28.03.2024 |
El tiempo
jueves. 28.03.2024
El tiempo
El Diario de Cantabria

Entre dos aguas

El Llaredo no sabe si recibirá a un racing que mantenga el 3-5-2 con el que inició la temporada u otro renovado con  el novedoso 4-4-2 | Las características del rival y de san lorenzo podrían invitar al técnico asturiano a esperar

Matic, defendiéndose del sol para seguir las indicaciones de Rozada ayer en La Albericia. / Hardy
Matic, defendiéndose del sol para seguir las indicaciones de Rozada ayer en La Albericia. / Hardy
Entre dos aguas

Si el derbi se hubiera disputado inmediatamente después de haber jugado y ganado al Alavés B, no habría duda de que el Racing iba a salir a jugar a San Lorenzo con el mismo dibujo que utilizó en las tres primeras jornadas ligueras. Sin embargo, como ha habido una mini pretemporada de tres semanas en la que el cuerpo técnico ha tenido tiempo de pensar y de trabajar nuevas cosas con sus hombres, la duda ha quedado instalada en el ambiente. Manu Calleja, el entrenador del Laredo, no lo tiene claro. Tiene sospechas y apuestas personales, pero no certezas. No sabe lo que se va a encontrar delante porque cabe la seria posibilidad de que el equipo santanderino dé un volantazo y salte a jugar vestido con un 4-4-2 que no ha usado nunca hasta la fecha, ni en los ‘bolos’ veraniegos de preparación ni en lo que se lleva desarrollado de liga.

Es posible que Javi Rozada ya sepa cómo quiere ganar en San Lorenzo, pero es difícil adivinar lo que pasa por su cabeza. Por un lado, él mismo ha reconocido que vislumbra a un Racing jugando 4-4-2 porque parece tener muy claro que quiere jugar con dos delanteros, con extremos y con una formación que facilite tener más la pelota y jugar más en campo contrario. De hecho, es lo que ha estado trabajando en profundidad las últimas semanas, desde que disputó el partido contra el Alavés B. Sin embargo, también cuesta creer que vaya a cambiar el dibujo que tan bien le ha funcionado hasta la fecha. Con 3-5-2 ha sumado siete puntos de nueve posibles, ha ganado los dos últimos partidos que ha disputado y, entre ellos, una visita complicada a Lezama. Hay una máxima futbolística (e incluso vital) que recomienda no tocar lo que funciona y por eso Rozada se puede estar pensando esperar para poner en escena el Racing que quiere ver. Más aún, teniendo en cuenta que toca jugar en San Lorenzo.

Es San Lorenzo un campo no demasiado grande que, sobre todo, es estrecho. No hay grandes espacios y delante va a haber un equipo que esté esperando el error racinguista. El juego aéreo puede ser importante y por eso el técnico asturiano podría optar por mantener a los tres centrales más un pivote para controlar ese fútbol directo o esa segunda jugada que amenaza con resultar predominante y decisiva en el partido. A buen seguro que será un encuentro con pocas ocasiones como ya lo fue el que midió a ambos en pretemporada y ese tipo de encuentro de mucha intensidad y limitado juego combinativo puede recomendar al entrenador verdiblanco no tocar nada y esperar a jugar el día 29 contra el Barakaldo en casa para dar el cambiazo.

Lo cierto es que en las últimas semanas apenas ha entrenado el 3-5-2. Los entrenamientos han consistido en asimilar bien los conceptos del nuevo dibujo y, de hecho, en el partidillo del pasado viernes a campo completo, sólo uno de los equipos jugó con tres centrales durante la mitad del tiempo que duró la contienda amistosa. Con la llegada de esta semana, la rutina no ha cambiado. Tanto cuando Rozada ha propuesto ejercicios de posesión o pequeños partidillos a campo reducido, el dibujo utilizado ha sido en todo momento el 4-4-2.

Esto se puede interpretar como que la apuesta del sábado va a ser por el nuevo esquema y que lo está queriendo preparar en condiciones para estrenarlo en San Lorenzo o bien que el 3-5-2 ya lo da por controlado por parte de sus hombres y que durante todo este tiempo sólo ha querido ganar un recurso más para tenerlo preparado para cuando toque. Hasta pasado mañana, no habrá una respuesta. Quizá sí haya verdaderas pistas durante el entrenamiento de hoy, ya que Javi Rozada cerrará sus puertas para completar el entrenamiento. Sin embargo, el que se realiza a 48 horas del partido no suele ser muy intenso y es probable que el técnico asturiano simplemente lo utilice para preparar acciones a balón parado, que si siempre son importantes, es probable que más aún lo sean en el encuentro de Laredo.

Lo que está claro es que Rozada, aún estando satisfecho con el arranque liguero porque le ha permitido conseguir buenos resultados mientras pone a todos sus jugadores en forma y va poniendo al equipo a tono, quiere más. En concreto, quiere dar más sentido a la posesión, comportarse como un equipo vertical con ideas tras robar y que, sobre todo, se asiente más en campo rival. Para ello, es importante robar pronto pero es difícil pensar que en San Lorenzo vaya a intentar enseñar una presión alta porque los hombres de Manu Calleja no van a dar opción a ello y apostarán por un balón largo antes que por arriesgar en campo propio. Con todo, lo que a buen seguro intuya el técnico verdiblanco es que, para conseguir eso que busca y que permitiría evolucionar a los suyos, debe cambiar de dibujo. Lo va a acabar haciendo, pero no se sabe cuándo. Y el entrenador del Laredo tampoco, por lo que no puede preparar el partido sabiendo con certeza qué Racing se va a encontrar.

El problema que aporta el 4-4-2 es que es más complicado ubicar a Pablo Torre, que está siendo el jugador más desequilibrante del Racing en el arranque de la competición. Durante los ensayos inter semanales, la apuesta del técnico está siendo por desplazarle a banda izquierda. Es sólo un punto de partida porque la idea es que en seguida se vaya hacia dentro dejando el carril al jugador que parte desde el lateral. El canterano puede cumplir bien por ahí pero también le exige mucho más desde el punto de vista defensivo. Además, hace más complicado encontrar una ubicación a Álvaro Bustos, que es un jugador de la confianza total de Rozada.

Pablo Torre está más protegido jugando 3-5-2 siendo él uno de los interiores que juega por delante del pivote. Es así como ha comenzado el campeonato. También se encontraría, posiblemente, más cómodo aún jugando con un 4-2-3-1 que es el sistema que más utilizó Rozada en el Oviedo, tanto en el filial como en el primer equipo, pero que todavía no ha trabajado en Santander. Durante la pretemporada profundizó en el 4-3-3, luego comenzó la temporada con el 3-5-2 y ahora parece que tiende hacia el 4-4-2. Falta ver cómo funciona y cómo puede crecer la joven perla de la cantera con ese esquema. Quizá la cita de Laredo el sábado pueda empezar a sacar de dudas al respecto o, en cambio, haya que esperar para verlo en un partido oficial. El Racing se maneja entre dos aguas estos días y eso le permitirá jugar con un factor sorpresa que puede poner de su parte.

Entre dos aguas
Comentarios