La victoria ante el Polvorín y los resultados de otros partidos han provocado que el cuadro torrelaveguense viaje a Vigo el próximo domingo para medirse al Coruxo con la ilusión de poder conseguir algo que parecía una utopía a principio de temporada. Y, en el caso de no ser posible, teniendo como premio de consolación la opción de clasificarse para disputar la Copa del Rey. Dos goles en el primer tiempo fueron suficientes para que la Gimnástica se llevara la victoria ante el filial del Lugo. Un polémico penalti pitado por el árbitro en el minuto 73, revivió un partido que estaba muerto e hizo sufrir hasta el final al público presente en El Malecón.

La titularidad de Mediavilla en la portería del equipo torrelaveguense, fue la gran sorpresa que deparó la última alineación de Sergio Fernández esta temporada en condición de local, en lo que puede ser interpretado como un premio o un gesto de agradecimiento al trabajo y la actitud del guardameta durante todo el año.

En el primer tiempo, la Gimnástica se encontró muy cómoda y supo aprovechar las facilidades defensivas que ofreció el filial lucense. El Polvorín quiso tener el balón, pero apenas inquietó la portería local, y la Gimnástica se mostró muy vertical y efectiva en ataque. Saúl se convirtió en el gran protagonista del partido y de sus botas partieron las asistencias de ambos goles. En el minuto 18, un centro suyo desde la izquierda fue rematado de cabeza por Altadill al fondo de las mallas y, cinco minutos después, en una jugada prácticamente calcada, Saúl puso el balón en el interior del área para que Somavilla, también de cabeza, pusiera el 2-0 en el marcador. El resto del primer tiempo se le hizo muy cuesta abajo a una Gimnástica que controló los tiempos del juego como mejor le convino para sus intereses ante un decaído Polvorín.

El segundo tiempo ofreció un juego más propio de un amistoso de pretemporada hasta que el árbitro decidió poner emoción al tramo final señalando un discutible penalti que metió nuevamente en el partido a un Polvorín que, hasta ese momento, no había mostrado capacidad de reacción. Xabi Domínguez transformó la pena máxima y aparecieron los nervios, la tensión y el sufrimiento. La Gimnástica se quedó con diez jugadores en el minuto 84 por la expulsión de Saúl y, en el tiempo añadido, el visitante Vidal también vio la tarjeta roja por una agresión en una tumultuosa y desagradable tangana. Al final, victoria y una semana por delante en la que la palabra más escuchada será "ilusión".