23.04.2024 |
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Racing de Santander. Duelo al anochecer

El RAcing recibe al Dux Internacional con la necesidad de mantener su impolutarachaen casa para corregir las derrotas a domicilio l Se vislumbran nuevos cambios en defensa
Varios jugadores del Racing durante un entrenamiento. / Hardy
Varios jugadores del Racing durante un entrenamiento. / Hardy
Racing de Santander. Duelo al anochecer

Se han pasado toda la semana los jugadores y técnicos del Racing afirmando que, tras la derrota del pasado domingo en el campo del Celta B, tenían suerte porque el viernes, que es hoy, tenían otro partido. Es decir, que la semana iba a ser corta, de sólo cinco días, y eso les iba a dejar menos tiempo para pensar y dar demasiadas vueltas a las cosas. Eso es positivo si ganas, ya que un nuevo accidente condenaría a pasar todo un fin de semana en galeras, algo que nunca conviene.

Un buen comienzo es fundamental en toda temporada futbolística y la mala trayectoria del equipo verdiblanco a domicilio hasta la fecha está obligando a mantenerse completamente limpio y aseado en casa para no caer en las garras del peligro. Por eso sólo es el quinto partido, pero ya hay obligaciones. Venir de perder fuera genera una presión añadida al siguiente partido en casa. Y no es poca la que sienten encima los jugadores del Racing.

Esta noche de viernes (21 horas) reciben al Dux Internacional, un equipo madrileño que, en principio, parte con el objetivo principal de mantener la categoría pero que, en verdad, ha perdido hasta la fecha los mismos dos partidos que ha perdido el conjunto cántabro. Y si éste se consuela diciendo que no mereció perder ninguno de los dos, más razones para ello tiene el equipo madrileño, que cayó en Badajoz gracias a un penalti que no todos vieron en el minuto 96. El equipo extremeño, otro supuesto gallo del grupo, sufrió como nadie para derrotar al Dux y eso sirve como aviso de las dificultades que se van a encontrar los hombres de Fernández Romo a partir de las nueve. En la punta de ataque del conjunto madrileño juega David Barral.

En el Racing transmitió la idea de ser un futbolista sin futuro alguno, pero sigue al pie del cañón y manteniéndose en la categoría de bronce. Hay que tener cuidado con los caprichos del destino porque la historia está llena de relatos inesperados que, en este caso, harían al aficionado verdiblanco ver al ariete gaditano marcando el gol de la victoria hoy en Los Campos de Sport.

No hay que jugar con fuego y por eso habrá que estar atento a un ataque que, por encima de todo, intenta aprovecharse del error rival. Y para afianzar su retaguardia, Fernández Romo ha estado preparando cambios que, en el fondo, suponen una vuelta a los orígenes. La semana pasada salió a jugar el Racing con Eneko Satrústegui en el lateral izquierdo, lo que dejó a Isma López en el banquillo y situó a Álvaro Mantilla junto a Pol Moreno. Hoy el de Villaba volverá a ser central porque es donde mejor estaba rindiendo y porque su equipo le necesita para intentar iniciar más y mejor el juego desde atrás.

Al contrario que la semana pasada e incluso que hace dos contra el Talavera, Fernández Romo intuye que su contrincante no va a querer el balón, sino que va a aparecer con la prioridad de mantenerse seguro y junto atrás. Por eso va a ser importante mostrar una capacidad para dominar los partidos con la posesión que, por otro lado, todavía no ha tenido.

Y la presencia de Satrústegui es importante para que Lucas Díaz no tenga que lanzar melones a campo rival y se intente dar criterio desde atrás conectando con la sala de máquinas. La vuelta a la ‘normalidad’ conllevará una sacrificio. El técnico ha de elegir entre Pol Moreno y Mantilla y lo cierto es que hay pocas dudas de que va a echar mano del primero, ya que es un hombre de su total confianza. El primero no ha demostrado ser peor, pero, a la hora de jugársela, uno confía en quienes siente más cercanos. Y es hasta comprensible.

Donde es probable que pueda haber continuidad es en la posición de medio centro con Íñigo y Borja Domínguez intentando dar continuidad al juego. En el último partido del Racing en casa brilló Sergio Marcos, lo que también le podría abrir una puerta. Hasta esta noche, no habrá posibilidad de salir de dudas. Los que son intocables son los cuatro jugadores de arriba. Son quienes están mostrando un mejor estado de forma y, curiosamente, todos ellos estaban ya en el equipo el curso pasado. A Álvaro Bustos y a Soko les costó encontrarse a sí mismos pero ya lo han hecho en los últimos encuentros.

Pablo Torre sigue creciendo y es quien aporta un elemento diferencial al juego de su equipo mientras que Cedric ha marcado un gol en cada uno de los dos partidos que el Racing ya ha jugado en casa. Necesita que siga la racha y, sobre todo, lo necesita su equipo, que es bien consciente de que no se puede permitir dos tropiezos seguidos para no caer en la tentación de la precipitación, la ansiedad, las prisas y, por todo ello, también los errores. El horario es extraño pero puede ser una buena hora de fútbol. Un viernes a las nueve de la noche, con todo el fin de semana por delante, puede apetecer ir a Los Campos de Sport.

Más aún, cuando incluso se va a poder llevar el bocadillo después de más de año y medio sin poder hacerlo. Según las limitaciones actuales, el Racing podría meter en el campo a un 75% del aforo, pero es bien consciente de que no llegará apenas ni a un 30%. De este modo, decidió apostar por la opción B, que es poner el límite en el 50% de las butacas disponibles pero permitiendo comer y beber. Y es lógico, si le dan a elegir, porque ni en sus sueños húmedos soñaría con meter hoy a más de once mil personas. El número de abonados ha bajado y, además, se ha visto que sigue habiendo unos dos mil que nunca van al campo. Durante un momento de incertidumbre y desorientación del conjunto cántabro hace dos semanas, cuando el Racing se midió al Talavera, incluso se empezaron a oír ya algunos pitidos.

Es algo poco recomendable a estas alturas pero en mano de los futbolistas está mantenerlos tapados. La mejor manera de conseguirlo es con un buen inicio de partido que dejara las cartas sobre la mesa sobre las intenciones de cada uno. Sin dudas, como si el equipo no viniera de perder y no tuviera ya al doble de puntos de los que tiene ahora quien presume de liderato. Hay que dar razones al aficionado para estar orgulloso de su equipo, algo que rara vez se consigue jugando a pequeño como a menudo ha hecho hasta la fecha. Cuando la apuesta es esa, todo depende del resultado y, cuando éste no aparece, uno se queda sin nada.

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