Después de que las farmacéuticas consiguieran un hito y crearan una vacuna en tan poco tiempo. Se nos olvida que esto es un problema global. Y por lo tanto, la solución debe ser global. 

Ya recordaba el Secretario General de la Organización Mundial de la Salud que no era aceptable que algunos países occidentales reserven y acumulen millones de dosis, en número superior a las que necesitan para vacunar a su población, mientras que otros países en vías de desarrollo apenas han conseguido dosis. 

Pero la picaresca que siempre tiene nuestro país ha saltado esta semana en los medios nacionales y también aquí en Cantabria, con representantes de todos los estamentos de las Administraciones y cargos de responsabilidad, que se han saltado el turnos,  y se han vacunado antes de las personas del primer grupo, el personal sanitario y sociosanitario de primera línea. 

No hay objeción ni duda de que es algo reprochable y de dudosa ética moral por parte de los implicados. Pero aunque desde el punto de vista personal todos nosotros quizá diríamos que no les vacunen, casi todos los expertos aseguran que  las dosis ya administradas no se pueden desperdiciar, los infractores tienen derecho a la dosis, y de igual manera la acabarían recibiendo. Así que es mejor vacunarles de una vez que gastar dos nuevas dosis en ellos. Malgastaríamos la ya administrada.