Cuando el líder de la oposición húngara Péter Márki-Zay estaba en Bruselas a fines del año pasado, visitó la calle donde un eurodiputado del partido gobernante del primer ministro Viktor Orbán , Fidesz , había huido por un desagüe para evadir una redada policial en un " orgía gay ”que rompió las reglas del encierro . El eurodiputado, que más tarde dimitió, había sido el artífice de una cláusula de la constitución húngara que definía el matrimonio como una institución heterosexual. La visita a la tubería de desagüe fue un capital político fácil para Márki-Zay, que buscaba llamar la atención sobre la hipocresía del partido gobernante, al tiempo que enfatizaba su compromiso con los derechos LGBT y las credenciales conservadoras.

Es el tipo de movimiento que ha desconcertado a Fidesz, que no esperaba enfrentar este tipo de desafío en las elecciones parlamentarias de Hungría en la primavera de 2022 .

Márki-Zay, un conservador que va a la iglesia y padre de siete hijos, es el candidato a primer ministro de seis partidos de oposición, desde socialdemócratas hasta la ex extrema derecha, que se unieron para enfrentarse a Orbán. “Después de 16 años, es la primera vez que la oposición tiene una oportunidad real de ganar”, dijo Róbert László, especialista en elecciones del Instituto de Capital Política en Budapest.

Los húngaros van a las urnas en abril o mayo en un concurso que podría derribar a Orbán, cuyo experimento de 11 años con la "democracia antiliberal" ha hecho que Hungría se convierta en el primer estado miembro de la UE en ser clasificado como "parcialmente libre" por la ONG. Casa de la libertad.