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El Diario de Cantabria

«Se ha reducido notablemente nuestra capacidad de producción»

«Se ha reducido notablemente nuestra capacidad de producción»

Las empresas de salazones de Cantabria han anunciado que no trabajarán y descabezarán anchoa de otras procedencias, como puede ser Francia, cuya actividad pesquera podría iniciarse el 1 de abril, y muestran así su apoyo a las medidas adoptadas por los pescadores del Cantábrico.

Así lo han señalado tras mantener una reunión este lunes, en la Cofradía de Pescadores de Santoña, representantes de los principales saladeros de España en la que han participado Levi Cagigas, de JMC Reimex y Grupo Conservero Cántabro; Francisco Venero, de Conservas del Norte; Felipe Sánchez, de Pescasantoña; y Juan José Barruetabeña, de Pescados y Salazones Juanchi y Conservera Joyas del Mar. Entre estas cuatro empresas dan trabajo a entre 700 y 900 personas de diferentes lugares de la comarca durante la campaña de la anchoa. Por este motivo, han creído necesario adoptar conjuntamente una serie de medidas que ayuden a evitar la propagación del COVID-19, han explicado en un comunicado.

Según han indicado, en vista de la grave situación originada por el COVID-19, las empresas de este sector «han asimilado» que tienen reducir «notablemente» su capacidad de producción al no poder optimizar el espacio del que disponen en sus instalaciones.

Así, han señalado que «el simple hecho de mantener las distancias de seguridad reduce el número de personas que pueden trabajar en el mismo centro, y hay otras medidas que también limitan la productividad, pero entendemos que son absolutamente necesarias para aumentar el nivel de seguridad».

Los empresarios de salazones han destacado también que las medidas adoptadas por las Organizaciones de Productores del Cantábrico (Opes Cantábrico) coinciden con el objetivo de la reunión que han celebrado ayer, que no era otro que no descabezar anchoa hasta el 14 de abril (después de la Semana Santa), y en espera de que la situación les permita a todos iniciar la actividad en esa fecha con garantías sanitarias para sus empleados y contando con un «consecuente apoyo» por parte del Gobierno regional y de las instituciones.

Asimismo, han manifestado estar concienciados de que si se inicia la actividad tendrán que seguir adoptando una serie de «rigurosas medidas» preventivas en sus centros de trabajo con el fin de minimizar, en la medida de lo posible, el riesgo de contagio y maximizar la protección de los trabajadores. A su juicio, llevar a cabo las medidas adoptadas por los pescadores y empresas ayudarán a combatir y recuperar con mayor rapidez la salud, en primer lugar, y la consecuente estabilidad económica de la comunidad.

Además, consideran que todas las personas que conforman el conjunto del sector de la anchoa en Cantabria y resto de España (cofradías de pescadores, mayoristas, transportistas, conserveras, etc.) y especialmente los trabajadores que están esperando el comienzo de la campaña, «estarán de acuerdo» con su criterio, ya que entienden que «es por el bien de todos».

«Es un hecho que nuestras empresas basan la mayor parte de sus resultados económicos anuales en los 30 o 60 días que dura la campaña de la anchoa, la cual, en circunstancias normales ya estaría en marcha. Y es obvio que nuestra actividad supone un importante soporte económico para muchas personas en nuestra comarca, pero la situación extrema ha obligado a tomar medidas», han concluido.

«Se ha reducido notablemente nuestra capacidad de producción»
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