La inflación en España ha superado en junio la barrera psicológica de los dos dígitos por primera vez desde abril de 1985, al dispararse el Índice de Precios al Consumo (IPC) un 10,2% interanual, el mismo incremento que se produjo en ese mes de hace 37 años.

Según ha adelantado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE) y tendrá que confirmar a mediados de julio, la inflación se situó un punto por encima de la registrada en mayo, lo que deja en evidencia las medidas aprobadas hasta la fecha para intentar contener la escalada de precios -como la bonificación de 20 céntimos por litros a los carburantes- que por el momento no han sido efectivas.

La inflación subyacente -que no tiene en cuenta el precio de los alimentos frescos y los productos energéticos por ser los más volátiles y que sirve de termómetro para conocer el contagio de la subida de precios al conjunto de la economía- repuntó en junio un 5,5%.

Los precios empezaron a subir en España en verano del año pasado, pasando el IPC del 2,7% en que se había situado en mayo y junio a cotas superiores al 3% en verano y a superar el 5% en el último trimestre del año. En este año, el índice alcanzó su cota más alta en el mes de marzo, después de que estallara la guerra en Ucrania, con un incremento del 9,8% y desde entonces se ha mantenido por encima del 8%.

En lo que va de 2022, la inflación promedio se sitúa en el 8,45% y el porcentaje que se utilizará para revalorizar las pensiones -la media desde diciembre de 2021 a noviembre de 2022- se sitúa por el momento en el 8,2%, lo que condenará a la Seguridad Social a un fuerte incremento del gasto.

Organismos como la OCDE ya han pronosticado que la inflación será en promedio este año del 8,1% y que en 2023 seguirá muy alta, hasta cerrar el ejercicio con una subida media en los doce meses del 4,8%, de las más elevadas de la Unión Europea y por delante de economías como la de Francia, Alemania, Italia, Portugal, Grecia y la media del conjunto de la Eurozona.