Los García, González, Fernández o Pérez son algunos de los apellidos más comunes en España. Pero desde hace ya un tiempo el de Dujshebaev se ha convertido en uno de los más populares en el balonmano español. Primero fue Talant el encargado de hispanizarlo al nacionalizarse en 1995 después de tres de los cinco años en nuestro país como jugador del histórico Teka Cantabria. Uno de los mejores jugadores en la historia de este deporte decidía optar por España para seguir jugando a nivel de selecciones. Durante su estancia en Santander su legado fue más allá de lo meramente deportivo. Junto a una histórica Copa de Europa con el club en 1994, el legendario jugador natural de Kirguistán, amplió su familia con dos hijos nacidos en la ciudad cántabra. Como no podía ser de otra manera, Alex y Dani siguieron los pasos de su padre, eligiendo el balonmano, primero como afición, y luego como forma de vida hasta convertirse en profesionales.

Ambos ya son un presente, pero también un futuro en el balonmano con 28 años y 23 años, respectivamente. Compañeros de equipo en el Kielce polaco, entrenado por su progenitor, y también en la selección española desde el debut del menor de la saga en abril de 2017. El primogénito se ha convertido en uno de los líderes del equipo nacional desde hace un lustro. El heredero, también es un fijo en los grandes campeonatos desde 2018, cuando los ‘Hispanos’ conquistaron el primero de sus dos oros en el Europeo, además, de manera consecutiva con el de 2020.

En el Mundial de Egipto que acaba de finalizar, con el fantástico bronce de los ‘Hispanos’, Alex y Dani han conquistado su tercer metal compartiendo la camiseta de la selección española. Un torneo donde los hermanos han sido claves en la consecución de esta medalla, con sendas actuaciones estelares en semifinales ante Dinamarca y en la final de consolación frente a Francia. Además, disfrutando muchos minutos juntos en la pista en la primera línea.El mayor ha sido el lateral derecho más destacado, junto al danés Gidsel, del torneo. Su verticalidad, gracias a unas de las fintas más desequilibrantes del mundo, y su variedad de lanzamiento, han sido, en muchas ocasiones, indescifrables para las defensas y los porteros rivales. Pero sus brillantes acciones individuales, con goles de bella factura o pases medidos, muchas llegaron en momentos decisivos de los partidos. Cuando el ataque español se encontraba atascado, asumía con gusto la responsabilidad de tener el balón en sus manos para sacar a relucir lanzamientos inverosímiles. Para el pequeño, este Mundial ha sido el de su confirmación como internacional. Con unas condiciones antropométricas privilegiadas en el balonmano español, el lateral izquierdo ha ido cogiendo confianza a base de sobresalientes encuentros. Sus goles desde 9 metros o en penetración, con una finta en bote ya marca de la casa, mostraban la valentía a la hora de encarar las defensas rivales. ¿Quién dijo que los ‘Hispanos’ no tenían lanzamiento exterior? Como su hermano, disfruta de un brazo privilegiado, capaz de poner el balón en las redes a más de 100 kilómetros por hora. Pero lo mejor de todo es que ambos también pueden actuar como central al tener una destacada visión de juego. Con Raúl Entrerríos como mejor socio en la primera línea, ha sido una de las formaciones más habituales de Jordi Ribera. El capitán ponía la calma y el rigor táctico, y los hermanos se beneficiaban de las fijaciones del inigualable central asturiano para mostrar todo su repertorio individual, en ocasiones cayendo en un cierto juego anárquico. Una polivalencia también manifiesta de los cántabros a la hora de defender. Aunque los dos tengan aún como tarea pendiente mejorar sus prestaciones en las defensas 6-0 actuando como penúltimo, el primogénito es una pesadilla para los rivales cuando se sitúa como avanzado en el 5-1. Y ambos no renuncian al contraataque cuando se les presenta la ocasión.

Alex y Dani se consolidan también como dos de los jugadores más completos de la selección española, y auguran, por calidad y edad, un presente y un futuro ilusionante, como lo han sido durante dos décadas otra pareja de hermanos ilustres para el balonmano patrio, los Entrerríos. Los datos refutan su extraordinario Mundial, porque ambos han acabado con el mismo número de goles, finalizando como tercer y cuarto mejor realizador de España con 26 tantos en nueve partidos. Unos números aún más brillantes para el mayor, ya que ha concluido el campeonato como el máximo asistente de su equipo (24 pases de gol), la cuarta mejor marca del campeonato. El colofón a su brillante papel de los hermanos, que se entienden a la perfección cuando juegan juntos, tuvo su rúbrica en la lucha por el bronce ante Francia. Porque 14 de los 35 goles anotados ante los galos llevaron la firma Dujshebaev, un apellido muy ‘Hispano’ en la historia del balonmano español después que su padre Talant conquistara cinco medallas en cinco años defendiendo su camiseta desde 1996 a 2000. Pero desde hace poco, la saga ha aumentado con otro varón, el primero de la tercera generación, que, inevitablemente, llevará en sus genes este deporte. ¡Qué familia!

* Jorge Dargel Amigo es periodista de ‘Diario Marca’ en cuya edición del pasado 31 de enero fue publicado este artículo.