahora con ninguno y va a seguir sin ser así hasta final de temporada», insistió.

Fue en ese momento cuando le cuestionaron por el buen momento de Cedric y sobre qué ha podido cambiar en el jugador de origen africano para que haya cambiado tanto desde el que se vio no hace demasiado. «Hasta que llegué yo llevaba cero goles», recordó. «El primero lo marcó en Zubieta y ahora suma diez», añadió. Con todo, considera que «no tiene una explicación sencilla», pero sí reconoció que es evidente que «ahora se las queda todas, marca las que le lleguen y hoy (por ayer), además, le anulan un gol legal que es un golazo». Recordó que muchas veces los delanteros funcionan «por rachas» pero también puso en valor que él mismo «ha tenido que dar un paso al frente» y que, además, es probable que ahora los balones lleguen a la delantera «en mejores condiciones».

No quiso el entrenador del Racing ponerse notas aún porque considera que las conclusiones hay que sacarlas «a final de temporada» por mucho que el equipo no se vaya a jugar nada en las tres próximas jornadas. «Todavía no está conseguido el objetivo de esta segunda fase pero no vayamos a pensar que el día que consigamos esa clasificación esto se ha acabado porque hay mucho por detrás y no vamos a parar hasta que esto se termine», apuntó. Y fue en ese momento, a pesar de que no quería entrar a valorar agua pasada, cuando recordó que han sido «el mejor equipo de la segunda vuelta de toda España». Y a esto sumó que ayer habían vuelto «a jugar otros siete chavales de casa».

Respecto a Matic, descubrió que una vez que terminó el partido y se quedó hablando con él, le dijo que no se podía permitir «el lujo de tener actuaciones como las que ha tenido durante el año, en el día a día y en todo porque tiene un potencial enorme». Y cree que ayer lo había demostrado porque «va bien por arriba, tiene salida de balón, colocación y anticipación». Entiende que le pudiera costar «adaptarse» pero se quedó con que es «un muy buen jugador» al que, por otro lado, ha dejado de lado mucho tiempo poniendo incluso por delante a un Lars Gerson que nada había demostrado. «Estoy contento por él porque ha marcado el gol, por cómo ha defendido y cómo ha asumido incluso riesgos con balón, que es algo que necesitamos», concluyó.