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La tensión entre hindúes y musulmanes persiste 20 años después de la masacre

Mikaela Viqueira

La tensión entre hindúes y musulmanes persiste 20 años después de la masacre

Mikaela Viqueira

Nueva Delhi, 27 feb (EFE).- La tensión entre la mayoritaria comunidad hindú y la minoría musulmana en la India persiste veinte años después de los disturbios religiosos en los que murieron más de un millar de personas, sobre todo musulmanes, en la región de Gujarat, que gobernaba el ahora primer ministro, Narendra Modi.

La muerte de 59 peregrinos hindúes al incendiarse el tren en el que viajaban el 27 de febrero de 2002 en el pueblo de Godhra en Gujarat desencadenó una matanza indiscriminada contra musulmanes, a los que culparon del incidente, que se prolongó durante varios días.

Turbas de hindúes radicales atacaron barrios musulmanes, dejando a su paso cientos de muertos y heridos, mujeres violadas en grupo y mezquitas y hogares destruidos. Las denuncias por la inacción de las autoridades y la policía fueron generales, acusados de cruzarse de brazos y evitar de manera premeditada frenar la violencia.

Esas denuncias alcanzaron incluso a Modi, pero los tribunales nunca llegaron a demostrar esas acusaciones, y lejos de repercutir negativamente en su carrera política, el líder hinduista logró victorias sucesivas tanto en Gujarat como en Nueva Delhi, donde gobierna tras dos rotundas mayorías absolutas en 2014 y 2019.

"Modi está donde está a día de hoy por lo que pasó en 2002", si el conflicto no hubiese ocurrido, nunca habría llegado a ser primer ministro de la India, afirmó a Efe sin tapujos el analista y biógrafo del mandatario indio, Nilanjan Mukhopadhyay.

Por otro lado, anota el biógrafo, la comunidad musulmana víctima de las matanzas siente que su realidad ha empeorado desde entonces, y "los musulmanes se encuentran ahora más aislados y alienados en Gujarat de lo que estaban antes", subrayó.

UNA JUSTICIA A TROMPICONES

Mientras el proceso judicial contra los implicados en el incendio del tren en el que murieron más de medio centenar de peregrinos hindúes fue rápido, las condenas contra la matanzas de musulmanes han sido pocas y lentas, según denunciaba al cumplirse una década de los disturbios la organización Human Rights Watch (HRW).

Una treintena de musulmanes fueron condenados en dos sentencias en 2011 y 2017 a cadena perpetua por su supuesta participación en el incendio del tren. En los disturbios protagonizados por miles de hindúes, las sentencias fueron llegando solo por algunas de las matanzas, como varias condenas en 2016 a cadena perpetua de 28 hinduistas por la muerte de más de un centenar de musulmanes.

Dentro de la cúpula del partido nacionalista hindú BJP de Modi, una de las condenadas fue la exministra para el Desarrollo de la Mujer en Gujarat Maya Kodnani, sentenciada a cadena perpetua por incitar estos disturbios en 2012, aunque luego fue absuelta en 2018.

Entre las víctimas de la violencia se encuentra Shakeela Bano, que en 2019 recordaba a Efe cómo el 28 de febrero de 2002 su familia fue quemada viva frente a ella a manos de una turba de hinduistas.

"Vertieron gasolina sobre mi madre, mi hermano, mi cuñada y cuatro niños y los quemaron vivos. Cortaron la cabeza de mi hermano con una espada. También había un bebé de dos meses, dijeron: 'si vosotros no vais a vivir, ¿qué vamos a hacer con vuestro hijo?'. El bebé también fue quemado vivo", relató entonces la mujer.

Bano se escondió en un restaurante y vio cómo varias jóvenes eran violadas y otros muchos asesinados y sus cadáveres echados a un pozo. La Policía, lejos de ayudarlos, les pegaron y amenazaron.

TENSION ENTRE HINDUES Y MUSULMANES

Aunque la India es un país secular, son frecuentes las tensiones entre la mayoría hindú, religión del 79,8 % de la población según el último censo de 2011, y los musulmanes (14,2 %).

En el siglo pasado, la división del subcontinente en la India y Pakistán con la independencia del Imperio británico en 1947 dejó más de un millón de muertos entre musulmanes e hindúes, que eran masacrados mientras huían hacia el otro lado de la frontera.

Desde entonces esos choques se fueron repitiendo con mayor o menor intensidad, como las matanzas de 2002 en Gujarat o las más recientes en febrero de 2020 en Nueva Delhi, donde murieron 53 personas en varios días de violencia, 40 de ellos musulmanes.

A principios de este mes también se vivieron intensas protestas por la prohibición del uso del hiyab o velo islámico en institutos y universidades del sur del país, mientras hinduistas con bufandas azafrán amenazaban a las estudiantes musulmanas.

El expresidente de la Comisión de Minorías de Nueva Delhi Zafarul-Islam Khan cree que desde que gobiernan Modi y el BJP la situación de las minorías "empeoró extremadamente y no hay esperanza de mejora mientras este partido permanezca en el poder".

"La ideología de Modi y su partido está firmemente basada en el odio al islam y a los musulmanes", y la emplean "para polarizar a la sociedad en líneas hindúes-musulmanas, diciéndoles a los hindúes que los musulmanes son extranjeros, infiltrados, infieles al país, absorbiendo todos los beneficios del gobierno", agregó a Efe.

El conflicto de Gujarat supuso también una victoria para la ideología que abandera el BJP, el hindutva, una doctrina extremista que coloca al hinduismo en el centro del concepto de la India mientras las minorías se encuentran supeditadas a ellos.

El conflicto de 2002 "es el mayor triunfo del proyecto hindutva y su efecto durará mucho, incluso si Modi y su partido pierden las próximas elecciones generales" de 2024, sentenció Khan. EFE

mvg/mt/ah

(Recursos de archivo en la fototeca.com: Cod. 8014102522 y otros)

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