24.04.2024 |
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Vuelve el calor a La Albericia

El Sinfín retoma la competición intentando dar la sorpresa ante el Granollers | Después de muchos meses, por fin podrá haber un máximo de trescientos espectadores en la grada

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El pabellón de La Albericia volverá a tener aficionados para animar al Sinfín ante el Granollers. / alerta
Vuelve el calor a La Albericia

Se acabó el descanso. Es hora de volver a saltar a la cancha, subir al andamio y retomar la obra por el mismo sitio donde la dejaron. No va mal. La cuadrilla de albañiles va cumpliendo los plazos pero están pendientes de que no suceda ningún contratiempo, ninguna mala tormenta que ponga en peligro la posibilidad de llegar a tiempo. La Asobal vuelve a primer plano y el Sinfín lo hace en décimo tercera posición, con catorce puntos en veintidós partidos. Le quedan otros doce por delante en los que, por lo menos, debería sumar otros seis puntos para conseguir su objetivo. Y cualquier día es bueno para sumar. No se puede despreciar ninguna jornada por mucho que el rival que haya delante sea altamente complicado. Hay que estar abierto a las sorpresas. Sobre todo, cuando el equipo santanderino juega en casa con afición en la grada.

Hacía mucho tiempo que el pabellón de La Albericia no abría sus puertas para la entrada de aficionados. Era otoño y no había llegado el frío. Hoy, quedan apenas tres días para que comience la primavera. El club llegó a pensar e incluso a anunciar públicamente que sus abonados podrían acudir al encuentro que disputó el equipo contra el Cuenca el pasado veinte de febrero, pero inmediatamente después recibió la llamada de Salud Pública diciendo que había habido un malentendido. Se quedaron con la miel en los labios. En esta ocasión, no se esperan sorpresas y hoy, a partir de las 20 horas, podrá haber hasta trescientos espectadores en la grada. Además de los abonados, se pondrán cincuenta entradas a la venta en taquilla.

Y toda ayuda será poca para intentar dar la sorpresa hoy en el pabellón de La Albericia, ya que quien lo visita será el Granollers, todo un clásico de la competición que vive instalado, temporada tras temporada, en la zona noble de la tabla. Llega a Santander en sexta posición, con 27 puntos en 21 partidos conseguidos en trece victorias y un solo empate. Delante tendrá esta tarde a un equipo que ha firmado tablas en seis jornadas. Es el auténtico rey de las igualadas amistosas. A poco que hubiera tenido más suerte o hubiera estado un poco menos castigado en los últimos instantes por los partidos, ya tendría la permanencia más que encarrilada.

El Sinfín llegó al parón de dos semanas y media un tanto harto con una actuación arbitral cuando menos polémica. Estos días han podido servir para reciclarse y volver a empezar. Lo cierto es que los hombres de Víctor Montesinos están en una fase del calendario ciertamente complicada, ya que, por ejemplo, esta misma semana también se medirán al Barça. Será el próximo sábado y podrá verse por televisión. Pero la acumulación de curvas no se acaba ahí, ya que después vendrán, de manera consecutiva, el Ademar y el Atlético Valladolid. Son partidos difíciles en los que cualquier punto recolectado sabrá a oro. El equipo es consciente de que no es ahora cuando se jugará la permanencia pero no renuncia a nada. No debería hacerlo.

El Granollers ha jugado un solo partido a domicilio en lo que se lleva disputado de segunda vuelta y lo perdió. Hay ahí algo a lo que aferrarse. Fue en Puente Genil ante un equipo que cotiza al alza pero que hace no demasiado tiempo que se fue sólo con un empate de La Albericia. Hasta tres consecutivos llegó a enlazar el Sinfín hasta que, en los dos partidos antes del parón, encajó una derrota en casa contra Cuenca y otra por la mínima en Guadalajara. Esta última escoció especialmente porque esa jornada estaba subrayada en rojo para sumar dos puntos que podían haber dado todo un balón de oxígeno a los hombres de negro antes de entrar en el tramo más complicado del calendario, pero la expedición cántabra volvió de vacío. Ahora necesitaría alguno de esos puntos con los que en principio no se cuenta para corregir la situación.

El Sinfín ya sabe lo que es dar la nota después de haber ganado en Logroño en el primer partido del año. Por eso no se tomará el envite de hoy como ninguna misión imposible. El Granollers no es el Barça. Tiene puntos débiles y hay que explorarlos, para lo que los anfitriones tendrán que volver a enseñar su mejor balonmano. Lo que no se admiten son fallos. Contra un rival así, hay que estar fino en las dos áreas.

Lo que le queda al Sinfín es hacerse fuerte en casa, donde no gana desde principios de temporada, cuando lo hizo ante el Guadalajara. Hace, por lo tanto, toda una vuelta entera que no lo hace. Y ya es hora. Y no habrá mejor día que hoy, cuando por fin vuelve a haber aficionados en la grada. Tocará frenar a un rival que presume de múltiples variaciones en ataque con un potente lanzamiento exterior combinado con el peligro constante que supone Esteban Salinas, su pivote. Se mueve como nadie sobre la línea de seis metros y bien atento a ello deberán estar hombres como Dimitrievsky, Zungri y, sobre todo, Diego Muñiz. A buen seguro que será un buen partido de balonmano que servirá para dar la bienvenida a todos esos aficionados que han tenido que seguir la temporada desde la distancia y, muy a menudo, a ciegas por la falta de televisión.

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