23.04.2024 |
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El fiscal mantiene la pena de 2 años para acusado de atropellar a un joven

El acusado durante el juicio.
El acusado durante el juicio.
El fiscal mantiene la pena de 2 años para acusado de atropellar a un joven
La fiscalía ha mantenido su petición de dos años de cárcel para el acusado de atropellar a un joven de 19 años en agosto de 2016 en El Sardinero, que está en coma desde entonces, y de abandonar el lugar del accidente sin prestarle auxilio, al igual que la acusación particular, que reclama cinco años de prisión.

El fiscal y el abogado de la familia no han variado sus calificaciones aunque sí han ampliado el relato de los hechos, a la luz de las declaraciones de testigos y peritos en el juicio que comenzó este lunes en la Audiencia de Cantabria, y que finalizará el viernes con el veredicto del jurado.

El ministerio público pide dos años de cárcel por omisión del deber de socorro para el acusado, que tenía la misma edad que la víctima cuando tuvo lugar el atropello, y una multa de 4.500 euros por un delito de imprudencia menos grave.

La pena que solicita la acusación particular es más elevada porque considera que el conductor es autor de un delito de imprudencia grave, por el que pide tres años, además de otros dos por omisión de socorro.

La familia renunció en 2018 a pedir una indemnización porque la compañía aseguradora le ha pagado 2,3 millones de euros.

El atropello se produjo a las dos de la madrugada del 26 de agosto de 2016, en la avenida de los Infantes, en el tramo que va desde la iglesia de San Roque al Gran Hotel Sardinero.

Según el fiscal, el acusado iba conduciendo el coche de su padre, acompañado por una joven, por la calle de La Iglesia "a velocidad elevada" y giró a la derecha para coger la avenida, por donde caminaba la víctima junto a otro chico que al escuchar el ruido del motor trataron de esquivarle, el primero echándose hacia su izquierda y el segundo hacia su derecha.

En su relato explica que el conductor también trató de esquivar a los peatones "en el último momento", llevando el coche hacia la izquierda, pero atropelló a uno de ellos con la parte delantera del vehículo, lanzádolo hacia arriba.

Para el ministerio público, el acusado no evitó el atropello porque los peatones invadían la calzada de espaldas al sentido de la marcha en la avenida, que en 2016 no tenía acera en el lado derecho, y, sobre todo, porque "no observó todas las normas de cuidado de un conductor medio".

Sostiene que iba a una velocidad elevada, de 60 a 90 kilómetros por hora, en una vía limitada a 50, e "inadecuada" porque era de noche y la calzada estaba mojada. Y considera también que "debía o podía haber frenado la velocidad previamente, cuando a unos 80 metros advirtió la presencia de los peatones".

Ese es la distancia que calcula el perito experto en reconstrucción de accidentes que ha declarado en el juicio, y que ha hecho un informe sobre el siniestro a instancias de la defensa, partiendo de los atestados de la Policía Local y del examen tanto del lugar donde ocurrió como del vehículo.

La Policía Local no ha determinado a qué velocidad iba el coche y este perito tampoco, pero ha señalado que en este accidente "el impacto se considera como volteo por encima del techo" y que eso "nunca ocurre" por debajo de 32 kilómetros por hora ni por encima de 60.

En su opinión, entre las causas del siniestro están también la nocturnidad, que la calzada estaba mojada y que los dos peatones circulaban por la vía, de espaldas al vehículo e invadiendo la calzada, porque en esa lado de la calle no había acera, aunque sí en el opuesto.

Sobre la ausencia de huellas de frenada en el lugar del atropello, ha argumentado que la calzada estaba mojada y por eso no se reflejaron.

24 HORAS DIARIAS

En la vista ha declarado también como perito la médico forense que hizo varios reconocimientos al acusado entre 2016 y 2018 y que ha explicado que su estado es de coma vigil, lo que implica que "no tiene conexión con la realidad ni consigo mismo", y depende completamente de terceros.

"La sensación es la de haber perdido la propia vida, salvo que está respirando y su corazón sigue latiendo", ha afirmado la perito, que ha señalado que aunque la ley diga que una persona en ese estado requiere 16 horas de atención, necesita 24, porque tiene que cambiar de postura cada dos horas también por la noche.

"En realidad es una muerte en vida", ha declarado, y, a preguntas del jurado, ha dicho que no cree que sufra porque "tiene una desconexión de la conciencia absoluta", y "ni siquiera está en este mundo".

Según el médico que actuó como perito para el juzgado de instrucción tras el atropello, la víctima sufrió un traumatismo cranoencefálico grave, con contusiones cerebrales múltiples como consecuencia del golpe, y la rotura de los dos huesos parietales. 

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