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El Diario de Cantabria

BARAKALDO- RACING

A por la cuarta seguida

El Racing quiere mantener la racha de victorias esta tarde en Barakaldo | Se mide a un rival necesitado que ha ganado sus dos últimos partidos en casa | Solabarrieta recupera a Jon Ander para disputar el único puesto abierto

El Racing quiere seguir con su buena racha de resultados en Barakaldo. / Hardy
El Racing quiere seguir con su buena racha de resultados en Barakaldo. / Hardy
A por la cuarta seguida

Si algo está dejando clara la segunda vuelta de la primera fase es que los de arriba no perdonan, que se ha abierto semejante brecha entre los nobles y los plebeyos que dicha diferencia se acaba haciendo evidente sobre el terreno de juego. Los únicos puntos que pierden los que comandan la clasificación es ante rivales directos. Ésta es la tendencia, la moda, lo que se lleva. Incluso el Racing la está manteniendo porque esa buena racha en la que lleva sumido desde hace algo más de un mes se ha cimentado ante rivales que pelean por huir del pozo, como son el Portugalete, el Alavés B, el Leioa o el Laredo. Los únicos puntos que se ha dejado por el camino fue ante el Bilbao Athletic, lo que no hace sino confirmar ese hilo rojo de la historia por el que parece avanzar la competición.

Lo que sucede es que toda regla tiene su excepción. Y el que dio forma a ésta fue el Barakaldo, cuando sorprendió al Real Unión ganando en Lasesarre 3-0. El equipo más en forma del momento visitó el campo de otro que lleva pisando huevos desde octubre y sucumbió. Y es ahí, precisamente en ese mismo escenario, donde le toca jugar esta tarde (18 h.) al Racing. Está bien avisado de la trampa que supone, de la nula posibilidad que tiene de mostrar ni tan siquiera un atisbo de exceso de confianza. A estas alturas, debería estar escarmentado después de la manera que tuvo de avanzar por la categoría hasta bien entrado el mes de enero, pero una buena racha siempre vuelve a poner encima de la mesa la tentación de creerse más que el otro. El conjunto cántabro no se lo puede permitir.

Con el de hoy, quedan cinco partidos y da la sensación de que el Racing no se va a poder permitir pinchazo alguno. Como mucho, quizá se pueda permitir algún empate, pero nunca podría suceder hoy, a las puertas de esa serie de encuentros contra rivales directos donde se lo va a jugar todo. Y a ese tramo del calendario ha de llegar limpio, con el ánimo intacto y a un solo paso de colarse entre los tres primeros, algo que se antojaba imposible hace apenas mes y medio. El equipo verdiblanco ha de saltar a la arena en la que peleará de igual a igual contra Amorebieta, Real Unión y Real Sociedad B en disposición de depender de sí mismo. Y para eso hay que quedarse con todo el botín en Lasesarre.

Por eso el encuentro de esta tarde acumula una importancia mucho mayor de la evidente. De hecho, cuando el balón eche a rodar en Lasesarre, ya sabrá cómo ha terminado el duelo entre el Amorebieta y el Real Unión. Y eso querrá decir que jugará sabiendo que si gana puede empatar a puntos al equipo vizcaíno o ponerse a uno del irundarra. Y parecía que estaban muy lejos. Eso, en vez de añadir presión en el equipo, debería suponer un soplo de ilusión que le permitiera comenzar el partido en avión.

Y algo así le va a hacer falta porque delante va a tener a un rival que se va a jugar mucho y que, por lo tanto, va a salir a morder. De hecho, se trata de un equipo que, tras el cambio de entrenador, ha protagonizado una reacción que le interesa mantener. Sobre todo, en casa, ya que parece que se ha hecho fuerte en Lasesarre después de sorprender al Real Unión y ganar al Laredo. A este último ya no le ganó de manera tan sobrada, ya que se quedaron con los puntos los vizcaínos como lo podían haber hecho los cántabros. Acertaron con la que tuvieron y poco más.

El Barakaldo ha estado en el pozo de la clasificación desde el primer día y quiere salir de él en la recta final del campeonato, para lo que necesita sorprender al Racing. Va a salir a jugar con intensidad, con el cuchillo entre los dientes y esa agresividad que posee dentro quien se sabe prácticamente perdido. Y a ese nivel va a tener que ponerse el equipo verdiblanco para, a partir de ahí, intentar hacer patente su teórica superioridad. Sin lo primero no habrá lo segundo. De partida, ha de dejar claro a su contrincante que tiene fortaleza y músculo suficiente para ganar los duelos que le proponga, cazar las segundas jugadas o iniciar una buena presión tras pérdida que le deje bloqueado. Después, le tocará echar el balón al piso e intentar repetir lo que tan bien le fue el pasado domingo contra el Laredo, cuando completó 45 minutos sobre los que apoyar un alto grado de esperanza en lo que el equipo sea capaz de hacer en lo que queda por delante.

El Barakaldo va a intentar que el Racing no saque ese fútbol y lo hará proponiendo un partido más físico, de juego directo y contacto del que tan fácil es contagiarse. Es momento de echar mano de la personalidad porque es Lasesarre un campo donde se puede jugar y con un césped algo mejor del que ha tenido en los últimos años. Para conseguirlo, se intuyen pocos cambios en el once inicial que presente Aritz Solabarrieta. No tendría mucho sentido y menos aún en su centro del campo, donde ha encontrado una sala de máquinas que sostiene y hace funcionar al colectivo y que encuentra en unas bandas irresistibles para los rivales sus mejores aliados.

Si el conjunto cántabro se encontró tan a gusto y se sintió tan poderoso el pasado domingo fue porque el Laredo dejó jugar demasiado al Racing. Le concedió una superioridad numérica en la zona de medios que permitió que jugadores como Riki y Pablo Torre se encontraran mutuamente y se ofrecieran siempre, con la inestimable colaboración de Íñigo, una salida al balón y al juego. La posesión iba de un lugar para otro hasta encontrar la manera de derribar la muralla levantada por los pejinos. Volver a ver el vídeo da gusto, pero es fácil prever que el equipo vizcaíno no va a dar tantas facilidades. De partida, su objetivo pasará por que Riki no entre tanto en juego o, por lo menos, no se sienta tan cómodo como para sentarse en el sofá, ponerse una copa y comenzar a repartir juego.

El asturiano es quien ha cambiado la cara al Racing y eso lo sabe bien el entrenador del Barakaldo, que será el tercero esta temporada y que es el ya conocido Jabi Luaces, que ya se ha cruzado en el camino del conjunto cántabro cuando entrenaba al Gernika y al Arenas. Y éste ha fabricado otro tipo de equipo. Cuando visitó Santander, el bando gualdinegro dio la impresión de ser un equipo que quería jugar a lo que no podía. A pesar de ir último y sin apenas puntos, intentó sacar el balón sacado de su propia área y mover la pelota desde atrás, algo para lo que hay que tener mucha confianza, que era algo que no tenía en aquel momento. Ahora la historia ha cambiado. Con Luaces al frente, ha recuperado un fútbol más primario pero confían que más eficiente. Todo pasa por guardar bien su propia área, provocar errores ajenos y aprovecharlos llegando al campo rival por el camino más corto, que es siempre la línea recta.

En casa le está yendo bien y por eso el Racing va a tener que derriba ese teórico fortín que pretenden construir los vizcaínos. Seguramente, tendrá que tener paciencia y su rival buscará un partido largo. De hecho, si el conjunto cántabro es capaz de marcar primero, puede generar una ansiedad en el equipo contrario que puede terminar pagando. Pero también puede suceder lo contrario porque la necesidad con la que jugarán ambos es mayúscula por mucho que los objetivos sean opuestos.

El Racing volverá a jugar contra un equipo con un buen número de bajas importantes a sus espaldas, como la del cántabro Picón o los recién fichados Markel Etxebarria y Martí Crespí. Está teniendo suerte en ese sentido aunque, por otro lado, también pensaba que hoy su única ausencia iba a ser la de Marco Camus pero, finalmente, también Gerson y Matic se quedarán en casa por lesión.

El ‘nueve’ venía siendo para Jon Ander, que estaba completando buenos partidos en los que por fin era un jugador reconocible, pero el pasado domingo no pudo jugar y sí lo hizo Cedric, que marcó y mejoró las sensaciones que había venido dando. En principio, el vasco ha dejado atrás su lumbalgia pero, al haber completado sólo un par de entrenamientos en las dos últimas semanas, podría repetir con el futbolista de origen nigeriano. Tras lo visto en las últimas semanas, es fácil concluir que lo último que le falta al Racing es encontrar un nueve que se ponga en forma, haga goles y meta miedo. Cualquiera de los dos podría ser.

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