La victoria da un hilo de esperanza a los pupilos de Iñaki Zurimendi, que llegaban a la cita tras cuatro derrotas y un empate y ahora quedan a cuatro puntos del puesto que da derecho a jugar la eliminatoria por la permanencia, mientras que para el Rayo, la segunda derrota seguida le aleja casi definitivamente del sueño del playoff y ya tiene más cerca la zona de peligro. 

El encuentro comenzó con un lanzamiento de Mateo desde el interior del área que David Puras desvió a saque de esquina cuando se cumplía el segundo minuto de juego. Tras ese primer aviso del filial racinguista, el juego fue discurriendo como más le interesaba al cuadro pejino, que se mostró intenso en la presión, rascando e imponiéndose en los duelos de prácticamente todos los balones divididos en el centro del campo, dejándole claro al Rayo a quien le iba la vida en el encuentro. 

El cuadro rayista gozó, superado el cuarto de hora, de su segunda oportunidad de peligro tras una falta en la línea de medios botada por Neco Celorio que remató de cabeza desviado Jeremy tras adelantarse a su marcador. 

Tres minutos después, el Charles hizo diana en su primera aproximación con peligro al área de Germán. Un buen centro de Mikel Álvaro desde la banda izquierda, lo remató Jesús Puras desde la frontal del área para alojar el balón en el fondo del portal del Rayo. El conjunto pejino se sentía cómodo sobre el césped, amparado por su intensidad en las disputas, en un encuentro sin ritmo, con constantes interrupciones e imprecisiones, en el que no ocurría absolutamente nada. 

Nates, en el minuto 38, no acertó a imprimirle fuerza a un lanzamiento desde el balcón del área que atrapó sin problemas Germán. 

Cinco minutos después, tras muchos sin noticias en ataque del filial racinguista, Jeremy interceptó un pase en el lateral del área y desde la línea de fondo puso un pase de la muerte en el área pequeña que Mateo remató alto. 

Tras el intermedio, el encuentro continuó discurriendo por los mismos derroteros y se tardó casi un cuarto de hora en ver la primera acción de peligro, con un libre directo desde la frontal del área que Mario envió pegado al travesaño.

Una falta lateral botada por Campo la remató Jeremy en el segundo palo para estrellar el balón en el lateral de la red en otra buena ocasión del filial racinguista. 

En el minuto 74, Mikel Álvaro, en su empeño de quitarse de encima un balón dividido en el centro del campo, casi sorprendió a Germán con un balón que, tras botar en el área, terminó perdiéndose rozando el travesaño. Izan, sorprendentemente suplente en la jornada de ayer, replicó y probó fortuna con un lanzamiento que se marchó junto al palo. 

El Laredo logró frenar a base de oficio los arreones del Rayo, con constantes interrupciones del juego, con los que logró que pasaran los minutos para llegar al final del encuentro con una importantísima victoria con la que seguir creyendo en la salvación.