25.04.2024 |
El tiempo

Una apuesta de verdad

Sentar en la tercera jornada a un fichaje de renombre como Villapalos para meter a Sainz Maza confirmó que los canteranos no están en el racing para tapar agujeros | «Yo entreno siempre para ser titular», recalca el de Ampuero

Iñigo Sainz Maza fue el primero en celebrar el gol de Jon Ander. / Hardy
Iñigo Sainz Maza fue el primero en celebrar el gol de Jon Ander. / Hardy
Una apuesta de verdad

La gran sorpresa de la alineación que escribió Javi Rozada en la pizarra poco antes del partido del pasado domingo fue la presencia en la misma de Iñigo Sainz Maza. Fue importante e incluso valiosa por varios motivos. De partida, confirmó que el mensaje transmitido por la dirección deportiva desde el primer día es cierto y que la apuesta por la cantera es firme. Quedó claro que no han incorporado a media docena de valores de La Albericia para tapar agujeros, sino que todos ellos compiten de igual a igual por el puesto sin importar el DNI o la experiencia acumulada. Además, dejó escrito que no hay nadie intocable en la plantilla porque el técnico demostró su valentía sentando a uno de los fichajes quizá más importantes del verano, como es Alberto Villapalos, para poner al canterano. Hacer eso en la tercera jornada no es algo a lo que se atreva todo el mundo por miedo a que se desestabilice el vestuario. Y eso hay que reconocerlo.

Se unieron dos factores. Por un lado, el jugador madrileño había dejado demasiado patente en sus últimos partidos que todavía no estaba en forma. Era de los que había llegado tarde y de los que, además, había terminado muy tarde el curso pasado. Sí estuvo bien en sus dos primeras apariciones, que fueron los amistosos contra el Bilbao Athletic y el Sporting B, pero su rendimiento se redujo de manera notable en los últimos encuentros de preparación, que fueron contra el Alavés B y el Amorebieta. Siguió teniendo continuidad y formó parte del equipo en las dos primeras jornadas ligueras pero sin enseñar su mejor versión. Hizo evidente que le quedaba aún para ser él mismo.

A esto se unió que Iñigo Sainz Maza había estado bien en el partido contra el Portugalete, sobre todo cuando ejerció de pivote en el segundo tiempo, ya que había comenzado el partido como carrilero derecho a pesar de prácticamente no haber entrenado en dicho puesto durante la larga y eterna pretemporada. Además, en el partidillo del entrenamiento del pasado jueves estuvo especialmente bien y fue eso quizá lo que desniveló la balanza a su favor. Apostando por él para jugar contra el Alavés B, Rozada demostró que con él van a jugar los que mejor están independientemente del nombre que ponga en la camiseta.

Él no da demasiada importancia a su titularidad porque deja bien claro que no va a alterar su rutina, ya que afirma trabajar «siempre de la misma manera y con el objetivo de entrar en el once». Sin embargo, su experiencia puede ser un asidero al que aferrarse para otros jugadores que quizá no están contando demasiado en este arranque de competición. Tiene claro el jugador de Ampuero que «la decisión final va a ser siempre del entrenador» pero, por de pronto, él estuvo ahí, cumplió e incluso fue señalado por muchos como el mejor jugador de su equipo ante el Alavés B.

Sainz Maza abarca mucho espacio del terreno de juego y aporta un mayor dinamismo a esa posición de pivote. Es más ágil y atrevido a la hora de saltar a la presión sin miedo a perder su posición y ahí tiene un elemento diferenciador respecto a Alberto Villapalos, que es quizá más estático y posicional y también más potente en el juego aéreo. Lo que está por ver es si la apuesta por él tendrá continuidad porque cuando toque jugar en campos como Sarriena o San Lorenzo, que será donde el Racing dispute, en principio y coronavirus mediante, sus dos próximos partidos, quizá el técnico eche mano del madrileño porque el terreno se adapte mejor a sus aptitudes. Rozada ha dejado claro que estudia mucho al rival y éste condiciona sus equipos, por lo que quizá el domingo pasado simplemente entendió que las virtudes del Alavés B demandaban un pivote como Sainz Maza.

Éste recibió el cometido de tener especial cuidado con el juego «por dentro» del filial blanquiazul porque contaba por ahí «con gente peligrosa» y, además, jugaba «con dos puntas y podían romper al espacio». «Tenían peligro», insiste el medio centro cántabro. Por eso el entrenador le pidió que estuviera «atento a saltar a la presión y no dejara que jugara fácil o a la espalda». «Lo intenté hacer lo mejor posible y creo que salió bastante bien», se felicita el canterano.

por lo que pueda pasar. Considera Iñigo Sainz Maza que ganar el pasado domingo era «muy importante» porque, de partida, era «clave» para completar un buen inicio de campeonato en el que estar «muy metidos». Durante la larga pretemporada se repitió en numerosas ocasiones lo importante que era comenzar bien y el Racing lo está haciendo. De ahí que, por encima del juego que está poniendo en práctica el equipo, se valoren los resultados que van a permitir trabajar mejor y seguir evolucionando la maquinaria. Además, como bien recuerda el jugador cántabro, «con todo el tema de la pandemia», todo son incógnitas. Nadie sabe «cómo va a evolucionar la situación o si se va a parar la competición o no», recalca. Por eso, por lo que pueda pasar y por si al final hay que volver a improvisar situaciones de urgencia como el pasado año, es importante estar en todo momento bien clasificado. Y la victoria permitió al Racing mantenerse en lo más alto, lugar del que no quiere apartarse.

En ese sentido, el centrocampista cántabro acabó «muy contento» el envite del domingo. Considera que todo lo que habían trabajado les había salido bien y, por lo tanto, desde el vestuario se transmitía felicidad y esa sensación gratificante por el deber cumplido y bien hecho. «Estuvimos serios atrás, que es lo que nos dijeron que teníamos que hacer para no conceder ocasiones», precisa Sainz Maza. En su opinión, el equipo respondió «a la perfección» a ese mandato. Sin embargo, el problema siguió estando, al igual que en el partido anterior en Lezama ante el Bilbao Athletic, a la hora de generar juego. En su posición, quizá a Sainz Maza se le debía pedir una mayor participación a la hora de iniciar el mismo para, por lo menos, ser un punto de unión entre los centrales y los interiores, que fueron Pablo Torre y Nana y que estaban demasiado lejos. Reconoce el jugador cántabro que el Racing jugó «en algunos tramos del partido de manera más directa» pero también asegura que hubo otros en los que movieron mejor el balón. Se refiere a algunos minutos «de la primera parte y al final de la segunda», en los que, en su opinión, lograron «dar dos vueltas y jugar con un poco más de pausa».

Es el propio Rozada el que es consciente de que ahí tiene un ‘debe’ su equipo porque insistió en su rueda de prensa posterior al encuentro ante el Alavés B que necesitan asentarse más en campo contrario y ser más protagonistas con balón. Él tampoco lo quiere para marear la perdiz porque en pretemporada ya mostró su intención de fabricar un Racing vertical que creara juego y opciones ofensivas a partir de otras variantes que no tienen por qué ser las de marear el balón con el llamado ‘tiki taka’, pero sí es cierto que su arranque de la temporada ha practicado un futbol de equipo pequeño. Y eso hay que cambiarlo.

Y no sabe el Racing cuándo podrá hacerlo porque es probable que no pueda jugar el partido del sábado en Leioa y después le toca descansar. Le va a tocar a la plantilla verdiblanca afrontar estos días con «un poco de incertidumbre» por la situación que vive su próximo rival y el positivo que tiene en su plantilla pero tiene claro Sainz Maza que han de «plantear la semana como si hubiese partido el próximo fin de semana». Probablemente no lo haya y el cuerpo técnico tenga tiempo de trabajar durante las dos próximas semanas para intentar mejorar y corregir las carencias que ha percibido en las tres primeras jornadas y para poner en forma a jugadores que llegaron tarde y a los que aún les cuesta. Entre otras cosas, también deberá decidir si mantiene la apuesta por Iñigo Sainz Maza o si vuelve a echar mano de Villapalos.

Una apuesta de verdad
Comentarios