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El Diario de Cantabria

Mª JOSÉ SÁENZ DE BURUAGA

El Gobierno cántabro «está desbordado»

La presidenta del PP en Cantabria hace balance con ALERTA de los pasos que está dando el Gobierno en la gestión de la crisis del COVID-19

El Gobierno cántabro «está desbordado»

¿Cómo está viviendo la cuarentena?

Como todos los demás, con mucha preocupación por cómo saldremos de esta crisis, mucha paciencia y trabajando en casa todo lo que puedo tirando del ordenador y el teléfono. Mantengo un contacto permanente con representantes de la sociedad civil, con los alcaldes y cargos públicos del partido. Nuestra obligación en este momento es apoyar a quienes están gestionando la crisis y colaborar para que pase lo antes posible y cause el menor daño posible y eso exige unidad y lealtad, pero también pedir cuentas de lo que se está haciendo y lo que no se está haciendo. Confinar a un país entero no es confinar la democracia.

Y en eso está volcada la organización, en hacer un seguimiento de cómo se está afrontando la pandemia para canalizar las necesidades que tiene Cantabria y, como no, denunciar lo que no funciona para que funcione.  Ese es mi día a día desde mi casa cuando no es estrictamente necesario acudir al Parlamento o a la sede del Partido Popular. Algunas cosas, mínimas, sí requieren presencia. 

¿Qué le parece cómo está gestionando el Gobierno cántabro las medidas contra la pandemia? ¿Cree que hay transparencia?

Lo más preocupante, lo más urgente y, por lo tanto, la prioridad absoluta en este momento sigue siendo conseguir medios de protección para los profesionales sanitarios y todo el personal de servicios esenciales que combaten el virus en primera línea. Cada hora de retraso son cientos de personas expuestas al contagio. Necesitamos equipos de protección individual y test masivos de detección rápida a la población que se han revelado como la mejor manera de controlar los contagios. Y lo necesitamos ya, no dentro de ocho semanas que es cuando va a llegar el pedido que el Gobierno de Sánchez hizo por fin esta semana a China.

El Gobierno de Cantabria ha ido a la rueda del Gobierno central y ha fiado a Pedro Sánchez la respuesta sanitaria a esta crisis y eso ha sido un  error. Otras comunidades autónomas han ido por delante, se han anticipado a la improvisación y la falta de control del mando único. No se fiaron de la compra centralizada que, efectivamente no ha funcionado, y ya tienen asegurado el suministro de material y la entrega; Cantabria no. 

Tampoco se ha prestado atención a tiempo a las residencias, que llevan semanas pidiendo una ayuda que no ha llegado y están en una situación extrema por el número de contagios entre el personal y los usuarios, personas en situación de dependencia y población de riesgo. La solución no es pedir a las familias que se lleven a los usuarios a casa. Eso es un sinsentido. La solución pasa por reforzar el servicio desde la coordinación, pasa por garantizar equipos de protección a los trabajadores y hacer test de detección a todos los usuarios y a todo el personal de estos centros para aislar a los positivos. Pasa por la creación de un equipo médico específico dedicado exclusivamente a atender a las residencias, como demanda el sector. Yo no dudo de la buena voluntad, pero aquí lo que se requiere es eficacia de la administración, y ahí queda mucho que mejorar.

¿Qué le parece la propuesta del Gobierno regional de congelar la factura de la luz?

No podemos infravalorar el shock que las medidas del estado de alarma y la situación internacional suponen para las empresas, los trabajadores y los hogares. Es muy dramático y además se está produciendo de golpe. La crisis económica ya está aquí. El PIB caerá mucho, y el empleo se va a resentir, y con ello la capacidad de las familias para afrontar gastos básicos. Además, si tenemos que estar más tiempo en casa por obligación, vamos a gastar más electricidad sí o sí. Es el momento de apoyar a empresas y familias con toda la artillería, porque si caemos en otra depresión larga, el daño social será enorme. No debemos permitirlo, con independencia de que una u otra medida de Revilla me parezca más o menos eficaz.

Sólo en una ocasión el presidente autonómico se ha dirigido directamente a los ciudadanos cántabros. ¿Cree que es suficiente?

En esta situación se necesita más que nunca el liderazgo de quien ostenta la máxima representación de la Comunidad. Me gustaría ver más liderazgo, más previsión y más coordinación en el Gobierno de Cantabria. No sé si un virus conseguirá lo que nunca ha ocurrido en las coaliciones del PRC y PSOE. Funcionan siempre como dos gobiernos paralelos y esto no es lo idóneo para una situación de estas características.

Y en un momento tan difícil, ¿Qué opina de la intervención del presidente de Cantabria en el programa de humor ‘El Hormiguero’?

Lo he dicho muchas veces, me preocupa lo que el presidente debería hacer y no hace. Y lo que me preocupó fue que mientras ese día se proponía desde la Presidencia de Cantabria una especie de renta universal, el propio Gobierno regional tenía sin tramitar el 90% de los ERTES presentados por empresas cántabras, lo que afectaba directamente al bolsillo de muchas familias y a la viabilidad de muchas empresas. Me parece bien que se propongan ideas, pero el Gobierno de Cantabria tiene que poner a trabajar a la autonomía en lo que es de su competencia. Pedir y pedir y solo pedir no es gobernar, es ser una ventanilla de reclamaciones.

¿Cree que el Gobierno cántabro está desbordado con esta situación?

Evidentemente. Está desbordado porque no ha sabido anticiparse. El propio consejero de Sanidad ha reconocido no ser plenamente consciente de la gravedad de la epidemia hasta que Madrid o País Vasco se vieron azotadas. Tarde y, sin duda, lamentable. En la semana previa a la declaración del Estado de Alarma, fue a remolque y le arrollaron los acontecimientos. Las federaciones de fútbol y baloncesto suspendieron el deporte base y todos los acontecimientos deportivos antes de que se decretara el cierre de los colegios o que se suspendieran las visitas a las residencias. Quiero decir que la sociedad civil de Cantabria sí supo ir por delante y adoptar sus propias medidas viendo como estaban actuando otras comunidades autónomas. 

Todos vimos cómo el Gobierno daba dos ruedas de prensa diarias para anunciar por la tarde lo que se había descartado por la mañana. Y eso no genera serenidad, sino todo lo contrario. Nuestro gobierno se fió y no aprovechó la ventaja que suponía que no hubiera casos para preparar a Cantabria. No han pasado más cosas porque la transmisión del virus ha sido hasta ahora más moderada. 

¿Qué opinión le merece que se permitieran las manifestaciones del 8M?

La misma opinión que tiene la mayoría de nuestro país. Fue un gravísimo error no solo la manifestación del 8 de marzo, sino todos los eventos masivos que se celebraron ese fin de semana. El Gobierno de España ha atrasado las medidas sabiendo de la peligrosidad de la pandemia. A un ministro se le escapó esta semana que el Gobierno la conocía desde el 2 de febrero. La primera semana de marzo, la Unión Europea recomendó medidas de aislamiento social y la Organización Mundial de la Salud alertó de la epidemia a nivel mundial.

Ese fin de semana hubiera sido clave para frenar la velocidad de expansión del virus. Fue una grave negligencia.  

En cuanto a la situación en España, ¿Le preocupa el avance tan rápido que está sufriendo?

Me preocupa que ante la crisis sanitaria, social y económica, el Gobierno siempre ha ido un paso por detrás del virus. Me preocupa que tenemos un Gobierno en España con máximos poderes y mínima eficacia, un Gobierno que no está ejerciendo con eficacia el mando único.

 Me preocupa que por falta de material sanitario no aplanemos la curva de contagios con rapidez, porque cuanto más tardemos, más nos costará arrancar el país. La crisis económica ya ha llegado y es muy profunda y me preocupa que en Cantabria el impacto puede ser especialmente intenso, pues venimos de un inicio de año en el que las crisis industriales han sido noticia permanente. 

Viene una devastación económica, ¿El Gobierno de España está tomando las medidas adecuadas?

Nosotros hemos apoyado las medidas y hemos pedido que se pongan en marcha ya. Las pymes y autónomos no solo necesitan crédito, necesitan liquidez inmediata para no cerrar. No les basta con los 20.000 millones aprobados ya, sino los 200.000 prometidos. No piden avales para pagar los impuestos, lo que necesitan es que se les aplacen los impuestos y  se les exima de las cotizaciones sociales y del pago de las cuotas. Los empleadores piden agilidad en la tramitación de los ERTES y las comunidades autónomas y los ayuntamientos que les devuelvan el IVA de 2017 para reforzar nuestros servicios públicos esenciales. 

Y, sobre todo, hay que pensar ya en la reconstrucción de nuestra economía productiva, aumentando su competitividad y flexibilidad. Hay que bajar impuestos, los costes laborales por la vía de la administración y reducir la burocracia. 

Está justificada una expansión de gasto público considerable. La propia Eurozona ha relajado las reglas fiscales y el BCE está inyectando mucho dinero. Es lo que hay que hacer. Ahora bien, no sé si se está ya trabajando en la recuperación o veremos nuevas ocurrencias como los Planes E de Zapatero. 

Minuto libre para que exponga a nuestros lectores aquello considere oportuno, en estos momentos tan duros que estamos viviendo.

Esperanza, fe, valores. Cantabria es una sociedad preparada, con gran espíritu cívico. Estemos unidos. Respetemos las normas. Tenemos unos extraordinarios profesionales sanitarios que necesitan no llegar a situaciones donde la heroicidad sea la única alternativa posible. 

Y muchas otras profesiones trabajan cada día para nosotros: ganadería, construcción, comercio alimentario, telecomunicaciones y energía, el transporte, las farmacias, los quioscos, los periodistas, policías nacionales, locales, guardias civiles, militares, trabajadores portuarios… 

Hay muchas profesiones que hacen que, incluso dentro de estas restricciones, la sociedad siga adelante y se pueda combatir el virus. Atendamos a su ejemplo y sigamos las reglas. Es interés de todos que esto dure lo menos posible. Un poco de paciencia puede ser un gran acelerador del final de la pandemia.

El Gobierno cántabro «está desbordado»
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