El Gobierno de Cantabria preveía terminar ayer la vacunación contra el coronavirus en el centro de atención a la dependencia de Cueto para continuar el proceso en la residencia Santa Lucía y Padre Menni, también en la capital, y en el Asilo San José, en Torrelavega, siempre y cuando no haya «ningún contratiempo», es decir, que no surja un brote o se detecten contagios entre usuarios o personal.

Hasta ahora se han puesto más de 300 dosis en la región y de momento solo hay constancia de una persona que haya rechazado ser vacunada. Así lo ha dicho el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, en la rueda de prensa en la que ha informado de los acuerdos adoptados en la reunión semanal del Ejecutivo, y en la que ha indicado que las residencias y centros donde se va a poner la vacuna se irán conociendo «prácticamente al día».

En este sentido, ha señalado que aunque se van a priorizar y programar aquellos con mayor número de residentes y libres de Covid, el calendario puede variar si se diagnostica algún positivo o brote.

De este modo, el cronograma planificado por técnicos del Servicio Cántabro de Salud y del Instituto Cántabro de Servicios Sociales está sujeto a «cambios de última hora», ha advertido el también portavoz del bipartito PRC-PSOE. Tras las primeras vacunas de Pfizer recibidas el domingo llegó la remesa semanal -el martes en vez de el lunes por un problema logístico de la farmacéutica-, compuesta por 1.170 viales distribuidos en seis bandejas y que suponen más de 5.000 dosis para inmunizar a usuarios y trabajadores de los centros previstos en Santander y Torrelavega.

A estas primeras se irán sumando otras partidas, hasta alcanzar las 73.125 dosis durante las próximas doce semanas, con las que se podrán más de 35.000 vacunas, ha destacado Zuloaga, que ha asegurado que habrá «suficientes» para todos aquellos cántabros susceptibles de ser vacunados.

Para finalizar, ha vuelto a lanzar, en nombre del Gobierno, un mensaje a favor de la vacunación, «una decisión buena».