19.04.2024 |
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Un año de Gobierno de PP y Vox en Castilla y León: Podría funcionar en Cantabria

El apoyo a la natalidad y a la familia, el compromiso con el mundo rural o el impulso de las capacidades productivas de la región son algunos de los ejes que han marcado las políticas del Ejecutivo regional de Castilla y León y que podría extrapolarse a Cantabria pues adolece de las mismas carencias

El «revillismo» marcado por la corrupción puede ver su final

Encuesta de elaboración propia.
Un año de Gobierno de PP y Vox en Castilla y León: Podría funcionar en Cantabria

Han pasado ya 365 días desde que el Partido Popular y Vox alcanzaran un acuerdo de Gobierno en Castilla y León. Era todo un reto para ambas formaciones y ahora, un año después, el balance resulta positivo para las dos partes, que ven cumplidos muchos puntos de aquel pacto y logrados importantes avances en diversos ámbitos para la región.

Si las elecciones de Cantabria se celebraran hoy, el Partido Popular sería la primera fuerza del Parlamento autonómico, pero para poder gobernar, los populares necesitarían el apoyo de Vox, indiscutiblemente.

Por su parte, el Partido Regionalista de Cantabria de Miguel Ángel Revilla, también podría reeditar el actual pacto con el PSOE, un partido en claro retroceso en intención de voto, por los casos de corrupción y cuestionable gestión sobre los temas que más importa a los ciudadanos y en esta ocasión socialistas y regionalistas necesitarían el apoyo de Unidas Podemos.

El PSOE de Pablo Zuloaga, que actualmente es vicepresidente, se presenta como la tercera. Pero los socialistas temen que Revilla pueda virar hacia el PP si no le dan los números. Por eso, prestarán especial atención a la evolución de estimación de voto que  pueda conseguir la extrema izquierda.

EL EJEMPLO DE CASTILLA Y LEÓN. El 10 de marzo de 2022, Mañueco y García-Gallardo presentaban su acuerdo de legislatura en el que, si bien indicaban que eran «conscientes de las diferencias» entre ambas formaciones, remarcaban que eran también «responsables ante el mandato de los ciudadanos», y lo asumían con la intención de establecer un programa estable de gobierno para la región.

Desde entonces, han ido impulsando una serie de medidas en línea con los ejes principales de aquel pacto, entre los que se encuentran el apoyo a la familia y la natalidad, el compromiso con el mundo rural o el impulso de las capacidades productivas de Castilla y León para la creación de empleo, desde la agricultura y la ganadería a la industria o el turismo.

Así, durante este año se han puesto en marcha medidas «trabajando con plena normalidad en ejecutar el programa y en los objetivos de modernización» de la región, «protección de las personas y creación de oportunidades de futuro para garantizar la calidad de vida y el bienestar» de los castellanos y leoneses.

Destacan la aprobación, en diciembre, de los Presupuestos para 2023, que, basados en la idea de «menos impuestos, más familia, más servicios públicos», son los más altos y con menos impuestos de la historia de la comunidad autónoma, y que contraponen a los aprobados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez –contra los que tanto el PP como Vox presentaron en su momento sendas enmiendas a la totalidad–.

Las cuentas públicas regionales se vieron por los dos socios del Ejecutivo autonómico como unos presupuestos de la «unidad» y fruto del trabajo entre ambos.

En la actualidad, Castilla y León se sitúa como una de las primeras comunidades autónomas en recuperar los niveles de actividad previos a la pandemia.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa que realiza el INE parece, además, respaldar las medidas impulsadas para la creación de empleo: es la tercera región con menos paro de España. Por otra parte, la comunidad autónoma ha sido designada recientemente por la Comisión Europea primer ‘Valle de la Innovación’, y pretende atraer empresas y talento a la región.

Atrás queda la polémica desatada el pasado enero a raíz del protocolo provida propuesto por Vox, que se interpretó como la primera crisis de la coalición pero que finalmente no fue a mayores. Dado que son formaciones distintas, existen puntos de discrepancia entre los dos socios, como es el caso de la Ley de Memoria Histórica que Vox pide derogar.  Miembros de la formación apuntan que en este aspecto avanzan «más lentamente», pero dicen confiar en que se puedan seguir cumpliendo los puntos del acuerdo.

Desde el Gobierno trasladan que el balance de este primer año es positivo, y que aunque todavía queda por hacer, ponen el acento en «lo mucho que se ha hecho». «Somos positivos. Se está demostrando que Vox es capaz de gobernar», aseguran.

Los de Abascal miran con buenas expectativas los comicios de mayo, donde esperan entrar en varios gobiernos autonómicos y ser determinantes.

Estimación de porcentajes y escaños en Cantabria. En porcentaje de voto, el PP obtendría el 32,6%. El PRC se haría con el 21,6% de los sufragios, algo menos de lo esperado por los regionalistas. Los socialistas se tendrían que conformar con el 19,2% de las papeletas emitidas. Por su parte, Vox obtendría el 18,5% de los votos,  mucho más de lo que los partidos de la oposición esperan y Unidas Podemos y Ciudadanos desaparecerían prácticamente. Estos resultados, traducidos en escaños serían: PP, 13 escaños (sube respecto al anterior); PRC, 9 diputados (menor resultado que lo esperado); PSOE, 6 (baja también) y Vox, 6 (sube 3). Por su parte UP y Ciudadanos desaparecen.

Vox, la “línea roja” de Revilla. Por su parte, Miguel Ángel Revilla ha reiterado en los últimos días que la única línea roja para el PRC es negociar con Vox.

«Para el PRC, un posible gobierno de PP y Vox, sería un escenario muy preocupante, pero que podría funcionar como ha hecho en Castilla y León, y es lo que temen los regionalistas. De hecho, es la razón principal por la que Revilla ha decidido repetir «con 80 años», reconocen desde el partido regionalista.

LA EXTREMA IZQUIERDA exigen pactar a Revilla y PSOE. Ante este escenario tan ajustado, la coalición conformada por la extrema izquierda, Podemos e Izquierda Unidad, ya ha advertido que si quieren gobernar, Miguel Ángel Revilla y el PSOE tienen que asumir que les tendrán que «hacer un sitio en la mesa», lo que hace más factible que Partido Popular y Vox puedan conseguir arrebatarles el Gobierno.

Un año de Gobierno de PP y Vox en Castilla y León: Podría funcionar en Cantabria
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