El Racing ya tiene quien le entrene la próxima temporada. El elegido se llama Guillermo Fernández Romo y se ha comprometido con el club verdiblanco para la próxima temporada, por lo que cogerá el testigo de Aritz Solabarrieta, que despedirá su aventura pasado mañana, una vez que el árbitro decrete el final del partido contra el Ebro. Se trata de un técnico joven (42 años) con una importante trayectoria a sus espaldas en el mundo del fútbol y que se plantará en Santander después de haber dirigido al Cornellá las dos últimas temporadas.

En la primera de ellas se quedó a un solo partido de conseguir el ascenso a Segunda División, logro que intentará conseguir defendiendo los intereses verdiblancos. Al racinguista atento le sonará el nombre e incluso la cara de Fernández Romo porque hace tres años fue contratado por Chuti Molina para encargarse de la coordinación de las categorías inferiores. Sin embargo, apenas duró unas semanas. Entre que quizá olió algo raro en la figura del director deportivo que le contrató y, sobre todo, las ganas que tenía de seguir entrenando, decidió marcharse en pleno verano para coger las riendas del Ejea, con el que completó una gran temporada librándose del descenso sin sufrir demasiado. Fue entonces cuando recibió la llamada de un Cornellá que también anunció ayer mismo la salida de su entrenador. Tanto el Racing como el club catalán se coordinaron para comunicar la noticia a la vez. Lo hicieron a primera hora de la tarde y unas horas después de que hubiera saltado a la luz la información.

Ésta la destapó la Cadena Ser y, a partir de ahí, corrió como la pólvora. No está claro si el club tenía la intención de anunciar ya el nombre del nuevo entrenador o si iba a esperar al domingo y a que, por lo tanto, concluyera la actuación de su primer equipo por esta temporada, pero lo cierto es que los tiempos se precipitaron y Solabarrieta se sentará el sábado en el banquillo sabiendo quién ocupará su sitio. Es posible incluso que su sucesor esté ya por Santander durante el fin de semana preparando su presentación oficial porque a su equipo le tocaba descansar en esta última jornada. Para que Guillermo Fernández Romo haya fichado por el Racing ha sido importante la figura de Víctor Alonso, ya que el entrenador madrileño formó parte del organigrama técnico del Real Murcia cuando el hoy director general del club cántabro estaba en su tierra. Ambos se conocen y a buen seguro que trabajarán juntos a la hora de dar forma al proyecto deportivo por mucho que la última palabra vaya a ser la de Fernández Romo, que ejercerá también la figura de director deportivo llevando a cabo una función similar a la que realizó Ángel Viadero en su momento.

De esta manera, la entidad se ahorra un buen contrato que puede utilizar para fichar a uno o dos buenos jugadores y, a su vez, desliga la confección del primer equipo del proyecto relacionado con las categorías inferiores. En el fondo, el objetivo es evitar lo que ha sucedido este mismo año, cuando la errática trayectoria de los hombres de Solabarrieta tiró por la borda a Amorrortu, un tipo que, en principio, había llegado para poner en marcha un proyecto a medio o largo plazo. Hizo un buen trabajo por abajo pero le condenó lo que sucedió por arriba. todos los cargos. Víctor Alonso tendrá más voz y voto en la confección de la plantilla, algo que no ha tenido este año al recaer toda la responsabilidad sobre el citado Amorrortu y Pedro Menéndez. Es un hombre que tiene la total confianza de Alfredo Pérez y Pedro Ortiz y que ha sido importante para la llegada de Fernández Romo, quien también coincidiera con Chuti Molina no en el Murcia, sino en la cantera del Celta. De ser contratado para encargarse de las categorías inferiores hace tres años, ahora ha fichado como entrenador. Se le abre, por lo tanto, ante sí su gran oportunidad para dar un salto de calidad a su trayectoria y hacerlo de la mano del Racing. Fernández Romo ha tenido siempre muy claro que quería ser entrenador y, de hecho, a los 18 años ya estaba apuntado en la escuela de entrenadores para sacarse el título. Se puede decir que ha ocupado todos los puestos que se puede tener en un equipo técnico.

En el Os Belenses, un equipo de la primera división portuguesa, fue ojeador. Fue también responsable de captación de la cantera del Betis, segundo entrenador del Betis B, Melilla y Alcoyano, coordinador de las categorías inferiores en el Racing, director deportivo del Murcia y el Jumilla y entrenador del juvenil de División de Honor del Celta, en las categorías inferiores del Rayo Majadahonda y de la Federación Madrileña al ser seleccionador sub 16, además de encargarse de los banquillos del Noja en la campaña 2010-11, con el que fue campeón de Tercera, el citado Jumilla, el Ejea y el Cornellá. Quienes le conocen hablan de él como de un loco del fútbol, de esos que no se pierden un partido. Tiene claro que quiere dedicarse a esto y, como se puede apreciar, siempre ha estado en disposición de coger la maleta para dar continuidad a su sueño. Con el Cornellá se quedó la temporada pasada a un solo partido de haber conseguido el ascenso, pero perdió 1-0 contra el Castellón tras haber dejado en la cuneta al Ibiza y al Atlético Baleares. En el presente curso no ha llegado tan lejos y en la primera fase quedó quinto por detrás de proyectos potentes y ambiciosos como el Barcelona B, el Nástic, el Andorra y el Llagostera. Con todo, en la segunda fase ha avanzado con tino y seguridad y ha terminado primero, por lo que dejará al equipo catalán en Primera RFEF.

Además, su huella quedará marcada también gracias a su notable participación copera, ya que eliminaron al Atlético de Madrid y sólo cayeron contra el Barça en la prórroga. Una pieza fundamental del Cornellá que se quedó a un solo paso de ascender a Segunda División fue Nana, lo que podría cambiar el futuro del jugador africano. Éste termina contrato y, tras su decepcionante temporada vestido de verdiblanco, nadie habría apostado por que le fueran a ofrecer la renovación, pero esto puede cambiar. Es probable, de hecho, que el nuevo entrenador se traiga consigo a alguno de los jugadores que han estado a sus órdenes en el bando catalán, entre quienes, por cierto, está el central cántabro Borja García. Con todo, el nuevo entrenador del Racing presume de un amplio conocimiento del mercado de Segunda B, algo que será fundamental este verano porque la reestructuración del fútbol por debajo de Segunda División a buen seguro que hará que los precios suban y se corra el verdadero peligro de que se produzca una acumulación de clubes con deudas inasumibles. Va a haber que andar con paso firme. El técnico hacer el equipo a su gusto y en función del fútbol que pretenda poner en práctica.

En principio, es un técnico que se amolda aunque es de los que le gusta jugar y de acumular hombres por dentro. No es un entrenador con un gran nombre ni con ascenso alguno a sus espaldas. Tampoco habían hecho grandes cosas en Segunda B Iván Ania y Paco Fernández, los últimos que han conseguido llevar al Racing a Segunda, aunque sí habían subido en Tercera División. Lo que está claro es que Fernández Romo está ante su gran oportunidad, que va a hacer todo por aprovecharla y que ha demostrado conocer bien la profesión. Con su llegada, ya estaría confirmada la columna vertebral del proyecto deportivo del Racing, con él como máximo responsable del primer equipo, Ezequiel Loza del filial y César Anievas y Gonzalo Colsa como máximos responsables de las categorías inferiores, de las que forma parte el propio Rayo Cantabria. Aunque son nombres que se han conocido en los últimos días, lo cierto es que el club ya los tenía atados desde hace tiempo. Es lo bueno que tiene haber terminado tan pronto, en la práctica, el presente curso. Formalmente, lo hará pasado mañana pero, en verdad, sucedió hace varias semanas.