20.04.2024 |
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Vuelve la polémica con el calendario escolar

La responsable de Educación en Cantabria, Marina Lombó, consejera del PRC. / alerta
La responsable de Educación en Cantabria, Marina Lombó, consejera del PRC. / alerta
Vuelve la polémica con el calendario escolar

Los sindicatos educativos rechazan la propuesta de calendario escolar que les ha remitido la Consejería de Educación porque, a su juicio, no se ha diseñado con criterios pedagógicos y «vuelve a vincular los descansos con las fiestas religiosas». La Consejería de Educación mandó a las organizaciones sindicales por correo electrónico una propuesta el lunes por la tarde, que recoge 175 días lectivos y tiene «apariencia» de reparto de descansos en bimestres, pero «vinculados a las fiestas religiosas», señalan a Efe los sindicatos.

El curso se inicia el 7 de septiembre para Infantil y Primaria y para esos niveles termina el 22 de junio, mientras que para Secundaria empieza el 10 de septiembre y concluye el 25 de junio. El descanso en febrero coincide con el Carnaval más el fin de semana y hay otro previsto en Semana Santa. Esta propuesta se abordará en la Mesa Sectorial prevista para mañana jueves, pero al final la Consejería podrá aprobar el calendario unilateralmente.

Críticas por falta de negociación. Los sindicatos se quejan de que hasta ahora «no ha habido negociación» y, sobre todo, lamentan que la Consejería les presente ahora esta propuesta, que no tiene «nada que ver» con lo que se había hablado hasta el 13 de marzo, cuando se suspendieron las negociaciones por la pandemia. Stec, sindicato mayoritario en la Junta de Personal Docente, asegura que esta propuesta es exclusivamente de la Consejería, porque no se ha dialogado, y no entiende a qué obedece el cambio.

«No es el calendario pedagógico». «Nos hemos llevado un gran disgusto con esta propuesta, no es el calendario pedagógico y no tiene nada que ver con lo que se había hablado hasta el 13 de marzo, cuando se suspendió la Mesa Sectorial por la pandemia», explican en este sindicato. A su juicio, este planteamiento supone «una vuelta atrás», el regreso al sistema tradicional que se había superado.

En UGT insisten en que lo que propone Educación difiere de lo que se había acordado hasta marzo y coinciden en que se pierde «la esencia del calendario pedagógico». «Aparentemente son bimestres, pero se quiere ajustar el calendario bimestral con lo tradicional y es imposible», dicen.

Esta propuesta es «unilateral» de la Consejería, con cuyo actual equipo «la capacidad de negociación ha quedado muy reducida». «Nos presentan hechos consumados», se queja UGT. El calendario de Educación incluye cuatro horas lectivas sin especificar cómo y deja «todo» en manos de los centros. «Nos parece una dejación de funciones», apunta UGT.

Esta organización añade como ejemplo que también se señala que los niños deben estar en los centros hasta las 14.00 horas «y de nuevo sin decir cómo», dejándolo a la autonomía de los centros. CCOO también cree que esta propuesta vuelve a vincular los descansos con las fiestas religiosas y ve al calendario de Educación como «un híbrido» entre el planteamiento pedagógico con bimestres, que se respeta en la primera parte del curso, hasta noviembre, y lo que había antes.

«No es el modelo de calendario en el que pensamos en CCOO y no nos gusta», indican en esta organización, que cree que la Consejería no solo ha elaborado esta propuesta pensando en criterios pedagógicos, sino que introduce parámetros relacionados con el turismo, la otra competencia que ostenta la consejera Marina Lombó.

Sin embargo, CCOO sostiene que en el momento actual también hay que pensar en los temas tan importantes que ha de afrontar la Educación pronto, por ejemplo cómo se desarrollará el próximo curso y cómo se gastarán los fondos del Estado a raíz de la pandemia.

Anpe, por su parte, tampoco está de acuerdo con esta propuesta de Educación e insiste en que no coincide con lo que se había acordado «por unanimidad» en la Junta de Personal Docente antes del estado de alarma por la COVID. A su modo de ver, se pierde «una oportunidad» para implantar de forma definitiva el calendario bimestral, y no hay criterios objetivos que justifiquen el cambio de postura de la Consejería.

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