Más de 30 personas han muerto en un tiroteo masivo en una guardería en Tailandia, en la localidad de la localidad de Uthai Sawan al noreste del país. El asaltante, armado con un rifle automático, una pistola y un cuchillo, ha huido en una furgoneta, tras el ataque.

Un coronel de la policía de Nong Bua Lamphu ha confirmado que las víctimas mortales ascienden a 35 e incluyen 23 niños fallecidos de entre dos y tres años. Más tarde se ha indicado que además 15 personas han resultado heridas y ocho están en estado crítico.

Un funcionario del distrito, Jidapa Boonsom, que trabaja en una oficina cercana, ha señalado a Reuters que unos 30 niños estaban en la escuela infantil cuando llegó el tirador, menos de lo habitual porque había llovido mucho por la mañana: "El atacante llegó a la hora de la comida y disparó a cuatro o cinco empleados de la guardería".

Jadipa ha aclarado que, entre las víctimas mortales, se encuentra una profesora embarazada de ocho meses. Además, el tirador forzó la entrada en una habitación donde había niños durmiendo y los asesinó con un cuchillo.

Muchos de los heridos han sido trasladados al hospital Nong Bua Lamphu, que ha solicitado "con urgencia" que los ciudadanos donen sangre de todos los tipos, según medios locales.

Panya Khamrab, exoficial de policía de 34 años

El tirador, un antiguo teniente coronel de policía de 34 años, y que fue apartado del cuerpo a raíz de delitos de posesión de droga, se ha suicidado tras el ataque, informa la Policía en su cuenta de Facebook.

"Confirmamos que el criminal se disparó a sí mismo y ha muerto", apunta la Policía tailandesa. Tras la matanza, el sospechoso se ha dado a la fuga y ha vuelto a su casa para matar a su mujer y a su hijo, después se ha quitado la vida, añaden fuentes policiales.

Investigación sobre la masacre

En un primer momento, la policía había comunicado que se había desplegado un dispositivo de búsqueda y captura para localizar al tirador con todos los recursos disponibles, según un portavoz del gobierno tailandés.

Los familiares de las víctimas se han dirigido al recinto acordonado por la policía, y muchos han sucumbido a la desesperación, según se aprecia en imágenes y vídeos que circulan en las redes sociales.

El primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-ocha, ha expresado sus condolencias a las familias y ha anunciado la apertura de una investigación tras esta "masacre horrible".

Armas de fuego

Los tiroteos masivos son poco frecuentes en Tailandia, aunque el número de ciudadanos que poseen armas de fuego es alto en comparación con otros países asiáticos, además es fácil encontrar armas ilegales.

En 2020, un soldado mató a 29 personas e hirió a otras 57 en campamento militar y un centro comercial, tras enfadarse por un negocio inmobiliario que salió mal.