Los cántabros han aprovechado el primer día en el que se permite estar en las playas, con motivo de la entrada en la fase 2 de desescalada, para tomar el sol, hacer deporte o pasear en familia, e incluso algunos "valientes" hasta bañarse, eso sí, guardando en todos los casos la distancia de seguridad.

La marea baja ha ayudado a que los ciudadanos no hayan tenido ningún problema en mantener la distancia recomendada, hasta con holgura en playas amplias como la de El Sardinero, donde se ha disfrutado de una soleada y agradable mañana, como ha podido comprobar.

Muchos han optado por broncearse, aprovechando que el sol pegaba con fuerza, lo que ha pasado factura a más de uno que no se ha echado la crema suficiente, tal y como sugería su rojiza espalda.

Otros, sobre todo los más pequeños y sus padres, han jugado con la arena, haciendo castillos y plasmando mensajes en el suelo, mientras que otros han preferido volar sus cometas.

También algunos se han decantado por el surf, pero pocos, ya que el día no invitaba mucho a ello porque el mar estaba bastante calmado y no había apenas olas.

No han faltado además las tradicionales palas en El Camello ni los que, como ya venían haciendo, han paseado a sus perros por la arena.

Sólo los parques de juego infantiles precintados han hecho pensar hoy a la pandemia a quienes han acudido a las playas, ya que ha parecido un día de lo más normal, teniendo en cuenta que pocos llevaban la mascarilla al poderse mantenerse una distancia considerable sin problema.