20.04.2024 |
El tiempo

Las terrazas serán las protagonistas con la incógnita sobre los clientes

En la fase 1 de la desescalada se pueden abrir terrazas al aire libre con la mitad de las mesas, con una ocupación máxima de 10 personas por cada una, y con limpieza y desinfección entre un cliente y otro, mantelerías de un uso y dispensadores de geles, según las instrucciones que se han dado

Dos personas charlan con su respectiva mascarilla en una terraza en al Plaza Pombo de Santander. / ALERTA
Dos personas charlan con su respectiva mascarilla en una terraza en al Plaza Pombo de Santander. / ALERTA
Las terrazas serán las protagonistas con la incógnita sobre los clientes

Con la entrada en la fase 1 de la desescalada parte del protagonismo, por la novedad, será hoy de las terrazas hosteleras con su apertura al 50 %, y con un aforo que se podría ampliar gracias a la iniciativa de algunos ayuntamientos, que quieren así ayudar a un sector que no espera grandes afluencias. En la fase 1 de la desescalada se pueden abrir terrazas al aire libre con la mitad de las mesas, con una ocupación máxima de 10 personas por cada una, y con limpieza y desinfección entre un cliente y otro, mantelerías de un uso y dispensadores de geles, según las instrucciones que se han dado. La gran pregunta para hoy será cuantas terrazas estarán abiertas y, sobre todo, si la gente acude a ellas, máxime teniendo en cuenta que la predicción meteorológica da lluvias. Ayuntamientos como el de Santander han querido aliviar al sector hostelero, uno de los más perjudicados por la COVID-19, y han ofrecido a los negocios ampliar las terrazas en los casos en que sea posible. «Somos sensibles a esta problemática que surge, por la limitación al 50% de ocupación, y por eso hemos planteado esta medida para ver si puede ser un poco de desahogo», señala a Efe el primer teniente de alcalde de Santander, César Díaz.

Las ampliaciones de las terrazas se autorizarán, sin pagar tasa, siempre que se cumplan los requisitos de la ordenanza de terrazas, cuando no suponga molestia o perjudique a los vecinos y a su descanso, y cuando no se interfiera en la movilidad. No sería una medida de aplicación masiva, sino que en realidad se restringe a zonas determinadas, de acuerdo con lo que fija la ordenanza. En Santander, la ordenanza establece que para tener una terraza la acera debe tener un mínimo de tres metros y que se puede ocupar un tercio de la anchura para garantizar la movilidad peatonal.

El Ayuntamiento entiende que, pese a estas limitaciones, hay zonas amplias y plazas donde los locales que así lo consideren podrían ampliar sus terrazas «con unas mesas», porque hay espacio suficiente, «sin molestar a nadie». También es cierto que «habrá otros lugares donde será imposible», porque «la acera está justa, o porque hay alrededor otros locales y no se puede crecer», asevera Díaz. Por ello, la filosofía del Consistorio es que, al final, quien pueda y quiera solicitarlo lo haga, y que no sea porque la Administración no pone facilidades. Con todo, en el Ayuntamiento no tienen para nada la percepción de que les vaya a llegar «una avalancha» de peticiones para terrazas, por las limitaciones al 50% y porque tampoco habrá mucha gente en la calle. «No está muy claro que la gente se vaya a lanzar en tromba a sacar terrazas. Las consultas que nos han llegado en este sentido han sido más bien pocas», dice César Díaz, una idea con la que coincide el presidente de los hosteleros de Cantabria, Ángel Cuevas, que advierte de que serán pocos los que abran porque no se espera público y no habrá rendimiento económico. Cuevas reconoce que esta medida de las terrazas es buena y, aunque «el que pueda lo pedirá», no cree que sirva para animar masivamente a que los negocios hosteleros se lancen a la apertura. En cualquier caso, agradece a los ayuntamientos que están «por la labor» de poner facilidades al sector.

Las terrazas serán las protagonistas con la incógnita sobre los clientes
Comentarios