La siderúrgica Global Steel Wire (GSW) ha presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor, debido a la alteración de la cadena de suministro y, sobre todo, al desabastecimiento de chatarra derivados de la situación provocada en el mercado por el COVID-19.

El ERTE, que se alargará lo que dure el estado de alarma decretado por el Gobierno central, se irá aplicando de forma variable, en función de la evolución de la disponibilidad de las materias primas necesarias para el proceso productivo.

La plantilla de la planta de GSW de Nueva Montaña es de 620 empleados.

Pese a que estos ERTEs no requieren negociación con los representantes laborales, fuentes de GSW señalan a Efe que quiso consensuarlo con ellos y complementar las prestaciones por desempleo hasta el 80 por ciento del salario bruto.

También se mantendrán todas las pagas extraordinarias y las vacaciones. Esas mismas fuentes aseguran que la propuesta ha sido "ampliamente respaldada" por los representantes sindicales.

Desde hace semanas se monitoriza la evolución global de la situación generada por el COVID-19 en los más de 120 centros de trabajo del Grupo Celsa, que ha destacado que su prioridad es la seguridad y salud de sus empleados.

En todos ellos se están siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y adoptando las medidas preventivas y los protocolos de contingencia pertinentes.