23.04.2024 |
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Mentiras, exabruptos e incumplimiento de leyes: la Legislatura de Revilla en cinco sucesos bochornosos

El candidato del PRC, M. A. Revilla colecciona un rosario de salidas de tono y actitudes repudiables a lo largo de estos últimos años que para muchos políticos hubiera supuesto el abandono de la vida pública | El regionalista mintió cuando negó haber estado fumando en el interior de un bar durante la pandemia, destinó 150.000 euros a unas ‘revilletas’, utilizó un acto con escolares para insultar al rey emérito e incluso fue cazado conduciendo en dirección prohibida durante una Nochebuena

Los momentos más bochornosos de Revilla durante la legislatura.
Los momentos más bochornosos de Revilla durante la legislatura.
Mentiras, exabruptos e incumplimiento de leyes: la Legislatura de Revilla en cinco sucesos bochornosos

El candidato del PRC a la reelección como presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha protagonizado algunos de los momentos más bochornosos de la política nacional durante la última legislatura. A pesar de querer cultivar una imagen de cercanía y mostrarse campechano y afable en sus innumerables apariciones televisivas, la realidad es que el regionalista ha dejado tras de sí un reguero de exabruptos y ocurrencias que habrían hecho muy difícil seguir en la política a otros candidatos.

Para empezar, es preciso recordar que Revilla mintió descaradamente a todos los cántabros cuando fue sorprendido almorzando en el interior de un restaurante y fumando un puro en mitad de la pandemia de coronavirus. En aquellos momentos, las normas sanitarias obligaban a comer en las terrazas, estando prohibido hacerlo en interiores y por supuesto fumar estaba tajantemente prohibido.

Tras ser sorprendido, y grabado en vídeo, saltándose las leyes que desde su propio Gobierno se hacía cumplir al resto de ciudadanos,  el presidente cántabro negó que hubiera incumplido la normativa, mintiendo a todos los cántabros. Al tiempo, y viendo que era imposible mantener su embuste, Revilla reconoció la verdad. «Es cierto que he mentido. He mentido porque me sometieron a una presión en un momento determinado que ya no sabía ni lo que decía; no por mí, por los que me acompañaban, porque el bochorno fue terrible», manifestó el secretario general del PRC cuando tuvo que rendir cuentas en el Pleno del Parlamento, al ser preguntado por este asunto por los portavoces del grupo mixto-Vox y Ciudadanos, Cristóbal Palacio y Félix Álvarez, respectivamente.

Así, mientras los cántabros sufrían las restricciones impuestas por la crisis sanitaria y los hosteleros apenas podían mantener abiertos sus establecimientos, Revilla se saltaba las normas a la torera. El regionalista reconoció que mintió en relación al extremo de fumar, admitiendo así que el puro era suyo, y justificando que en el momento de lo sucedido negara ambas cuestiones por la presión y bochorno que, ha dicho, sintió entonces, en el que estaba acompañado por unos empresarios que le habían «invitado» a una comida «de trabajo» para abordar inversiones y proyectos previstos en la región. Pero este no fue el único patinazo del regionalista durante la pandemia de covid.

 

Más de un millón de ‘revilletas. Durante la emergencia sanitaria, hubo desabastecimiento de mascarillas y al presidente de Cantabria no se le ocurrió otra cosa que adquirir, por un valor de 150.000 euros, unas servilletas de papel para que los ciudadanos las usaran como tapabocas. Fueron las tristemente bautizadas como ‘revilletas’, que llegaron a ser noticia a nivel nacional por el nivel de ruindad de aquella medida que Revilla intentó vender como un producto de «enorme utilidad». La realidad es que la adquisición de casi 1,2 millones de unidades de este producto resultó un absoluto fiasco y un insulto para muchos cántabros.

En redes sociales circularon centenares de ‘memes’ y comentarios criticando estas mascarillas, cuestionando su calidad y su nivel de protección.

En Twitter, hubo usuarios que las tacharon de «bochornosas», que las compaban con papel higiénico o servilletas de bar por su poco grosor, y que hasta lamentaban que se hayan talado árboles «para esto». En la misma red social, Revilla salió al paso de esas críticas y colgó una foto junto a su mujer Aurora Díaz y su hija menor, Lara, los tres portando una mascarilla como las que repartía el Gobierno. «Hoy celebramos el cumpleaños en confinamiento de mi hija Lara, 21 años. Con las polémicas mascarillas que son de enorme utilidad», destacaba el presidente cántabro. El Ejecutivo destacó entonces que Cantabria se convertía en la primera comunidad autónoma en poner este elemento a disposición de toda la ciudadanía de forma gratuita, como medida de prevención ante la COVID-19, pero fue llegar los primeros paquetes y comenzar las críticas. Y es que esa ‘revilletas’ no sustituían a las quirúrgicas homologadas, y solo daban una «una solución temporal». Un despropósito de proyecto que sirvió para poco y por el que Revilla nunca se ha disculpado.

Otro de los momento álgidos de la forma populista de hacer política que maneja el regionalista fue más reciente en el tiempo, precisamente durante las última navidades. Durante un acto celebrado en un colegio de Molledo a pocos días de la celebración de Reyes Magos, Revilla advirtió en un estado lamentable, por no decir que estaba un poco perjudicado, a los niños que no se equivoquen con los Reyes Magos porque «hay otro rey fugado» que «se queda sin regalos»

De esta forma, el presidente regional utilizó un evento con menores para lanzar un mensaje político en contra del rey emérito Juan Carlos I. Las palabras de Revilla levantaron un vendaval de críticas. «Ya está bien, que se ponga a gobernar, que atienda sus obligaciones y sus responsabilidades, porque Cantabria no necesita un comentarista, sino un presidente que gobierne la región, administre los recursos de los cántabros y que trabaje en mejorar el futuro de sus ciudadanos, y ahí nunca está Revilla», criticó entonces el portavoz del PP, Íñigo Fernández. El regionalista, en su afán por llamar la atención había acudido a Molledo para recibir al cartero de los Reyes Magos, desfiló junto a su comitiva y se dirigió a los pequeños y mayores presentes en el evento. Subido en una tarima, Revilla advirtió a los chavales: «Niños, no os equivoquéis de reyes, llevad las cartas a Melchor, Gaspar y Baltasar, que hay otro rey fugado por ahí que, si se las lleváis, seguro que se queda con los regalos», en alusión al emérito Juan Carlos I. Tanto el PP como Cs pidieron a Revilla «que deje de hablar del Rey y se ponga a gobernar de una vez». En concreto, el PP tildó de «muy desafortunado» el «uso político» de este acto navideño. «Otro error de Revilla, una vez más, y ya aburre y cansa», valoró el portavoz del PP, Íñigo Fernández. A juicio del portavoz ‘popular’, es «evidente» que el tiempo político del dirigente regionalista «ha pasado ya». «Ni respeta la Navidad, ni a los niños, ni respeta al Rey emérito, ni la Jefatura del Estado. Toda la deriva que está mostrando es preocupante», ha considerado Fernández, a quien le sorprende «la crudeza que Revilla demuestra hacia el Rey emérito, a quien utilizó para obtener protagonismo y popularidad mediática en España y de quien se aprovechó incluso para ilustrar la portada de su primer libro». Por su parte, el portavoz de Ciudadanos (Cs) Félix Álvarez, cree que las palabras de Revilla demuestran una «falta de empatía y sensibilidad enorme con un hombre de 85 años, del que dice que fue su amigo y que vive alejado de su país y familia, demostrando muy poca sensibilidad en estas fechas tan especiales». «Revilla miente, Juan Carlos I no está fugado, ya que la justicia no le ha reclamado. Pero da igual, todo le vale a Revilla para el chiste fácil, para el aplauso gratuito y para llevar a la más alta expresión el populismo», opinó. El líder de la formación liberal consideró que al presidente de Cantabria «el personaje le ha devorado» y «ya no distingue entre su papel institucional, del Revilla televisivo de El Hormiguero».

En las redes sociales también afearon el discurso del presidente cántabro, una intervención que fue calificada como «política de tercera división» y «populista». El grado de desconcierto en las redes con las palabras de Revilla fue tal que algunos de los usuarios de Twitter, como el perfil de ‘populares de Castaneda’ consideraron que Revilla estaría ebrio para haber pronunciado semejantes palabras. «Menuda castaña lleva, se ha bebido el agua del río del belén... ¡Madre de Dios!», publicaban. Otros usuario señalaron que al jefe del Ejecutivo cántabro «debería darle vergüenza» y le afeaban que no era el lugar adecuado para tratar ese tema. «Una vez más dando el cante, haciendo el payaso», se lamentaba otra usuaria, que le pedía «quédate en casa y déjanos en paz a los cántabros, que no estás arruinando». «Vergüenza» fue el calificativo más usado por los perfiles en redes sociales que se hicieron eco de las palabras de Revilla, que mayoritariamente señalaban su equivocación y le indicaban que no era «un momento para habar de eso». El presidente de Cantabria también ha criticado recientemente al nieto de Juan Carlos I y sobrino de Felipe VI, Froilán, hijo de Elena de Borbón. Revilla  le definió con tan solo dos palabras: un «poco crápula» e ironizó con que las medidas económicas del Gobierno de Pedro Sánchez: «seguro que no le han afectado en absoluto y ni siquiera le habrá prestado atención».

En defensa de Pedro Sánchez. Otro momento muy comentado de los protagonizados por el líder del PRC a lo largo de estos últimos años fue cuando se encaró en plena calle con un hombre que insultó al presidente del Gobierno central cuando paseaba por el centro de Santander con Revilla.

«No lo tolero», sentenció el regionalista, para quien se puede «discrepar» y de «todo» además, pero «insultar nunca». «Me he indignado y he ido a por él», se justificó el presidente cántabro tras salir en defensa del presidente de España al ser increpado por un hombre en Santander, que le ha insultó cuando salía del coche para almorzar con el regionalista en un céntrico restaurante de la ciudad. Tras admitir que tal vez no debiera haber actuado como lo ha hecho, Revilla ha achacado su reacción a que le ha «molestado» lo que ha visto y escuchado y, también, a que tiene «temperamento», aunque, ha precisado al respecto, no le suele ocurrir. Además, el líder del PRC aseguró tras el incidente que pensaba volver a la zona para coger «por banda» a la persona que profirió los insultos, un camarero que trabajaba en un bar de la zona y que posteriormente tuvo que publicar una disculpa tras el acoso que recibió al ser expuesto de aquella forma por el presidente cántabro.

Conduciendo en sentido contrario. También en el centro de Santander se produjo otro de los momentos más vergonzantes de la larga lista que ostenta el presidente regional.

Revilla se vio involucrado en la  Nochebuena del 2018 en un altercado en las calles de Santander. Ocurrió de noche, cuando circulaba con su vehículo y decidió tomar la calle Peña Herbosa... pero en sentido contrario. Revilla y los vecinos pronto entablaron una discusión a gritos, dirimiendo quién de las dos partes era la que tenía razón. Se trata de una concurrida calle de Santander, conocida por contar con numerosos bares donde en días tan señalados como el 24 de diciembre se suele aprovechar para estar en la calle. Así es como un grupo de jóvenes empezó a echar en cara al conductor que circulada en un sentido prohibido para la marcha, cuando pronto descubrieron quién era quien conducía el vehículo. Varios jóvenes se acercaron al coche para entablar un diálogo con él, pero otros le increparon y terminaron intercambiando gritos. Algunos de los presentes en la calle empezaron a pedirle «que sople, que sople» -en referencia a que realice un control de alcoholemia-, mientras que Revilla respondía que le expliquen «si es dirección prohibida». Al final, llegaron los insultos, y terminaron por llamarle «payaso».

Las críticas no se hicieron esperar, especialmente porque dio la casualidad de que algunas horas antes de que tuviera lugar el incidente, el propio Revilla colgaba en su perfil de Facebook un vídeo en el que se le veía junto a su hija cantando un villancico, unas imágenes que iban acompañadas de un texto en el que decía verse «animado con un chupito de orujo de Liébana».

Revilla explicó que en Nochebuena accedió a la sede del Gobierno en su vehículo particular por dirección contraria, después de que la Policía Local desviara la circulación por ese sentido, al estar cortada la calle donde se ubica el Ejecutivo. El político no cree que hiciera «nada ilegal» al realizar esa maniobra de acceso al Gobierno y asegura que su conciencia está «absolutamente tranquila». Una vez más, como en el caso del puro en el restaurante durante la pandemia, parece que las normas no son de obligado cumplimiento para el regionalista. «Esto es una cuestión que vengo haciendo siempre; y no solamente yo, todos los que están en esa misma situación», alegó Revilla, quien precisó que la «fatalidad» es que en esta ocasión le han grabado, además de increparle. «No he hecho nada que no haya hecho antes y que tengo que volver a repetir el día de Nochevieja», sentenció el político cántabro.

Mentiras, exabruptos e incumplimiento de leyes: la Legislatura de Revilla en cinco sucesos bochornosos
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