UGT ha denunciado que casi 4.000 trabajadores de la industria de la automoción en Cantabria están afectados por un ERTE o alguna medida de flexibilidad de empleo, por el desabastecimiento de los dispositivos semiconductores o microchips que está ralentizando la producción de vehículos.

Así lo ha comunicado el sindicato tras el encuentro de la Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA), que se ha reunido este miércoles en Santander para valorar el impacto de la denominada crisis de los microchips en los trabajadores cántabros.

El secretario general de UGT-FICA en Cantabria, Luis Díez, ha señalado que las empresas de automoción están aplicando estas medidas de forma temporal y ha alertado de la posibilidad de que "se alarguen en el tiempo y se empiecen a ver medidas más drásticas".

Y dentro de los trabajadores afectados, 3.000 corresponden a las principales industrias de componentes de automoción o auxiliares, 800 a concesionarios de automóviles y cerca de un centenar de otras empresas relacionadas con el sector, según informa UGT.

El sindicato ha recordado que el sector automovilístico genera en Cantabria más de 10.000 empleos directos e indirectos y supone el 20 por ciento del PIB de la región.

Jordi Carmona, responsable nacional del sector automovilístico del sindicato, ha afirmado que la crisis de los chips son consecuencia de "la externalización de tareas y trabajos en la cadena de valor del sector". "Si se aplicará una política realista y fuerte se podría solucionar para no depender tanto de la producción de determinados países", ha opinado.

200.000 EMPLEOS PERDIDOS

Carmona ha afirmado que la crisis de los microchips es "coyuntural", pero ha afirmado que en toda España "se han perdido más de 200.000 empleos, contando a los trabajadores eventuales".

Ha indicado que la industria automovilística del país "está inmersa en una transformación estructural hacia el vehículo eléctrico y de hidrógeno", un cambio al que, ha alertado, "España ya llega tarde", aunque ha asegurado que aún se está "a tiempo".

"No podemos caer en la desidia porque seamos uno de los principales fabricantes mundiales", ha añadido el dirigente sindical, quien ha recordado que España es "el segundo productor de automóviles de Europa y el octavo del mundo".

Carmona ha subrayado que la industria también está afectada por "el encarecimiento de los precios de la electricidad o del transporte".

"Los trabajadores no se pueden quedar atrás y lo que tenemos muy claro es que no vamos a permitir que esta transformación necesaria de nuestro sector termine en fábricas con unos pocos trabajadores en plantilla", ha finalizado Carmona.