Hostelería y turismo es el sector más afectado por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) presentados a la raíz de la pandemia y las restricciones sanitarias, ya que más de un 70 % se corresponden con este tipo de actividad y sus trabajadores.

Según los datos de la Seguridad Social en Cantabria, que se han conocido ayer martes, son 8.436 personas las que están en un Erte de suspensión en Cantabria.

El director general de Trabajo del Gobierno regional, Gustavo García, señala a Efe en los últimos meses ha habido un aumento en esa cifra por el impacto en la actividad económica de las restricciones sanitarias, de movilidad o aforos relacionadas con el coronavirus.

Con todo, esas más de 8.400 personas en Erte «distan mucho» del número que se registró en abril, en pleno confinamiento, cuando en Cantabria llegó a haber 35.547 trabajadores en expedientes de suspensión.

Vuelta a la actividad. El director general de Trabajo subraya la contribución de los Erte «al sostenimiento del empleo» y remarca que los trabajadores a los que afectan están «en suspensión». «Eso es una garantía para volver a la actividad cuando se recupere la normalidad», aduce.

Pero en los meses de noviembre y diciembre, con el aumento de las restricciones, por ejemplo el cierre del interior de los locales de hostelería, ha habido un repunte en los afectados por el Erte.

«Es verdad que a lo largo de todo el verano hubo un descenso. Y el sector de hostelería y turismo es quizás el más representativo dentro de los expdientes», destaca García.

Según sus datos, si bien en abril con los 35.000 trabajadores en Erte la hostelería y el turismo representaba un 35 % de ese total de regulación de empleo, en los dos últimos meses el porcentaje ha aumentado para llegar a en torno a un 75 %.

Los principales sectores afectados. Por lo tanto, «se puede decir que de esos 8.436 trabajadores en situación de suspensión por Erte, en un porcentaje de más de un 70 % se corresponden con la hostelería y el turismo», abunda el director general.

Tras la hostelería y el turismo, el resto de expedientes se reparten en actividades socioculturales, de deporte, empresas auxiliares a la hostelería, pequeño comercio o servicios en general.

Los Erte de impedimento o limitación de actividad, que son los más numerosos ahora, se están tramitando en el plazo de 5 días que marca la norma, asegura García.

Si bien es cierto que en el punto álgido de la pandemia, cuando había un aumento diario «muy grande», fue «muy difícil cumplir esos plazos». «Pero ene este momento el volumen de presentación de expedientes es mucho más escalonado, y con una dinámica más establecida se puede resolver en tiempo», agrega el director general.

Trámites a realizar. También destaca que a la vez que presentan a la autoridad laboral la solicitud de expediente, las empresas tienen que tramitar el correspondiente expediente de prestación de desempleo para los trabajadores afectados.

De modo que, por un lado, la autoridad laboral resuelve sobre el expediente de regulación de empleo, y por otro el Servicio de Empleo y la Tesorería de la Seguridad Social tramitan las prestaciones de los trabajadores y las exoneraciones de cotización.

García añade que la mayoría de los expedientes de regulación afectan a empresas de menos de 10 trabajadores, por lo que cree que no se va a ver «de una manera significativa la presentación de expedientes de extinción». «En estos momentos en la Dirección General de Trabajo no se está presentando ningún Ere de extinción», recalca.

Prórroga de los ERTE. De momento la prórroga de los Erte alcanza hasta el 31 de enero, pero el Gobierno y los agentes sociales tienen previsto reunirse próximamente y su posición es favorable a una nueva extensión de los expedientes, aunque se desconoce con qué alcance y condiciones.

La región perdió un total de 186 autónomos durante el pasado año, un 0,5%

La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) ha destacado este martes que los datos de paro de 2020 confirman que concluye un año «horrible y terrible» en destrucción de empleo, con un tejido empresarial «asfixiado». En Cantabria, el ejercicio concluyó con 186 autónomos menos, una caída del 0,5%, hasta los 41.147.

«Un año de pandemia con más paro y menos empresas y que marcará menos autónomos con los datos de último día de mes. Un año de los peores que hemos tenido, amortiguado por los mecanismos que se han puesto en marcha», ha asegurado en un comunicado el presidente de ATA, Lorenzo Amor, quien ha advertido de que el primer trimestre del año será «muy complicado» por la tercera ola de la pandemia.

Amor indicó que los mecanismos de protección están funcionando, pero abogó por «prorrogarlos, mejorarlos y poner en marcha más», con ayudas directas a los sectores más afectados. «El Gobierno debe facilitar el acceso a la prestación por cese de actividad a los autónomos que no la solicitaron en marzo, porque no la necesitaban, pero que ahora sí la necesitan y no les está permitido», afirmó.

Asimismo, apostó por no esperar «al último minuto de enero» para aprobar estas prórrogas, ya que el primer trimestre del año 2021 va a ser «nefasto».

En cuanto al impacto de la crisis en los autónomos, en 2020 la cifra de autónomos en España se ha incrementado en 2.320 personas, hasta alcanzar los 3.271.408 autónomos. Sin embargo, son sólo 7 las comunidades autónomas que han acabado el año con saldo positivo en las cifras de afiliación de autónomos.

Andalucía lidera este incremento positivo, con un aumento porcentual en 2020 del 1,7% (+9.060 autónomos), seguida de la Región de Murcia, que aumenta sus cifras de autónomos en un año en un 1,2%.

Por el contrario, las mayores pérdidas porcentuales anuales las registran La Rioja y Aragón, con una caída del -1,6% de sus autónomos en 2020.