El proyecto ha consistido fundamentalmente en la mejora del trazado de la CA-303, concretamente en el tramo que discurre entre el final de la travesía de Mortera y la intersección con la carretera CA-231, en Liencres, de 1.600 metros de longitud.

Para ello, se ha ejecutado una nueva calzada de 7 metros de anchura con dos carriles de 3,25 metros y arcenes a ambos lados de 0,25 metros, más el sobreancho necesario en las curvas. Asimismo, se ha habilitado un paseo peatonal de 1,80 metros de anchura que discurre por la margen derecha y está separado de la carretera por bolardos de caucho.

Hasta ahí todo bien, salvo por las consideraciones que la consejería hace sobre el nuevo trazado, afirmando que «se ha ajustado al existente, con un diseño adecuado a los condicionantes orográficos», pero en la parcela de los afectados, se ha dejado en su punto más crítico una altura de más de 5 metros sin protección real, salvo unos postes de madera y unos alambres flexibles que no dan seguridad ante caídas.

La consejería afirma también que se «han repuesto todos las zonas afectadas y la restauración paisajística del entorno», cuando en la imagen se ve que no se ha hecho así, dejando la zona «en un estado lamentable y peligroso».

«Hemos tenido que contratar a un abogado de fuera porque no me he sentido respaldada por los de aquí»

La afectada sostiene, que tras las primeras reuniones ya en el 2020, con su representante legal en aquel momento y los demás intervinientes, se dio cuenta de que no se estaba mirando por sus intereses, sino todo lo contrario, y creyó aconsejable desestimar sus servicios.

Tuvo que contratar a un abogado de otra comunidad para sentir que se miraba su caso de manera parcial y sin tintes políticos ni partidistas.