La muerte llegó rápidamente a los residentes de Champlain Towers South. Abuelos, padres e hijos dormían en sus camas cuando su edificio de 12 plantas se derrumbó en un montón de escombros humeantes.

Los supervivientes describieron un sonido como el de un trueno, seguido de la destrucción completa de docenas de apartamentos en el bloque del sur de Florida. El derrumbe duró apenas 10 segundos, pero fue captado por las sombrías imágenes de las cámaras de seguridad de un edificio vecino que rápidamente comenzaron a difundirse en los sitios web de noticias de todo el mundo.

Las imágenes fijas de las secuelas de lo que la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, ha calificado como "una tragedia inimaginable" eran igualmente desgarradoras. Literas blancas precariamente torcidas en lo que antes era el dormitorio de un niño; aparatos de aire acondicionado arrugados, muebles aplastados y otros objetos personales en un montón de escombros de 9 metros que recuerda más a una zona de guerra.

Pero el verdadero alcance humano del horror que se abatió sobre la pequeña comunidad de Surfside, al norte de Miami Beach, en las primeras horas del jueves no fue inmediatamente evidente. El sábado por la mañana, las minuciosas labores de búsqueda y rescate, que duraron varios días, no habían permitido encontrar supervivientes, y la esperanza se desvanecía para las familias apiñadas en un centro de reunificación cercano, que esperaban desesperadamente noticias. Se confirmó la muerte de cuatro personas y la desaparición de 159.

"Cada vez que cierro los ojos, todo lo que puedo ver es el video de la caída de la torre", dijo Pablo Rodríguez, cuya madre de 64 años, Elena Blasser, y su abuela de 88 años, Elena Chávez, estaban en el edificio de condominios.