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El Diario de Cantabria

El Sinfín se prepara para un futuro complicado

  • Asume que deberá rebajar su presupuesto un 30% y que será más difícil lograr ingresos  
  • Se estudia una asobal con dos grupos
El Sinfín se prepara para un futuro complicado

Al igual que sucederá con prácticamente todo, habrá un balonmano antes y otro después de la pandemia que tiene paralizado a buena parte del mundo desde hace semanas. Será un balonmano más austero y, a día de hoy, con más dudas que certezas. Tanto es así, que el único representante cántabro en la liga Asobal, que es el Sinfín, es incapaz de asegurar que vaya a tener un respaldo económico suficiente como para salir a competir la próxima campaña. Sobre todo, porque no sabe de dónde va a salir el dinero si probablemente no va a haber recaudación por abonos y taquillas y conseguir un patrocinador privado o una subvención pública se va a hacer todavía más difícil de lo que ya era.

Desde el pasado viernes, el club santanderino tiene, por lo menos, la certeza de que no va a perder su sitio en la máxima categoría y que, si es capaz de reunir el dinero suficiente, podrá defender su sitio entre los mejores. Eso ya es un paso. Algo es algo. Por lo menos, tiene un proyecto que presentar a la hora de salir a buscar patrocinadores y colaboradores que le ayuden a reunir el dinero suficiente para poder saltar a la arena de la máxima categoría del balonmano español la próxima temporada. Porque tienen calculados unos costes fijos de 170.000 euros sólo por competir y ha empezado la carrera más difícil de todas y con obstáculos más grandes para conseguirlo.

Todo está en contra. De partida, parten con numerosas incógnitas. Ya saben que no habrá descensos pero sí ascensos, por lo que es muy probable que haya 18 equipos la próxima temporada. Es algo que deberá confirmar la comisión delegada de la Federación Española, que, en principio, debería reunirse mañana para poner en práctica todas las propuestas realizadas el pasado viernes por la junta directiva de esta última. Deberán decidir quiénes ascienden y si va a cambiar el modelo de competición o no. Y una opción que van a poner encima de la mesa es la posibilidad de dividir la Asobal en dos grupos y en otras tantas fases.

A falta de conocer los detalles, la propuesta a la hora de dividir esos dos grupos no sería geográfica porque se entiende que habría muchas diferencias de potencial. Por ejemplo, es fácil pensar que el Sinfín se tuviera que ‘tragar’ al Ademar, el Logroño y al Bidasoa. La opción que se va a debatir es la de reunir los grupos en función de la clasificación del curso recién terminado. De esta manera, el primero y el último irían a uno, el segundo y el penúltimo a otro y así sucesivamente. Una vez que cada uno de los grupos haya disputado una vuelta, los cuatro primeros de cada uno se reunirían para luchar por la liga y las plazas europeas y los otros por mantener la categoría, lo que estaría caro porque habría cuatro descensos y se ha planteado la posibilidad de que incluso hubiera una plaza de promoción con el quinto de Honor Plata. La idea es que esta última categoría tuviera el mismo formato.

La ventaja que se ve con esta manera de organizar la competición es rebajar el número de jornadas y, por lo tanto, de desplazamientos. Así, los clubes se podrían ahorrar una pequeña cantidad de dinero en ese concepto. Y todo ayuda. Con todo, de partida, parecen no estar de acuerdo con esta propuesta. Lo debatirán en la nueva reunión que mantendrán esta semana, donde parece haber unanimidad en apoyar que no haya descensos y sí ascensos y, por lo tanto, en dar por cerrada la temporada y que en la próxima haya 18 equipos. Más discrepancias hay sobre la clasificación final porque ahí hay intereses encontrados. Las opciones son dar por válida la de la primera vuelta o aquella con la que terminó la competición.

Sin campaña de abonos.  Al Sinfín le da igual la clasificación porque no va a alterar en nada su negro futuro. Porque ha de encontrar dinero sin poder contar con la campaña de abonados de cada verano, ya que no sabe si podrá haber público en las gradas cuando se inicie el nuevo curso. Y lo peor es que lo más probable es que no lo vaya a haber. Dan por asumido los equipos que, al menos la primera vuelta, habrá que jugar sin los aficionados en las gradas. Y para un club como el Sinfín, la fuente de ingresos por abonos y taquilla es fundamental. Y, a día de hoy, no la puede presupuestar. 

Al no haber aficionados en las gradas, también será más complicado encontrar patrocinadores. Va a costar encontrar de los grandes pero también de los pequeños, de los que contratan soportes publicitarios en pabellón, ya que pierde sentido si no va a haber público en las gradas. En ese sentido, la Asobal debería dar un paso hacia delante y conseguir que todos los partidos fueran emitidos por televisión para que, por lo menos, los fieles pudieran seguir a su equipo y las vallas publicitarias aumentaran incluso su repercusión respecto a los últimos años. Podría ser un alivio en ese sentido porque lo cierto es que se va a hacer difícil incluso llamar a las puertas de las instituciones para conseguir subvenciones públicas. A buen seguro que el deporte no será la prioridad a la hora de volver a la normalidad.

En las oficinas del Sinfín ya han calculado que deberán rebajar el presupuesto alrededor de un 30%. Se auguran tiempos de rascarse el bolsillo y de que los propios jugadores cobren menos de lo que venían cobrando. A día de hoy, el club santanderino ya había anunciado las renovaciones de Alberto Pla y Marko Dimitrievsky. A estos dos hay que sumar el primer fichaje cerrado ya antes de que llegara el parón por la pandemia, que era el argentino del Balonmano Zamora Ramiro Martínez, extremo derecho que se comprometió con el equipo de Reñones siempre y cuando mantuviera la categoría. Como eso ya es un hecho, el fichaje seguiría adelante. Al menos, siempre que el club pueda garantizar su permanencia entre los mejores desde el punto de vista económico.

A la hora de conseguir dinero, puede ser importante y una cierta ayuda lo logrado por parte del CSD. Éste acordó canalizar partidas de dinero reservado al fútbol hacia otros deportes. La gestión sería a partir de las diferentes federaciones y, en cuanto a la Asobal se refiere, la actuación empezaría con posibles devoluciones de dinero relativo a inscripciones, arbitrajes y otros gastos de las once jornadas que quedaron sin disputarse en el presente curso. Será un pequeño parche como también lo ha sido el ERTE que aprobó el Sinfín como lo hicieron todos los clubes de la máxima categoría a excepción del Bidasoa. En la práctica, ha permitido a la entidad presidida por Servando Revuelta ahorrarse las nóminas de abril y mayo

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