El presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), Francisco Agudo, ha subrayado la «incertidumbre» que tiene el sector de cara al invierno después de unos meses de julio y agosto «excepcionales», pero con una subida «impresionante» de los costes de los suministros y de la luz y el gas al final del verano que es «muy difícil» de soportar.

Agudo ha mostrado su satisfacción con los datos del verano, superiores a los de 2019 y 2021, pero ha hecho hincapié en la importancia de tener en cuenta la rentabilidad más que el nivel de ocupación, ya que es lo que muestra «los resultados económicos de los negocios» y lo que va a definir como va a ir el invierno.

El presidente de los hosteleros ha detallado también que el alojamiento ha sido mejor que en años anteriores, pero la restauración, aunque «ha sido buena y se ha trabajado», «no ha llegado a los niveles del año 2019».

En este sentido, ha insistido en que los resultados económicos del final del verano serán los que muestren como será el periodo invernal, ya que «todo ha incrementado una barbaridad» y eso «va directamente a la cuenta de explotación de los negocios» y ha habido unas subidas de los porcentajes «impresionantes» en cuanto a precios de luz, gas y suministros.

Además, ha señalado que para hacer frente a esa subida de los precios, deberán hablar con el Gobierno de Cantabria para abordar soluciones, ya que el problema de los suministros, ha enfatizado, «nos preocupa enormemente».

Respecto a posibles estrategias para desestacionalizar el turismo veraniego, Agudo ha agradecido los planes del Gobierno regional que «están funcionando bien», pero ha mostrado su «preocupación» ante «estos meses que vienen ahora», que «van a ser la clave para poder cerrar un buen año o no».

Además, ha incidido en que los incrementos de los costes podrán repercutir en los precios que deben pagar los ciudadanos, para poder recuperar «en parte, porque todo va a ser imposible» los gastos. También ha hablado sobre el poder adquisitivo de la población, que «va a bajar», y también «va a afectar» a la hora de conseguir clientes en los hoteles y restaurantes de Cantabria.