Cantabria prevé poner en marcha una unidad de secuenciación para certificar al cien por cien que una muestra de coronavirus pertenece a una de las cepas que no es la original: la británica, la brasileña o la de Sudáfrica. El director general de Salud Pública del Gobierno cántabro, Reinhard Wallmann, explica en una entrevista que se va a impulsar una unidad de secuenciación que «facilitará muchísimo» tener los resultados de las pruebas en un plazo mucho más breve, y que se hará con el servicio de Microbiología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, el de Genómica y el de Genética.

«Supondrá que vamos a ser capaces de hacer a la semana más de sesenta muestras secuenciadas», señala Reinhard Wallmann. Por el momento, cuando hay sospechas de que una muestra de virus podría no ser de la cepa original, sino de las variantes, Cantabria las envía a Valencia para su análisis de confirmación, en virtud de un convenio que hay firmado.

Esta unidad de secuenciación es una noticia «muy importante», dice el director general. De hecho, en Cantabria los casos de Covid asociados a la cepa británica ya casi rozan el 50 por ciento del total, y se trata de una variante que es hasta un 35 % más contagiosa, según advierte. De todos los casos con vinculación con la cepa británica que hay registrados en Cantabria son «muy pocos» los que vienen directamente del Reino Unido. Wallmann reitera en este sentido que una de las principales características de la variante británica es lo altamente contagiosa que es. Por eso, ante la tercera ola la «preocupación» era mayor y se llegó a pensar que estos contagios «podrían irse de las manos», pero «lo sorprendente» y la «muy buena noticia» es que la variante británica está descendiendo «igual» y en la misma «correlación» que la cepa original, apunta el responsable de Salud Pública. Wallmann insiste en que en Cantabria sigue sin haber constancia del resto de variantes del virus (cepa brasileña y de Sudáfrica), aunque puntualiza que son «más difíciles de detectar». Wallmann, que es director general de Salud Pública desde hace un mes, destaca que en este tiempo el trabajo no ha parado, porque su toma de posesión coincidió cuando justo empezaron a subir los contagios a consecuencia de la tercera ola de la pandemia.

Resalta que los datos son ya mejores en Cantabria, aunque no hay que relajarse. En la región hay actualmente 132 brotes activos, 40 de ellos asociados a la cepa británica. La mayoría de esos brotes son «pequeños», de menos de diez casos mayoritariamente, y el director general abunda en que el ámbito social y el familiar siguen siendo en los que se producen más contagios.

Wallmann considera que «es muy difícil» poder relacionar el descenso en la curva únicamente con un solo factor, porque son muchos los elementos que confluyen en el resultado final. «En la Covid la incidencia es multifactorial, es el conjunto de sucesos que se producen dentro de la población los que hacen que suban los casos y que bajen», comenta. Pero desde luego, el director general afirma que la tercera ola está ya en descenso y que ha sido menos virulenta en Cantabria que en otros territorios gracias a las restricciones que se pusieron en la Navidad en la comunidad autónoma. En concreto, alude al cierre del interior de los locales de hostelería.

Wallmann comenta además que en Cantabria el impacto de la Covid fue más grave en la primera ola porque llegó a haber hasta 400 hospitalizados y además se registró más mortalidad, con alrededor de 200 fallecimientos. Resalta que las olas posteriores estuvieron «mejor controladas», porque ya no «pilló tan desprevenidos». «Sabemos lo que tenemos que hacer», apostilla el director general. En términos de hospitalización, el impacto general fue menor en todos estos picos de la segunda y tercera ola, con alrededor de 200 hospitalizados y 40 personas en UCI «en los peores momentos».

NIVEL 2. La Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad cree que, si se mira solo la incidencia acumulada y de seguir la tendencia actual a la baja, Cantabria podría llegar a un nivel 2 de alerta en una o dos semanas. El Gobierno de Cantabria ha dicho que el consumo en el interior de los locales de hostelería no se permitirá hasta que la región no llegue a un nivel 2 de alerta y que se mantenga así varios días. Y así lo recalca también el director general de Salud Pública del Ejecutivo cántabro, Reinhard Wallmann, en una entrevista en la que repite que estas restricciones en hostelería vienen avaladas por la estrategia nacional que recoge una serie de recomendaciones para el nivel 3 de alerta, entre ellas que es «recomendable» suspender el consumo en el interior de la hostelería.

Respecto al cierre de las superficies comerciales de más de 400 metros cuadrados, Wallmann señala que es una medida que se corresponde con el nivel 4 de alerta, que ha abandonado Cantabria ya desde el principio de esta semana, con lo que previsiblemente se propondrá revertir esta restricción, por los buenos datos. «Llevamos desde el lunes en nivel 3 y, si se consolida ya esta semana, es razonable ya la semana que viene volver a la situación previa al 14 de enero, que fue cuando se decretó esta medida de cierre de grandes superficies los fines de semana, y se propondrá revertirla», asevera el director de Salud Pública. En el ámbito del deporte, Salud Pública y la Dirección General que se encarga de esa área están cerrando un documento para pautar las medidas en cuanto a vestuarios, entrenamientos y eventos en función de los niveles de alerta. «La idea es que haya una especie de semáforo y que se puedan hacer o no las cosas en función del nivel de alerta», dice Wallmann.