Los hosteleros cántabros protestan este Jueves Santo sacando sus colchones a la calle, en Santillana del Mar, para rechazar las que consideran pérdidas innecesarias por el cierre perimetral de la región para evitar contagios por la covid, una medida que, según aseguran, ha hundido las reservas.

El presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, lo ha dicho así esta mañana junto a hosteleros que han expresado su descontento con pancartas y sacando colchones y camas a la calle.

"Ha pasado un año y, lejos de estar en una situación mejor, nos preparamos para, por segundo año consecutivo, perder la campaña de Semana Santa. Los contagios no son menos. Estamos peor que hace un año y arruinados", ha lamentado Cuevas, que ha leído un manifiesto.

Según ha afirmado, el cierre perimetral de la comunidad autónoma "ha hundido las reservas de Semana Santa", cuando además "las camas, y los alojamientos llevan desde el mes de octubre sin ingresos".

"No hay movilidad geográfica y no hay clientes. Señores necesitamos un respiro", ha recalcado.

En Cantabria, sin contar con turismo rural, hay más de 30.000 plazas hoteleras, alrededor de 2.000 alojamientos "que desde el mes de octubre no cuentan con ningún ingreso".

Cuevas ha reiterado que "la situación es agónica". "No podemos recibir visitantes de País Vasco, ni de Asturias, ni de Madrid, pero sí pueden venir suizos a coger unas olas a la playa de Los Locos", se ha quejado el presidente de los hosteleros de Cantabria.

Ha insistido en que, para la región, "el turismo nacional y el de cercanías es el sustento del año", una clientela que se ha perdido y por eso el sector pide que se le ayude.

"Muchos de nosotros no hemos recibido ningun tipo de ayuda, muchos de nosotros, en el mejor de los casos, cuenta con 3.000 euros de la suma de los dos cheques llamados de urgencia. Estamos decepcionados, desilusionados, sin esperanza. Otra campaña perdida", ha subrayado Cuevas.

Y se ha preguntado "quién mantiene a los trabajadores" de un sector que está "tocado y hundido". "Lo más fácil ha sido culparnos a nosotros", ha añadido.