A la octava tampoco fue la vencida. El Cayón continúa sin conseguir su primera victoria de la temporada tras empatar ante un rival directo como el Marino. Un tanto de Iván Elena en el epílogo evitó la primera alegría para la escuadra cántabra, que parecía cercana tras un inapelable cabezazo de Chus Villar.

El Marino sorprendió al evitar cualquier tanteo. Mostrándose alternativo a nivel ofensivo entre el pase corto y los envíos largos, el colectivo luanquín avisó por mediación de Adolfo después de que el lateral derecho leyese correctamente la continuación de la jugada protagonizada por Jandrín, compañero de fatigas por la banda derecha, que le había desdoblado por fuera. El disparo fue desviado a córner por un defensor local.

Estudiado y visto el planteamiento inicial del cuadro visitante, con tres centrocampistas en la medular, Luis Fernández decidió abandonar la doble punta de referencia y apostar por Raba como ese tercer elemento que, bajando desde la mediapunta, numéricamente igualase la competencia en la zona de construcción.

El Marino, más habituado a este contexto, arrancó mostrando mejores credenciales ofensivas que el Cayón. Jandrín le ganó el duelo individual a Montiel para, ya pisando el área local, conectar un disparo cruzado a media altura que Galnares repelió de manera contundente.

Las lesiones de Palomeque y David Grande, piezas imprescindibles en el trabajo de ambas áreas, antes de cumplirse la primera media hora de juego no debilitaron al Marino.

Una pérdida de balón del Cayón en campo propio casi lo aprovechó Abraham, recién ingresado al terreno de juego en sustitución del punta torrejonero, para ajusticiar al conjunto cayones.

Sin embargo, Mier supo seguir la conducción interior del delantero y despejar a saque de esquina el disparo del atacante getafense. Sin soluciones por los carriles interiores, el Cayón intentaba hacer daño por las bandas siendo continuista en la proyección de centros laterales.

Esos envíos no encontraban rematador o concluían con escasas complicaciones en las manos de Dennis. Hasta que Riki decidió saltarse el guion establecido y ser más imprevisible que el resto para, tras amagar con el centro, dar un pase atrás que Dani Salas chutó alto.

Raba, partiendo hacia dentro desde la banda derecha, también probó fortuna con un disparo lejano que un seguro Dennis detuvo sin darle vida a un posible rechace.

Superior cuantitativa y cualitativamente en el centro del campo, con la entrada del mediocentro Guille Pinín en sustitución de Jandrín, el Marino arrancó la segunda parte recuperando el balón en campo contrario y protagonizando, en las botas de Lora, la mejor ocasión hasta ese momento. El mostoleño, que recibió solo dentro del área, se zafó en su potente disparo con una gran estirada de Galnares.

El pulso parecía condenado a un empate sin goles entre los dos equipos con menor bagaje anotador del grupo, hasta que Chus Villar, cabeceando un centro medido de Montiel desde la banda izquierda, demostró que había forma de burlar al destino.

Sin embargo, el Cayón recibiría un duro mazazo en el ocaso con el tanto de la igualada definitiva, obra de Iván Elena, quien leyó un pase interior y definió por debajo de las piernas de Galnares.