ARTE
Dibujos y esculturas de Roni Horn dialogan con el espacio en el Centro Botín

La artista norteamericana Roni Horn (Nueva York, 1955) abre este 1 de abril la programación expositiva del Centro Botín de 2003 con una muestra "meticulosamente concebida por ella misma" en diálogo con los espacios, la arquitectura, la luz y el flujo de visitantes de este espacio, y que cuenta con una nueva serie de diez esculturas de vidrio.
Bajo el título 'Me paraliza la esperanza', la exposición, comisariada por la directora de Exposiciones y de la Colección del Centro Botín, Bárbara Rodríguez Muñoz, que la ha presentado este viernes junto con la directora ejecutiva del Centro Botín, Fátima Sánchez, abarca tres décadas de la producción artística de Horn e incluye fotografías, esculturas, dibujos, libros y una 'perfomance'.
Roni Horn, que desde 1975 llevar recorriendo los paisajes más remotos de Islandia, desarrolla en sus obras una práctica artística "heterogénea y de orientación conceptual". Su obra reflexiona sobre el proceso de devenir en relación con la identidad y el lugar.
La exposición, que podrá verse hasta el 10 de septiembre, va acompañada de una publicación que recoge textos escritos expresamente para ella por la escritora norteamericana Carmen María Machado y la comisaria, investigadora y novelista española Isabel de Naverán, así como una conversación entre Horn y Bárbara Rodríguez.
Esta última ha explicado que en sus obras Horn "pone en foco la identidad" como algo que es "fluido, cambiable y mutable" y que "no responde a interpretaciones binarias o cerradas". "Ella dice que el tiempo meteorológico y el agua son sus mentores", porque "son esquivos, incontenibles y cambiantes".
De ahí, según Rodríguez, la importancia de "poner la atención en la naturaleza experiencial" de esta exposición, que nos pide un "ejercicio de hiperpresencia, de estar en el lugar y atentos a nuestro entorno". En este sentido, Horn "no está solo respondiendo a lo material, sino también a lo inmaterial, a las atmósferas de la sala y a la luz natural" que baña el espacio del Centro Botín.
De hecho, las piezas de vidrio expuestas se iluminarán solo por luz natural, y según vayan pasando las horas y vayan entrando en penumbra cambiará su tonalidad y también "su personalidad". Lo mismo que en la 15 fotografías de imágenes de masas de agua, 'Still water', del río Támesis a su paso por Londres, en las que el agua cambia de textura y tonalidad.
Al respecto, la comisaria ha destacado la importancia que el agua tiene para Roni Horn, que la considera una "presencia espiritual" y "misteriosa". "Cuando miras el agua, nunca sabes lo que estás mirando en realidad".
También se ha referido a la pieza 'Goldsmatch', dos láminas de oro puro que brillan como el fuego según le dé la luz, así como sus obras de vidrio y sus texturas cambiantes, una "ambigüedad" del material que interesa mucho a la artista, ha dicho.
En el caso de sus dibujos, que Horn pinta con "pigmentos viscosos", los corta y vuelve a recomponer "como si fuera un puzzle", ha señalado que "ella habla de dibujar como una manera de pensar" y de "recordar sus experiencias".
Fátima Sánchez, por su parte, ha explicado que en la exposición, que "llama a la calma" y a "contemplar", hay piezas que han supuesto "un reto" en su montaje por tener un peso "muy extraordinario"