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El Diario de Cantabria

Nacho Valles, satisfecho de continuar en «una familia»

El Sinfín confirma la renovación del central madrileño, que cumplirá su tercera temporada en el club cántabro

Nacho Valles seguirá un año más vestido de negro. / ALERTa
Nacho Valles seguirá un año más vestido de negro. / ALERTa
Nacho Valles, satisfecho de continuar en «una familia»

Garantizar la continuidad de Nacho Valles en la plantilla del Sinfín era una auténtica prioridad para el club. Como es probable que sólo se pueda permitir un central, lo quiere bien bueno. Y el madrileño lo es. Lo ha demostrado de sobra en las tres temporadas que ha completado en las filas del equipo santanderino. Por eso los contactos para dejarle atado y renovado comenzaron hace tiempo y también quedaron cerrados hace varios días. El club lo confirmó ayer. Se trata de la primera renovación que anuncia después del confinamiento. Antes del mismo ya había hecho públicas las de Alberto Pla y Marko Dimitrievsky.

Valles no es sólo el director de orquesta del Sinfín, sino que, además, ha sido también el máximo goleador de esta última temporada que terminó de manera tan repentina. De ahí que sea tan importante. Es todo un pilar ofensivo, por sus manos pasa toda pelota que busca la portería rival y, además, tiene descaro y potencial para firmar lanzamientos efectivos. Es un central con sabor añejo, con una fisonomía noventera, bajo y corpulento. No se llevan los tipos como él en el balonmano moderno pero en el tiempo que lleva en el Sinfín se ha convertido en un preciado objeto de deseo por parte de muchos equipos de la máxima categoría. Tenía pretendientes de sobra pero él ha preferido quedarse en Santander.

Lo hace, sobre todo, porque ya se siente parte del proyecto. Y esto, cuando se habla del Sinfín, va más allá de la cotidianidad meramente deportiva. No tiene ninguna duda de que haber dicho sí al club presidido por Servando Revuelta es seguir formando parte de «una familia» con la que está creciendo. Porque el central madrileño subió a bordo durante la campaña en la que el equipo santanderino compitió en División de Honor Plata y ya fue entonces uno de los jugadores clave para la consecución del ascenso. Se mantuvo en el equipo al año siguiente y ha completado dos notables campañas vestido de negro.

Tanto es así, que Valles ha promediado en el presente curso 4,63 goles por parte tras anotar un total de 88 en las 19 jornadas que se pudieron disputar antes de la repentina llegada de la pandemia sanitaria que lo alteró todo. Son grandes números que han mantenido la evolución del jugador madrileño a pesar de que sus últimas apariciones públicas habían dado pistas de un cierto bajón en su rendimiento. Lo cierto es que todo el equipo pareció bloqueado en ataque al inicio de la segunda vuelta y quizá por eso aparecieron fantasmas pasados. De hecho, quizá por la presencia de dichos fantasmas de segundas vueltas para olvidar terminó Rodrigo Reñones cayéndose del barco.

Valles está a gusto en Santander y está a gusto en el Sinfín. Por eso ha querido seguir a bordo. Sobre todo, porque él mismo ve que su evolución como jugador vestido de negro se mantiene y no quiere interrumpirla. «Espero que sigamos creciendo en todos los ámbitos», desea el central del conjunto cántabro. Tiene la certeza de que así será porque, de hecho, afirma estar «seguro» de que, cuando vuelva el espectáculo del balonmano, al equipo santanderino le va a «esperar una gran temporada».

Lo que nadie sabe todavía es cómo va a ser esa temporada, ya que comenzará con la rareza de contar con 18 equipos en Asobal al haber habido ascensos y no descensos. Y hay varias opciones puestas encima de la mesa que deberán debatirse durante el mes de junio. La que parece ir por delante, aunque no gustaba a la mayoría de los clubes, es la de dividir la temporada en dos fases y otros tantos grupos para acortar fechas y también reducir el número de desplazamientos, pero está por ver.

Admite Valles que se mantienen atentos a lo que pueda suceder «con la incertidumbre» de no saber cómo será la competición el próximo curso al no saber «cómo será el formato». Con todo, prevé que, a buen seguro, cuando de nuevo puedan volver a entrenar y a jugar partidos de balonmano, lo harán con más ganas e ilusión que en cualquier otra pretemporada por haber estado tanto tiempo parados y por no haber podido culminar la temporada que, finalmente, se dio por terminada hace unas semanas.

futuro. Lo que es difícil saber es cómo será el balonmano después de la pandemia. En ese sentido, Valles dice ser «positivo aunque también prudente». Habrá que asumir nuevas rutinas y «tomar medidas» que antes quizá no eran tenidas en cuenta. «Habrá que ser más responsables de nuestros actos, pero creo que, antes de lo esperado, podremos disfrutar del balonmano como todos lo conocemos», apunta el central madrileño. Y el balonmano que todos conocemos es, sobre todo, con aficionados en las gradas. La realidad que se maneja hoy en día es la de que, cuando de nuevo se pueda volver a jugar, habrá que hacerlo a puerta cerrada, pero Valles espera que sea durante poco tiempo y que pronto se pueda disfrutar de nuevo de «campos llenos y gente disfrutando de este gran espectáculo». Todo ello, para que el balonmano «siga creciendo como el gran deporte que es».

Aún así, el jugador del Sinfín tiene bien clara su escala de valores y sabe bien que «lo primero es lo primero». Y lo primero será «cumplir con las medidas que nos indiquen  e ir acercándonos al a normalidad en los tiempos que nos marquen». No suele ser aconsejable correr. Con todo, Valles admite que ha llevado todo este proceso de confinamiento «bastante mejor de lo esperado». En el mismo, ha compaginado sus estudios con el necesario ejercicio «para intentar mantener la forma física». Es consciente de que cuando toque volver a los entrenamientos no estará al frente de la nave el mismo entrenador porque será Víctor Montesinos, con quien ya ha hablado, quien ejerza de técnico del Sinfín tras la no renovación de Rodrigo Reñones. Quienes seguirán estando ahí, desde la distancia o desde la grada cuando les dejen, serán los aficionados. Valles no tiene ninguna duda: «Espero que continúen apoyándonos como lo han hecho desde que llegué a Santander, ya que son una pieza fundamental en el equipo y un apoyo incondicional en cada reto que se nos pone por el camino». Intuye, y más aún al tener que rebajar el club considerablemente su presupuesto, que les espera «una temporada bastante complicada», pero considera que, con ese «apoyo» de los seguidores «y el trabajo de todo el club», conseguirán «el objetivo propuesto». «Disfrutaremos del balonmano de nuevo en una ciudad en la que este deporte fue religión en la máxima categoría nacional», concluye.

Nacho Valles, satisfecho de continuar en «una familia»
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