La sala del antiguo Ayuntamiento de Comillas acogerá del 1 al 15 de julio la exposición del artista Carlos Pérez Inclán. La muestra estará formada por 20-21 cuadros. Por exigencias de la Concejalía de Cultura, se incluirán dos obras relativas al ámbito local de Comillas, las cuales están a punto de ser concluidas esta misma semana.

Carlos Pérez Inclán nació en Cádiz el 11 de noviembre de 1948, de ascendencia cántabra, por lo que regresa junto a su familia a Santander en 1951.

Desde niño destaca por su afición al dibujo. Durante el Bachillerato, cursado en los Escolapios, ya despunta la habilidad expresiva del incipiente artista, dadas las calificaciones sobresalientes obtenidas en los sucesivos cursos. De aquellas fechas datan sus primeras creaciones, paralelas a las propias de los estudios oficiales. Su dominio del dibujo es evidente, tras lo cual se adentra en el mundo del color con acuare- las, témperas, aguadas..., hasta desembocar en el óleo, del cual hará su técnica casi exclusiva hasta hace escasamente dos años.

En 1964 logra el primer premio del Concurso de Pintura al Aire Libre convocado por la Sociedad Cultural Amigos del Arte de Santander, en su primera edición. En años sucesivos repitió suerte, logrando de nuevo este galardón en las ediciones de 1966, 1967, 1968, 1971 y 1972, además de segundos premios en 1965, 1969. 1970 y 1973.

En 1967 participa con varias obras y diversas técnicas (galardonadas con dos terceros puestos) en el XI Certamen Juvenil de Arte cuya exposición acogió la Caja de Ahorros de Santander y Cantabria.

Entre los años 1976 y 1983, su obra se mueve dentro del círculo privado de aficionados y pequeños coleccionistas alertados por las referencias personales del pintor. De esta etapa, a título de curiosidad, destacan copias de pinturas clásicas (principalmente impresionistas) por encargo de sus clientes.

Su profesión de ingeniería técnica industrial comienza a tomar relevancia en el desempeño laboral del pintor, con una estancia lejos de Santander que dura casi dos años (1974-1975). A su regreso, sus actividades profesionales llegan a desplazar su labor artística, de modo que puede establecerse un período de ‘inactividad pictórica’ entre 1984 y finales de 2017, con escasas reapariciones puntuales.

Tras su jubilación laboral a finales del 2013 se adentra en la fotografía digital y el retoque fo- tográfico. Pero, a finales del 2017, tras asistir como espectador a varios eventos pictóricos, se reactiva su habitual interés por nuevas técnicas y materiales, incorporando el acrílico en su quehacer. Su primer acrílico ve la luz en marzo del 2018 y en febrero del 2019 se adentra en uso del óleo al agua.

Sus cuadros, antaño cercanos al realismo y al impresionismo (del que siempre ha sido fiel seguidor), van adquiriendo una tendencia cercana al hiperrealismo, motivado probablemente por su pretensión de dominar los nuevos medios que ahora emplea.