TURISMO RURAL
Este pueblo parece abandonado, pero tiene más historia que Netflix
Situado entre la margen derecha del Ebro y las laderas de La Lora, este enclave ofrece una oportunidad única para los amantes de la arquitectura tradicional, la arqueología y el senderismo, todo en un entorno rural cargado de historia.
En el sector sureste del valle de Valderredible, entre las fértiles riberas del río Ebro y las abruptas laderas de La Lora, se encuentra Rocamundo, una pequeña localidad cuyo nombre alude a los imponentes afloramientos de arenisca que dominan su paisaje. A tan solo 2 kilómetros de Polientes, capital del municipio, y accesible mediante un desvío en la carretera CA-274 en dirección a Ruerrero, Rocamundo se presenta como un enclave cargado de historia, tradiciones y naturaleza.
Este pintoresco pueblo, que aparece documentado ya en el Becerro de las Behetrías de 1352 con el nombre de "Ruy Camondo", ha mantenido su esencia a lo largo de los siglos. Su topónimo, ligado a las formaciones rocosas de arenisca que caracterizan su paisaje, evoca un entorno natural que ha sido testigo de la historia y que aún hoy ofrece al visitante una ventana al pasado, rodeada de una belleza paisajística incomparable.
Un casco urbano de arquitectura tradicional
El casco urbano de Rocamundo conserva ejemplos notables de arquitectura tradicional montañesa, con edificaciones que mantienen el estilo propio de la región. Pasear por sus calles es retroceder en el tiempo, encontrándose con construcciones que mantienen el alma rural de Cantabria. Entre los edificios más destacados se encuentra la iglesia de San Andrés, un templo de estilo barroco que, a pesar de su sencillez, impresiona por la proporción y armonía de su estructura. Su espadaña, que corona el hastial, es un símbolo del carácter rural del municipio y refleja la influencia barroca en la arquitectura religiosa de la zona.
No muy lejos del casco urbano, en una campa que precede al pueblo, se erige la ermita de la Virgen de la Velilla, la patrona de Valderredible. Este templo rural, también de estilo barroco, es un lugar de peregrinación y romería, especialmente durante las festividades del 8 de septiembre, cuando los habitantes de la comarca se congregan para rendir homenaje a su patrona en un ambiente festivo y de convivencia.
Necrópolis y ermitas rupestres
Rocamundo también guarda bajo su superficie y en sus inmediaciones un importante patrimonio arqueológico. Junto a la ermita de la Virgen de la Velilla, se encuentra una pequeña necrópolis rupestre, compuesta por tres tumbas de origen altomedieval que, siguiendo el patrón de otras en el valle de Valderredible, nos recuerdan la presencia de las primeras comunidades cristianas que habitaron esta región.
Uno de los elementos más sorprendentes de Rocamundo es El Covachón, un habitáculo rupestre que parece haber sido utilizado como eremitorio en la Alta Edad Media. Este singular espacio, tallado en la roca arenisca, evoca las antiguas costumbres religiosas de aislamiento y reflexión que caracterizaban a los primeros monjes y ermitaños de la zona. La existencia de estos espacios rupestres es un testimonio del carácter espiritual y religioso de Valderredible durante la época medieval.
Despoblados y patrimonio militar de la Guerra Civil
Cerca de Rocamundo, se encuentran los despoblados de Coto Bustillo y Villafría, este último ya en la altiplanicie de La Lora. Ambos pueblos abandonados son testimonio de las migraciones y cambios poblacionales que ha sufrido la región a lo largo de los siglos, y su visita ofrece una perspectiva única sobre la vida en los páramos de Cantabria.
Subir al páramo de La Lora es una experiencia recomendada para quienes deseen disfrutar de vistas panorámicas excepcionales de las vegas del Ebro. En la zona conocida como el portillo, se ubica un mirador desde el que se pueden contemplar las fértiles tierras del valle, además del Observatorio Astronómico de Cantabria, un equipamiento ideal para los amantes de la astronomía, que aprovecha las excelentes condiciones climáticas de la región para la observación de las estrellas.
Junto a este mirador, otro de los puntos de interés es el conjunto de nidos-refugio, túneles y trincheras que datan de la Guerra Civil española. Este conjunto de infraestructuras militares, que se encuentran tomando un camino hacia el oeste desde el mirador, fue utilizado durante la primavera y el verano de 1937 y ofrece un recuerdo de los trágicos sucesos que marcaron el pasado reciente de España.
Senderismo y naturaleza
Para los amantes del senderismo y la naturaleza, Rocamundo es un punto de partida ideal para explorar los alrededores. Entre las opciones más recomendadas se encuentra el GR 99 Camino Natural del Ebro, que pasa muy cerca del pueblo y permite recorrer la ribera del Ebro en dirección a San Martín de Elines, Villaescusa de Ebro o Orbaneja del Castillo, tres localidades de gran interés por su patrimonio natural y arquitectónico.
Además, los paseos por las riberas del Ebro ofrecen una conexión directa con la naturaleza, rodeados de paisajes de gran belleza y con la posibilidad de avistar la rica fauna del valle.