19.04.2024 |
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El Sinfín está siendo mejor equipo a domicilio que como local  a ganado un solo partido en La Albericia y fue en septiembre | Cuenca, Granollers y Ademar, los próximos en venir

Ramiro Martínez, enviando el balón a portería. / Hardy
Ramiro Martínez, enviando el balón a portería. / Hardy
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Lo bueno del Sinfín es que se ha acostumbrado a sumar prácticamente cada semana. Su racha es positiva y su temporada le mantiene fuera del pozo clasificatorio. Las cosas le van bien y precisamente por eso es fácil que dentro estén pensando en dónde podrían estar si hubieran sacado mejor rendimiento de sus partidos como local. La Albericia ha sido siempre una pista complicada pero lo cierto es que se están escapando muchos puntos esta temporada. Tanto es así, que, después de 19 jornadas, el equipo santanderino sólo ha sido capaz de ganar un encuentro ejerciendo de anfitrión.

En los últimos días ha tenido una buena oportunidad para romper esa sequía que arrastra el equipo desde el pasado 19 de septiembre, que es cuando ganó al Guadalajara. Fue la primera victoria del equipo y también uno de los tres únicos encuentros que se pudieron disfrutar con público en las gradas aunque fuera de manera muy limitada. Desde ese día, hay una fuga que ha impedido al Sinfín dispararse en la tabla. Lo bueno es que, por lo menos, ha empatado tres de los últimos cinco partidos que ha disputado en La Albericia. Y empatar es siempre el paso previo a ganar.

El primero de esos tres fue contra el Cisne, en medio del buen fin de año que protagonizó el equipo de Víctor Montesinos después de superar el confinamiento por los múltiples positivos de Covid localizados en el seno de la plantilla. Los dos últimos han sido en los últimos seis días: el primero el sábado pasado contra Puente Genil y el segundo el miércoles contra el Benidorm.

El equipo santanderino empató estos últimos duelos como los podía haber ganado, ya que ambos días lo tuvo en su mano. Contra el equipo cordobés, dispuso de dos lanzamientos en los últimos segundos para haberse quedado con todo el botín, pero se encontró con el acierto del portero rival. Ante el bando alicantino, llegó con ventaja a los últimos segundos y le tocó defenderla en un último ataque del Benidorm. Aguantó bien hasta prácticamente en bocinazo final, cuando el árbitro decretó penalti, el cual se lanzó con el tiempo ya cumplido. Y fue para dentro.

En el seno del Sinfín se marcharon el miércoles con cierto cabreo porque interpretaban que los árbitros habían sido demasiado rigurosos con ellos en esa última y decisiva jugada. En primer término, consideraban exagerada la decisión de excluir a Dimitrievski a falta de poco más de veinte segundos y, después, también interpretaron que se podía haber ahorrado el penalti. Forma parte del juego y con eso también hay que lidiar.

Lo cierto es que, tras dar la campanada en Logroño, los hombres de Víctor Montesinos sabían que estaban ante una gran oportunidad de dar un salto si eran capaces de aprovechar sus dos partidos en casa de manera consecutiva que tenían que jugar en cinco días, pero se han quedado a medias. Han sumado dos de cuatro. Para corregir la dinámica, intentarán sorprender mañana al Nava, un equipo mucho mejor de lo que dice la clasificación y que ya terminó pasando por encima del Sinfín en el partido de la primera vuelta disputado en diciembre en La Albericia. Es importante meter alimento en el saco en estas jornadas antes de iniciar la ronda contra los mejores equipos de la competición de manera prácticamente consecutiva.

Lo habitual es que, para un equipo como el Sinfín que tiene el único objetivo de la salvación, todo suele pasar por lo que sea capaz de conseguir en casa, ya que hacerlo a domicilio suele costar mucho en la Asobal. Sin embargo, esa realidad ha cambiado en el presente curso, que es el más raro de todos por no haber público en la grada y, cuando lo hay, de manera muy limitada. De hecho, de los trece puntos que tiene el equipo santanderino en la actualidad, sólo cinco los ha conseguido en su cancha. Le va mejor como visitante que como anfitrión, ya que ha ganado en Cangas, en Puerto Sagunto y en Logroño y ha empatado en Aranda y en Pamplona. Además, se quedó a un solo gol de volver con algo de valor en la siempre difícil visita que hizo a Granollers.

El Sinfín funciona cuando ha de jugar lejos de La Albericia, que es donde lo hará mañana. Y es probable que en ese cambio de tendencia natural tenga que ver el hecho de jugar sin ambiente en las gradas, ya que quien ejerce de local ya no cuenta con ese plus que tanto da. Está sucediendo en todos los deportes y el balonmano no es ajeno a ello. Lo que tiene claro el equipo santanderino es que ha de encontrar la manera de enderezar el rumbo en casa aunque no va a ser sencillo, ya que los próximos equipos en pasar por Santander van a ser Cuenca, Granollers y Ademar. Forma parte de los caprichos de un calendario que le va a tirar encima en las próximas semanas duelos contra rivales ante los que lo más normal es no sumar mucho.

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