19.04.2024 |
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EXPOSICIÓN

Georges Meliés y el cine en Laredo

La gran exposición «Empieza el Espectáculo. Geroges Méliés y el cine de 1900». Es un paseo por el mágico mundo de Georges Méliés, creador del espectáculo cinematográfico e ilusionismo, en colaboración con La Cinémathéque Francaise

Visitantes observan las fotografías de la exposición. / ALERTA
Visitantes observan las fotografías de la exposición. / ALERTA
Georges Meliés y el cine en Laredo

El Ayuntamiento de Laredo ha presentado la exposición «Empieza el espectáculo. Georges Méliés y el cine de 1900».

A la inauguración han asistido Irene Agudo, Delegada territorial Asturias y Cantabria de la Fundación «la Caixa», Celia Toro, Directora Comercial Red Asturias y Cantabria de Caixabank, el Primer Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Laredo, Pedro Diego, y el comisario de la exposición D. Sergi Martín, también han asistido al acto inaugural distintos miembros de la corporación municipal.

Esta exposición podrá visitarse en el Paseo Marítimo confluencia con la Calle García Leániz entre el día 28 de julio hasta el 31 de agosto.

La Fundación «la Caixa» y el Ayuntamiento de Laredo, vienen colaborando desde hace más de dos décadas en la difusión cultural, particularmente a través del montaje de estas exposiciones en el paseo marítimo, que han pasado a ser un referente principal del verano laredano, y que concitan el interés de miles de personas cada año. Desde 2005, de manera ininterrumpida, «la carpa de la Caixa» no ha faltado a su cita estival de Laredo.

La gran exposición «Empieza el Espectáculo. Geroges Méliés y el cine de 1900». Es un paseo por el mágico mundo de Georges Méliés, creador del espectáculo cinematográfico, en colaboración con La Cinémathéque Francaise.

La Fundación «la Caixa» presenta la increíble historia de uno de los ilusionistas más populares de París, que se convirtió en el creador del espectáculo cinematográfico. Méliés revolucionó el cine: construyó el primer estudio de rodaje e impulsó la producción y distribución de películas. También trabajaba como actor y escribía y dirigía sus propios filmes. Un auténtico hombre orquesta entregado a la magia del cine y las historias fantásticas. Todo esto se cuenta en la exposición, que tiene por objetivo dar a conocer y profundizar en la obra de una de las personas más influyentes e importantes de la historia del cine.

Un didáctico recorrido por los orígenes del cine y por una fecha mágica, el año 1900, cuando no existían todavía las grandes productoras ni las grandes salas de proyección y las películas llegaban a pueblos y ciudades en barracas y caravanas.

La Fundación «la Caixa» ha querido dedicarle esta exposición, que forma parte de un conjunto de proyectos dedicados al cine como elemento fundamental de la sensibilidad y la forma de ver el mundo en la sociedad actual. Director y productor de cine francés. Al genio de Georges Méliès se debe la preclara intuición de que el cinematógrafo inventado por los hermanos Lumière podía sobrepasar su utilidad testimonial y su atractivo cirquense. Aunque comenzó también filmando anodinas escenas cotidianas, Méliès fue, en efecto, el primero que utilizó la cámara para narrar historias ficticias, es decir, el inventor o al menos el pionero de lo que hoy llamamos el cine.

En 1895, fecha en que era director del Teatro Robert-Houdin e ilusionista profesional, asistió al estreno de las primeras películas de los hermanos Lumière, inventores del cinematógrafo. Convencido de las posibilidades del invento, adquirió una cámara cinematográfica, construyó unos estudios en los alrededores de París y se volcó en la producción y dirección de películas.

Entre 1899 y 1912 realizó cerca de cuatrocientos filmes, en su mayoría comedias de tono burlesco y desenfadado, entre las que destacan Cristo andando sobre las aguas (1899), El hombre de la cabeza de goma (1901), la célebre Viaje a la Luna (1902), El viaje a través de lo imposible (1904) y Hamlet (1908).

Algunas de sus cintas pueden considerarse precursoras de futuros géneros; en Cleopatra (1899), por ejemplo, preludió el cine de terror al resucitar a la momia de la reina egipcia Cleopatra. También grabó reconstrucciones de eventos o noticias reales y mensajes publicitarios. Antes de ser catalogado como “el mago del cine” y padre de la ciencia ficción, Marie Georges Jean Méliès (más conocido como George Méliès) era un talentoso ilusionista. Nacido en 1861, en el seno de una familia acomodada del París postindustrial, desde pequeño demostró gran talento para el arte y se interesó especialmente por el dibujo y el teatro.

De joven hizo camino hasta llegar a aprender prestidigitación en Londres a la edad de 24. Pero, obligado a ocupar su lugar en la empresa de calzado de la familia, debió esperar hasta que su padre se retirara del negocio para hacer su propio camino. En 1888, finalmente, adquirió el teatro Robert Houdini y se dedicó a su grandes pasiones: dirigir obras, realizar espectáculos de ilusionismo (creando él mismo los decorados y las maquinarias) y dibujar para el periódico satírico Le Griffe. Dueño de una imaginación desbordante, un carácter inquieto y una increíble habilidad manual, el joven Méliès estaba pronto a descubrir la pasión que inscribiría su nombre en la historia del cine.

El cinematógrafo. El 28 de diciembre de 1895, los hermanos Lumière ensayaron por primera vez frente al público su gran invención: el cinematógrafo. Apenas unas 35 personas asistieron a la proyección en el sótano del Gran Café de París. George Méliès fue uno de ellos.

Atraído irrefrenablemente por la fantasía, la magia y el entretenimiento, el ilusionista no podía salir de su asombro al ver las grandes imágenes en movimiento. Por eso, intentó comprar el invento a cualquier precio. Los hermanos se negaron, señalándole que aquel no sería un negocio rentable, sino tan sólo una novedad que pasaría de moda muy pronto.

Al parecer, los Lumière no vislumbraban aún el alcance de su creación. Pero Méliès era un verdadero e incansable visionario. Rápidamente encontró el modo de crear una cámara y filmar sus propias películas. Muy poco tiempo después, en 1897, el gran ilusionista parisino construyó en Montreuil el primer estudio de filmación de Europa y el segundo de la historia (tras el Black Maria de Edison). Aquella sería la piedra fundacional de su prolífica producción cinematográfica y el nacimiento de las películas de ciencia ficción.

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