Castro Urdiales, Laredo y Noja han aplaudido la llegada de vascos con segunda residencia en esos municipios para reactivar el comercio local, pero inciden en la necesidad de extremar las medidas se seguridad sanitaria con la idea de evitar nuevos rebrotes por COVID-19.

La alcaldesa de Laredo, Rosario Losa, ha opinado a Efe que la apertura de la muga con el País Vasco era una circunstancia que ya «esperaban» con ganas, porque significa que la pandemia del coronavirus «ya va avanzando hacia una recuperación» a la normalidad.

«Somos un pueblo costero y turístico y necesitamos que vengan nuestros vecinos. Aquí hay muchos vascos con segunda residencia y estarán encantados de venir y nosotros también de poder convivir juntos como siempre hemos hecho», ha dicho Losa, quien confía en que tanto vecinos como turistas puedan disfrutar de este verano pese a ser un «año atípico». Para ello, ha apelado a un cumplimiento estricto de las medidas sanitarias para «no dar pasos atrás» en la crisis sanitaria.

Una afirmación que también comparte la edil de Turismo de Castro Urdiales, Rosa Palacio, quien ha llamado a la responsabilidad no solo de los vascos, si no del resto de turistas que conforme avance la desescalada visiten el municipio.

«Estamos en una falsa seguridad y siempre tienes miedo a ese rebrote y que todo el trabajo hecho hasta ahora no haya servido para nada», ha argumentado.

Por su parte, el Ayuntamiento de Noja ante la entrada de Cantabria en la nueva normalidad y la apertura de la frontera con el País Vasco, ha recordado a sus vecinos y visitantes que en la villa, al igual que en el resto de la región, se mantienen una serie de «obligaciones y recomendaciones de seguridad sanitaria» con el objetivo de garantizar el «bienestar» de toda la ciudadanía.