La Comisión Europea propondrá finalmente este viernes a los países de la UE que pongan un tope a los beneficios extraordinarios que están ingresando las empresas generadoras de electricidad, bien con tecnologías de "bajo coste" como las renovables, bien con el carísimo gas y el petróleo, y que destinen esos ingresos extra e "inesperados" a ayudar a hogares y empresas más vulnerables.

Después de días de filtración de distintos documentos de trabajo, en los que se planteaban distingas opciones para la "intervención de emergencia" para reducir el precio de la luz que anunció hace unas semanas, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha anunciado este miércoles cuáles serán las cinco opciones que pondrá sobre la mesa del Consejo extraordinario de ministros de Energía, que se celebra este viernes.

En este catálogo figura también que los Estados miembros acuerden fijar un tope máximo de demanda de electricidad en las horas punta, de cumplimiento obligatorio, y limitar el precio del gas que la UE sigue comprando a Rusia. Esta última propuesta se conoce desde hace unos días y este mismo miércoles ha provocado la reacción del presidente ruso, Vladimir Putin, que ha amenazado con cortar definitivamente el flujo de gas -actualmente suspendido por una supuesta avería en el gasoducto NordStream- y ha advertido de que no logrará el objetivo buscado con esta medida por la UE, el de reducir sus ganancias por la venta de gas. 

"Existen compromisos establecidos en los contratos de suministro. Y si se toma algún tipo de medida política que contradiga los contratos, simplemente no los cumpliremos", ha dicho Putin en el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok. Ha calificado esta iniciativa europea de "tontería".

El corte total es un de los "riesgos" que contemplaba la Comisión en un documento de trabajo que detalla esta medida, que apuntaba a que, de aprobarse, los Estados miembros deberían estar dispuestos a asumirlo.

"No nos importan estos anuncios porque nos están chantajeando", ha respondido desde Bruselas Von der Leyen. "Afrontamos una situación extraordinaria, porque Rusia es un suministrador en quien no se puede confiar y está manipulando los mercados de la energía. Nuestra unidad y solidaridad nos asegurará que venceremos", ha dicho dos días antes de una reunión extraordinaria de los ministros europeos de la Energía, que estudiarán cinco medidas concretas. 

Recorte de beneficios

Aunque dos de ellas están dirigidas a limitar de algún modo los beneficios caídos del cielo de las eléctricas -por producir a bajo precio con energías baratas como las renovables electricidad que se cobra a precio de gas y por generarla con gas y superar con mucho sus costes de producción con su venta-, Von der Leyen no ha pronunciado la palabra "impuesto" en su comparecencia ante la prensa. Fuentes comunitarias tampoco han querido precisar si sería a través de un impuesto cómo los países tienen que reducir el nivel de ingresos de las eléctricas.

"Propondremos limitar las ganancias de las compañías que produce electricidad a bajo precio. Las fuentes de energía renovables están teniendo ingresos inesperados, que no se reflejan en sus costes de producción. Ya es hora de que los consumidores se beneficien de los bajos precios de las renovables", ha dicho Von der Leyen. Según ha dicho, la medida supone "reconducir estos beneficios inesperados a apoyar la adaptación de personas y compañías vulnerables".

Esta idea supone una especie de 'excepción ibérica', pero a la inversa, porque en lugar de topar el precio del gas como ocurre en España y Portugal, se actúa sobre el efecto verdadero que este mecanismo está teniendo: desacoplar el precio del gas de la producción de energía para que otras fuentes no puedan alcanzar el elevado precio al que cotiza el gas en el mercado internacional.

Sin embargo, la Comisión no se queda ahí y propondrá algo similar con respecto a las compañías que generan electricidad con gas. De nuevo sin decir si sería mediante un impuesto u otro mecanismo, Von der Leyen ha planteado que "lo mismo tiene que ocurrir para los beneficios inesperados de las compañías de combustibles fósiles".

"Las gasistas y petroleras también han hecho beneficios masivos. Propondremos una contribución solidaria para las compañías de combustibles fósiles", ha avanzado.

Tope a la demanda de electricidad

Meses después de acordar con los Veintisiete una reducción variable de la demanda de gas -que iría desde un objetivo general del 15% a excepciones como la española, que solo recortará el 7%- la Comisión plantea ahora a los países de la UE fijar de forma obligatoria un tope máximo de la demanda de electricidad que puede haber en las horas punta, que son las más caras.

Von der Leyen ha hablado este miércoles de un "ahorro inteligente de electricidad" con el propósito de aplanar los picos [de demanda] que la encarece. La idea que trasladará el viernes a los Estados miembros es "un objetivo obligatorio para reducir el precio de la electricidad en horas punta".

En cuarto lugar, Bruselas propone apoyo financiero para apoyar a las empresas de energía, que actualmente tienen que contar "inesperadamente con una gran cantidad de fondos" para comerciar con energía. Para ello, prevé autorizar ayudas de Estado.

Pagar menos por el gas de Rusia

La quinta opción que tendrán los ministros el viernes sobre la mesa es limitar el precio del gas que la UE compra a Rusia, que ya ha provocado la reacción -en la forma esperada por Bruselas- por parte de Putin. Von der Leyen ha celebrado que la UE ha alcanzado casi dos meses antes de lo previsto llenar sus reservas al 80% y que la búsqueda de otros proveedores ha dado sus frutos, puesto que cuando empezó la guerra en  Ucrania el gas que llegaba por gasoducto a la UE desde Rusia representaba el 40% del total y hoy es solo del 9%.

Sin embargo, Bruselas es consciente de que incluso con esta reducción -también provocada porque cada vez que Moscú retoma una interrupción del flujo lo hace a menos capacidad- que estas importaciones siguen financiando la maquinaria de guerra de Putin. "Lo usa para financiar su atroz guerra contra Ucrania", ha dicho Von der Leyen. "El objetivo aquí es muy claro. Tenemos que cortar los ingresos de Rusia", ha aseverado.

De acuerdo a un documento de trabajo sobre esta medida, lo que plantea Bruselas es que los Veintisiete adopten por unanimidad una decisión "por fuerza mayor" contra Rusia y fijen el precio máximo al que le comprarán el gas. Sería parecido al "modelo de sanciones". Este mecanismo supondría que para Rusia sería mejor dejar de bombear gas a la UE que pagar el precio limitado, que debería estar a un nivel por encima de sus costes de producción pero en la horquilla entre 5 y 35 euros el MWh, lejos de los 270 que se alcanzaron la semana pasada.

Como segunda opción, plantea que este límite solo lo apliquen los países más dependientes del gas ruso, entre quienes se crearía una plataforma regional, que iría desde la Europa central a la del este y que negociaría en bloque volúmenes de gas con Rusia. Partiría de una "zona roja" (red zone) que se situaría en Hungría y que se ampliaría en forma de onda hasta alcanzar la frontera con Rusia e Italia y Países Bajos por el oeste. El resto serían "zona verde", menos dependiente del gas ruso.